Los ciudadanos británicos, llamados a referéndum el pasado 23 de junio, decidieron por una diferencia de algo más de un millón de votos (17.410.472 frente a 16.141.241) dejar de ser miembros de la Unión Europea. Tras haber optado Gran Bretaña por abandonar la UE, con un 51,9 % del escrutinio, los trabajadores europeos se enfrentan a una situación de incertidumbre. Las doctoras españolas Belén Pérez y Meritxell Álvarez, que trabajan en Reino Unido, explican que no saben cómo afectará esta decisión al futuro de los facultativos españoles que se encuentran allí
La Dra. Belén Pérez Pevida tiene 29 años y lleva trabajando en Reino Unido desde abril. Actualmente trabaja como clinical researcher en el Imperial College London. Concretamente en el Imperial Centre for Translational and Experimental Medicine, perteneciente al departamento de Diabetes, Endocrinología y Metabolismo. Además, un día por semana pasa consulta de Endocrinología (principalmente diabetes y obesidad) en St Mary’s Hospital.
Por su parte, la Dra. Meritxell Álvarez Hernández tiene 37 años y lleva 4 en Reino Unido. Es adjunto permanente de Medicina Interna en Birmingham Heartlands Hospital y consultor clínico de Mortalidad y Seguridad del Paciente del Servicio de Medicina Interna, además de miembro del Tribunal de Mortalidad y Morbilidad del Birmingham Heartlands Hospital y tutora de residentes.
La Dra. Pérez señala que en Londres no se habló demasiado de la campaña del Brexit. “Londres, y en particular el mundo universitario, era mayormente pro Remain, y por ello durante la campaña no se habló demasiado”. La Dra. Álvarez explica que “la campaña se centró fundamentalmente en dos conceptos: volver a tener el control sobre cualquier decisión que afectara al Reino Unido, no siendo sometido a ninguna decisión externa, es decir, de la Unión Europea y, por otro lado, una propaganda xenófoba, basada en el concepto de que los inmigrantes europeos, especialmente del este de Europa, tienen entrada libre en el Reino Unido y viven de ayudas del Estado, consumen Sanidad y Educación para sus hijos, y todo ello repercute en la vida de los británicos. Se vendió que los recortes del Gobierno y la austeridad eran “culpa” de Europa y de la inmigración”, explica.
El resultado fue una sorpresa para todos. “La campaña por el Remain había sido mucho más sensata y creíble. Por otro lado, la muerte de Jo Cox la semana anterior parecía que había dado fuerza a la opción de quedarse en Europa” detalla la Dra. Álvarez, mientras que la Dra. Pérez reconoce que “se sabía que el resultado iba a ser apretado, pero ha sido impactante”.
El día después
Tras el resultado, la vida en Londres sigue siendo igual, según la Dra. Pérez, que cuenta como el día después del referéndum el rector de la Universidad mandó una carta a todo el personal recordando que una parte importante de los empleados son europeos y que Imperial College les apoyaría en todo lo posible para que no hubiera ningún problema debido al Brexit. En esa misma misiva agradecía el trabajo y apoyo de profesores, investigadores, alumnos y personal sanitario europeo que trabaja en la institución.
La Dra. Álvarez recuerda cómo durante los días posteriores algunos británicos se le acercaron para hablar de ello y se sentían “avergonzados” del resultado. “Aunque parezca extraño, creo que ni ellos mismos entendieron bien las consecuencias que esa opción iba a tener. Somos 3 millones de europeos viviendo aquí. No pensaron en como eso nos iba a afectar. Solo se fijaron en la propaganda económica que se había vendido durante la campaña”, declara.
El futuro de los médicos
El peor escenario tras el Brexit es que se produzca a corto plazo una ruptura total con la UE, lo que supondría que a los profesionales españoles se les aplicarían las mismas normas que a los extracomunitarios, pero parece poco probable. De hecho, incluso los más fervientes defensores del Brexit hablan de dos años para marcharse definitivamente de la UE.
Los expertos señalan que una de las vías más probables es que los británicos decidan mantener la libre circulación de trabajadores (y por tanto los derechos asociados a ella) sólo en determinados sectores cualificados, entre los que se incluiría con seguridad el de los médicos, dada su fuerte demanda de profesionales y la especial consideración que viene mostrando, concretamente, hacia los titulados españoles, como recoge un informe de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).
Lo cierto es que su futuro está en el aire. “Mi título y mi residencia tienen valor aquí gracias a las convalidaciones directas que ofrecía la Unión Europea. No sé si eso se mantendrá porque el Gobierno no se ha pronunciado oficialmente al respecto. De modo que no sé qué pasara con nosotros”, afirma la Dra. Álvarez.
El resultado del referéndum no cambia los planes de estas dos doctoras, por el momento. “Mi marido y yo nos encontramos ambos formándonos rodeados de grandes profesionales, y el objetivo sigue siendo aprender y formarnos bien para volvernos a España posteriormente y aplicar todo lo aprendido. No creo que en 2-3 años, la situación laboral o social cambie demasiado ya que supongo que querrán hacer la transición de la manera más prudente, por lo que no parece que vaya a afectarnos”, asegura la Dra. Pérez.
Sostenibilidad del sistema sanitario británico
Las cifras hablan de un 5% de personal sanitario europeo en el sistema del Reino Unido. “Es sabido que el sistema británico se nutre de profesionales extranjeros, aunque la mayoría provienen de países de la Commonwealth. Los británicos en ningún momento han dicho que no quieran inmigración, saben que en muchos ámbitos y en particular en la sanidad la necesitan. Lo que pasa es que quieren poder escoger a quién le permiten trabajar y a quién no. Seguirán requiriendo médicos extranjeros, lo único es que tendrán mayor posibilidad de control”, puntualiza la Dra. Pérez.
Por su parte, la percepción de la Dra. Álvarez pasa porque “tal vez se nos trate como moneda de cambio en el trato que el Reino Unido haga con Europa. Es decir, que tanto los británicos residiendo en Europa como nosotros seremos motivo de discusión”.
En este sentido, recuerda que la reciente primera ministra Theresa May expresó que no aseguraba nada a ninguno de los trabajadores europeos, “ya que todo dependería de cómo se tratara a los británicos residiendo en Europa”.
Por ahora a los médicos españoles en Reino Unido no les queda más que esperar la evolución de los acontecimientos.