Reino Unido vivió ayer martes la primera jornada de huelga de médicos que se registra en 40 años. Los profesionales se han movilizado en protesta por las nuevas condiciones laborales que quiere implantar el Gobierno de David Cameron, que afectarán tanto a los sueldos como a los turnos de estos profesionales y que, según han denunciado, puede poner en riesgo la vida de muchos pacientes
La convocatoria fue promovida por los médicos en formación (MIR) que representan un porcentaje importante del total de profesionales que trabajan en el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés),
Las nuevas condiciones laborales pasan por garantizar una atención sanitaria a los ciudadanos durante los siete días de la semana, después de que los estudios hayan demostrado que las tasas de mortalidad son más elevada los sábados y domingos, días, además, en los que hay una menor dotación de personal.
Si bien dicha modificación conllevará un aumento de sueldo, sin embargo, algunas de estas horas no serán pagadas de forma extraordinaria. En este sentido, el sindicato de médicos de la Asociación Médica Británica (BMA) asegura que las nuevas condiciones laborales no protegen a estos profesionales de largas jornadas laborales, lo que puede resultar perjudicial tanto para ellos mismos como para los pacientes.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, trató de impedir a última hora de este lunes que la huelga se cancelase alertando de que “no era necesaria” e iba a “ser perjudicial”. “Vamos a hacer todo lo posible para mitigar sus efectos, pero no se puede sufrir un ataque de esta magnitud hacia nuestro NHS sin que tenga consecuencias reales para los pacientes”, alertó.
Los servicios mínimos sólo cubren las urgencias, por lo que, según cálculos del Gobierno, unas 4.000 intervenciones quirúrgicas no urgentes deberán posponerse durante este parón médico, el primero que se produce desde 1975.
El NHS, que ofrece atención gratuita a todos los pacientes y representa un tercio del gasto público de Reino Unido, es uno de los servicios públicos más valorados por los ciudadanos y en ocasiones se ha visto como un talón de Aquiles para los conservadores de Cameron. Además, en los últimos meses surgieron dudas sobre si contaba con la financiación suficiente como para mantener los elevados estándares de calidad que ofrece.
El 98 por ciento de los más de 37.000 médicos en formación de Inglaterra votó en favor de la huelga en protesta por estas nuevas condiciones que quiere impulsar el Gobierno que, sin embargo, no afectarán al resto de médicos británicos.