En España tan sólo reciben atención un 3 por ciento de estos pacientes. Los trastornos del habla como la disfemia o tartamudez, la dislalia (dificultad para pronunciar algunos sonidos), etc. marcan la relación del niño con su entorno y su resolución puede, en muchos casos, solventar otros problemas más evidentes como problemas de carácter o relación, timidez, etc.
Pamplona, 27 mayo 2010 (medicosypacientes.com)
Hoy concluye en el Colegio de Médicos de Navarra el Congreso Nacional de la Sociedad Médica Española de Foniatría. El congreso, en el que participan profesionales de muy distintas áreas y procedencias, aborda las últimas opciones de diagnóstico y tratamiento y se han presentado en el mismo nuevas herramientas de medición y detección de las bases acústicas.
Se trata de un congreso abierto a todas las disciplinas que contribuyen a una mejor utilización de los órganos de fonación y audición, así como al estudio de nuevas aportaciones que desde cualquier ámbito puedan colaborar al diagnóstico y tratamiento de problemas vinculados a la comunicación.
Se estima que la incidencia de trastornos relacionados con la voz en edad escolar (como las disfonías o voz ronca o las afonías) ronda el 6 a 9 %. A ello se añade un porcentaje entre el 3 al 5% en trastornos del habla (disfemia o tartamudez), dislalia (dificultad para pronunciar algunos sonidos), etc. Según la doctora Ana Martínez Arellano, médica foniatra y presidenta del Comité Organizador del Congreso, ?son trastornos que marcan la relación del niño con su entorno y cuya resolución pueden, en muchos casos, solventar otros problemas más evidentes como problemas de carácter o relación, timidez, etc.?.
El 8,5% de la población europea sufre algún trastorno serio de la comunicación, y, en edades más avanzadas, esta cifra asciende a más del 12 %. Por su parte, las deficiencias auditivas se disparan hasta el 70 % en mayores de 70 años.
El Dr. Joseba Gorospe, presidente de la Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF), afirma que en España, hasta ahora y a pesar de estos elevados índices, sólo se atiende el 3% de la patología foniátrica. ?El resto de los casos queda sin diagnóstico o tratamiento y la padece el individuo, asumiéndola como parte de las dificultades con las que debe convivir?.
La atención a enfermedades relacionadas con la comunicación ?problemas de audición desde la perspectiva funcional, habilidades lingüísticas, dificultades de la articulación del habla, afonía, disfonía, y otros trastornos, incluidos los que hacen referencia la deglución- han tenido un trato desigual en el Sistema Nacional de Salud, ya que no todas las áreas sanitarias disponen de una unidad específica en Foniatría que afronte una demanda que puede crecer al ritmo del desarrollo socioeconómico.
Sólo 110 médicos foniatras en España
El término ?foniatra? fue aceptado en Belgrado en 1971, en la fundación de la UEP (Unión Europea de Foniatras), definiéndola como especialidad médica. En 1982 nace la Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF), una sociedad científica que pretende desarrollar la capacitación de los médicos foniatras, regular el ejercicio y la formación en esta especialidad que todavía carece de marco legal en nuestro país.
En 1970, la OMS y la UEP estimaban que debía establecerse un foniatra por cada 200.000 habitantes. En España hay 110 médicos foniatras que ejercen su trabajo en la red sanitaria pública y privada. El 30% colabora en actividades de docencia universitaria, tanto en Foniatría como en otras áreas afines (logopedia, maestro de audición y lenguaje, maestro de educación especial, terapia ocupacional, audiología, etc.).
La foniatría es una especialidad que aborda tanto los aspectos médicos como funcionales de las patologías que afectan a la audición, la voz, el habla, la deglución y el lenguaje. ?El foniatra se ocupa de problemas que nos afectan a muchos de nosotros, tales como las afonías frecuentes, o las que se producen en profesionales, como profesores, comerciales, etc. Orientan la reeducación de personas que no son capaces de producir un determinado sonido, o de problemas más graves, como sorderas, retrasos del lenguaje, implantes cocleares, alteraciones de la deglución y el habla después de infartos cerebrales o cirugías de cabeza y cuello. Y desarrolla tratamientos preventivos como educar la respiración o la deglución para evitarnos una ortodoncia de larga duración?, explica la doctora Ana Martínez Arellano, presidenta del Comité Organizador del Congreso. Los foniatras colaboran, entre otros, con pediatras y médicos de familia, otorrinolaringólogos, neurólogos, cirujanos maxilofaciales, neuropediatras, ortodoncistas, audioprotesistas y logopedas, así como con profesores de canto o de teatro.