El Colegio de Médicos de Albacete rindió homenaje a sus médicos jubilados y a los nuevos licenciados, quienes asumieron el Juramento Hipocrático original, sin eliminar del mismo por presiones externas -como ha sucedido recientemente- las frases que hacían referencia a la eutanasia y el aborto. Tras la apertura del acto a cargo del presidente del Colegio de Médicos de Albacete, Francisco Parra, el presidente del Consejo General de Colegios de Médicos, Juan José Rodríguez Sendín, pronunció una conferencia en la que aportó las claves de lo que es y representa esta profesión
Albacete, 29 de junio 2009 (medicosypacientes)
Francisco Parra, presidente del Colegio de
Albacete, felicita al presidente de la OMC,
el Dr J.J. Rodríguez Sendín tras su discurso
Dos generaciones, médicos jubilados que recibían el reconocimiento público a su labor por parte de su Colegio de Médicos, y recién licenciados que hacían público su Juramento Hipocrático, se han dado cita en un acto organizado por el Colegio de Médicos de Albacete con motivo de la celebración del día de su patrona; una ceremonia que acostumbran a celebrar muchos Colegios y que reflejan cómo ese cambio generacional que se viene produciendo a lo largo de toda la historia garantiza que la esencia de «ser médico» haya mantenido sus valores a lo largo de los siglos, basado en la relación médico-paciente y con el acto médico como eje fundamental.
En este caso concreto, el presidente del Colegio de Médicos de Albacete, Francisco Parra, contó con la participación en este emotivo encuentro con el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín. En su discurso, el presidente de la OMC destacó el dinamismo de esta profesión y su gran visibilidad y repercusión social. Definió la OMC como «un espacio ético y democrático de libertades profesionales y directivas de los médicos y un foro de pensamiento social y sanitario dedicado a la regulación y control del ejercicio profesional» y añadió que ese es el principal servicio que presta a los médicos y a la sociedad, remarcando que a través de las organizaciones profesionales es como se puede «exigir el mejor comportamiento y garantizarlo a toda la sociedad».
En su exposición defendió la colegiación que debe ser «universal y obligatoria» ya que esa es la única forma de de «garantizar para todos lo que de no ser así sólo estaría garantizado para unos pocos» remachando que «sin control obligatorio no hay control». Reconoció cómo a lo largo de la historia ha existido siempre un cierto enfrentamiento entre los políticos y las organizaciones médicas, señalando que eso obedece a que ambos tienen «dos ópticas diferentes», lo que para el médico es un «paciente» para la clase política es un «ciudadano».
A lo largo de la historia de la Medicina se ha mantenido unos valores que han hecho que incluso la simple palabra «médico» sea capaz de «tranquilizar y ofrecer confianza». Esto supone un alto grado de compromiso y un carácter vocacional por la «realización de actividades que sobrepasan lo legalmente establecido y que no son reconocidas por el pagador». Recordó que esta profesión «tiene asumido que debe atender a cualquier persona que lo necesite, por encima de cualquier otra consideración», y remarcó que los pacientes acuden al médico «con su dolor, su miedo y su ansiedad y es al médico a quien confían su intimidad, sus debilidades, sus éxitos y sus fracasos, le ordenan lo que quieren que ocurra con ellos y hasta le pueden hacer responsable de que se cumple su voluntad».
Por consiguiente señaló que «ser médico conlleva una obligaciones y unos compromisos que la gente conoce y reclama» y entre esos compromisos no entran ciertos aspectos que a veces se quieren imponer a esta profesión como, por ejemplo, acabar con la vida, torturar, denunciar, hacer publicidad engañosa sobre temas de salud, etc. De ahí la «necesidad y obligatoriedad de la autorregulación» ya que «todo esto necesita algún tipo de vigilancia, de alerta permanente».
Para concluir recordó que el Código Deontológico y los Estatutos por los que se rige la profesión constituyen la mejor garantía para velar por ese compromiso con el paciente, con la profesión y con la defensa de nuestro Sistema Nacional de Salud.
Un juramento hipocrático sin adulterar
Asistentes al acto organizado por el Colegio
de Médicos de Alabacete
El vicepresidente del Colegio de Médicos de Albacete, José María Samaniego, fue el encargado de la ceremonia del Juramento Hipocrático con los nuevos licenciados y a este respecto señaló cómo el juramento con el que allí se comprometían no había sido adulterado por presiones políticas, recordando lo sucedido el pasado día 12 en Sevilla en donde se utilizó otro texto diferente para evitar las referencias a la eutanasia y el aborto («a nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer pesarios abortivos»).
Transmitió así, a los nuevos licenciados, que a lo largo de su trayectoria profesional se encontrarán con muchas presiones políticas, pero que en el acto médico «sólo estaréis con el paciente, que es al que os debéis».
Para finalizar el acto, y como muestra de ese vínculo inquebrantable que siempre ha existido y seguirá existiendo entre médicos y pacientes, se contó con la actuación del coro de pacientes afectadas por cáncer de mama, que interpretó un variado repertorio de canciones dedicadas a todas las generaciones allí presentes.