El ?Foro de la Profesión?, creado la semana pasada y en el que están todas las instituciones que les representan, es el primer paso en esa dirección. Los facultativos españoles también se están coordinando con los de otros países europeos para ?plantar batalla? a la jornada semanal de 65 horas
Madrid, 18 julio 2008 (Redacción)
El ?Foro de la Profesión Médica?, creado la semana pasada en Madrid por las principales instituciones de la profesión, está llamado a ser el embrión de una sostenida reivindicación de los facultativos españoles: que se cree una mesa de representación propia desde la que puedan entablar un diálogo en directo con las administración central y autonómicas, como es habitual en los demás países europeos.
La situación ahora es bien diferente. La actual normativa, que data de los primeros tiempos de la Transición, fija como cauce de negociación las mesas sectoriales de sanidad, donde el 50% de representación corresponde a los poderes públicos y el resto al conjunto de los trabajadores, entre los cuales los facultativos son minoría. De hecho, estos últimos suponen hoy en torno al 20% de la plantilla de efectivos con que cuenta el Sistema Nacional de Salud (SNS). La consecuencia es que los profesionales más cualificados del sector se ven sujetos a un corsé que les impide llevar adelante sus puntos de vista en el orden laboral o profesional.
Así las cosas, uno de los objetivos por los que más ha trabajado la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que es acabar con tal situación, parece estar hoy más cerca que nunca con la creación del citado foro, del que forman parte la Organización Médica Colegial, la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, la Federación de Sociedades Científicas(FACME), el Consejo Nacional de Especialidades (CNE) y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y la propia CESM.
Todas las partes se han comprometido a mantener una comunicación permanente a fin de consensuar el diagnóstico de los problemas y retos que tiene hoy planteados la profesión, en el bien entendido, como así se recoge en una de las cláusulas del documento suscrito, de que la promoción de las condiciones de los médicos revertirá en una mejora de la sanidad pública, y por tanto, de la calidad asistencial que se ofrece a los ciudadanos.
El comité ejecutivo de la CESM, reunido ayer en Madrid, ha mostrado su satisfacción ?por la constitución de esta iniciativa, dentro de la cual al sindicato le corresponde cumplir con uno de los papeles más beligerantes, como es el de poner todas las atribuciones que le da la ley al servicio de esa otra fuerza del conocimiento dentro de la Sanidad que es el médico?.
Un interlocutor directo y global con la Administración
El siguiente paso que pretende ahora la CESM, y que la constitución del citado foro pone en condiciones de conseguir, según explican en su comunicado, es que los poderes públicos acepten la creación de un Consejo Estatal de la Profesión, tomando como ejemplo el que ya opera en Cataluña desde 2006. Como sucede ahora en esa comunidad autónoma, tal instancia es la legitimada para hablar en nombre de todos los facultativos y entablar negociaciones directas con la Administración sin las interferencias de otras organizaciones que pueden ser muy potentes en otros ámbitos, pero que apenas cuentan con representación entre los profesionales de la medicina.
Los frentes abiertos que demandan soluciones consensuadas pero firmes son muchos: mala planificación de la necesidad de especialistas, homologaciones precipitadas y dudosas a médicos extranjeros, mejora de los planes de estudio, formación continuada, falta de tiempo para atender convenientemente a los enfermos, salarios poco motivadores y distantes de los que se perciben en países europeos comparables al nuestro, etc.
Sin embargo ?tal como exponen- no en todos ellos el interlocutor necesario ha de ser la Administración española. Es lo que sucede, por ejemplo, con la directiva europea sobre tiempo de trabajo, cuya modificación (ya aprobada por los ministros respectivos y pendiente de su convalidación por los europarlamentarios de Estrasburgo) ampliaría la jornada semanal de los facultativos a ¡65 horas!
Los sindicatos médicos españoles, agrupados en CESM, se han conjurado con el resto de las principales organizaciones homónimas europeas para no permitir que semejante retroceso en los derechos laborales (y de la calidad de la asistencia, puesto que un médico fatigado no puede cumplir en óptimas condiciones con su delicada misión) se lleve finalmente a efecto. Y creen que todo el consenso y determinación que se genere en el seno de la profesión, mediante iniciativas como la comentada, contribuirá de manera muy eficaz a ello.
