En España se registran anualmente alrededor de 45 brotes de Legionella, de los cuales el 25% son de origen nosocomial, es decir, adquiridos en hospital. Las instalaciones con más riesgo de colonización son los sistemas de agua caliente sanitaria de grandes edificios y los sistemas de enfriamiento evaporativos. Tras el último brote de Legionella registrado en Madrid, que ha afectado a 63 personas y se ha cobrado la vida de dos de ellas, los expertos analizan la efectividad de los sistemas de prevención y tratamiento de las instalaciones de riesgo
Madrid, 26 de julio de 2012 (medicosypacientes.com)
En España se registran anualmente alrededor de 45 brotes de Legionella, de los cuales el 25% son de origen nosocomial, es decir, adquiridos en hospital. Las instalaciones con más riesgo de colonización son los sistemas de agua caliente sanitaria de grandes edificios y los sistemas de enfriamiento evaporativos. Tras el último brote de Legionella registrado en Madrid, que ha afectado a 63 personas y se ha cobrado la vida de dos de ellas, los expertos analizan la efectividad de los sistemas de prevención y tratamiento de las instalaciones de riesgo
La Legionella es una enfermedad bacteriana que afecta principalmente a ancianos o personas con su sistema inmune debilitado por otras enfermedades. Puede adquirirse tanto en el ámbito comunitario como en el hospitalario, en este segundo caso se denomina “nosocomial”. La “comunitaria” se asocia principalmente a sistemas de enfriamiento evaporativo como las torres de refrigeración mientras que la “nosocomial” surge principalmente cuando la bacteria se encuentra en los sistemas de agua caliente sanitaria y agua fría de consumo humano, explican los expertos.
Alrededor del 25% de los casos de legionelosis que se registran son nosocomiales, es decir, se han adquirido en hospital. De ellos el 20%, aproximadamente, tiene desenlace fatal, aunque el porcentaje puede aumentar si los afectados padecen una enfermedad asociada que haya provocado que el sistema inmune del paciente se encuentre debilitado. Para los expertos, este es el principal motivo para tener especial precaución en el ámbito hospitalario, y aplicar medidas de protección complementarias en aquellas zonas con pacientes en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad (ancianos, pacientes con insuficiencia renal, con diabetes, cáncer, enfermedades pulmonares, entre otros).
Según el Dr. Miguel Ángel Orbaneja, Ingeniero Civil y Licenciado en Ciencias Ambientales “la primera línea de defensa en la lucha contra la legionelosis pasa por un diseño apropiado y un estricto mantenimiento de los dispositivos e instalaciones que utilicen agua para su funcionamiento. Sin embargo, en instalaciones “sensibles” como hospitales, residencias 3ª edad, etc., cobra una gran relevancia la aplicación de medidas de protección complementarias que se ajusten a las necesidades de los usuarios más vulnerables: inmunodeprimidos, ancianos, ó neonatos, entre otros”.
La normativa española establece claros criterios para la prevención y control de la Legionelosis (RD 865/2003), que pasa por un mantenimiento correcto de las instalaciones (sean de agua sanitaria o torres de refrigeración) y la aplicación de medidas de desinfección adecuadas: biocidas en las torres de refrigeración y calor y/o hipoclorito sódico en los circuitos de agua sanitaria.
La aplicación de filtros terminales (duchas y grifos) es muy recomendable en áreas que albergan enfermos de alto riesgo para el desarrollo de legionelosis, estando su uso contemplado en el Real Decreto 865/2003 por lo que el uso de medidas preventivas podría evitar, en muchos casos, tanto los brotes como casos aislados.