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Las mujeres asmáticas tienen más síntomas, precisan más medicación y tienen menor calidad de vida que los asmáticos

En el Día Mundial del asma que hoy se celebra bajo el lema ?¡No a la crisis! Respira?, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica quiere recalcar la importancia del control de esta patología en al mujer. ?Hasta los 12 o 13 años, la incidencia del asma es un 30% superior en los niños que en las niñas. pero en la edad adulta, el 59% de los asmáticos son mujeres

Madrid, 5 de mayo 2009 (medicosypacientes.com)

El asma es una de las enfermedades crónicas más prevalente en la sociedad actual especialmente en la infancia. Se estima que en España hay 3 millones de asmáticos y que 10 millones de personas ven alterada su vida a causa de la enfermedad. Hasta los 12 o 13 años, la incidencia de asma es mayor en los niños que en las niñas.

Sin embargo, la adolescencia marca un punto de inflexión en esta enfermedad. Según un estudio realizado por la American Lung Asociation en 2002, la prevalencia del asma entre los chicos fue un 30% superior que entre las chicas. Pero en el mismo periodo de tiempo la prevalencia del asma entre mujeres mayores de 18 años fue un 70% superior al de los hombres de la misma edad. Este cambio de porcentajes respecto a la edad y el sexo no se ha podido demostrar que esté provocada por la desaparición o estabilidad de la enfermad en los chicos. Sí se ha constado que la prevalencia del asma en la mujer es mayor que en los hombres (9% mujeres versus 5% hombres) y su asma tiene más síntomas, precisan más medicación y provoca una peor calidad de vida que los asmáticos.

Muchos investigadores y neumólogos consideran que el origen de este fenómeno debe buscarse en factores fisiológicos. La Dra. Bazús, neumóloga de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) asegura que ?las hormonas femeninas pueden ser la clave, como un factor que actúa favoreciendo la inflamación y la hiperreactividad de la vía aérea?.

El asma en la mujer evoluciona a través de las diferentes etapas de la vida en paralelo a la evolución de sus etapas hormonales. Las hormonas fluctúan a lo largo de la vida de la mujer: pubertad, ciclos menstruales, embarazo y menopausia. La vía área femenina es sensible a estas variaciones. Hay evidencias científicas de que las hormonas femeninas modulan la producción de múltiples sustancias que producen inflamación. Por este motivo, cuando se han comparado las mujeres sanas con mujeres asmáticas, estas últimas presentan alteraciones de las hormonas femeninas en el 80% de los casos.

Asma y Ciclo Menstrual

El asma premenstrual está infradiagnosticada y puede afectar al 57% de las asmáticas. Aunque no se ha definido el tipo de asma premenstrual, si se considera que existe un asma premenstrual. Un estudio realizado recientemente en mujeres asmáticas durante 2 y 4 ciclos menstruales consecutivos, valorando síntomas, medicación y flujo respiratorio máximo, concluye que en el 57% de los casos se producía un deterioro del asma en al menos en un ciclo.

La mujer que tiene este tipo de asma experimenta síntomas más severos y precisa ser hospitalizada con más frecuencia, que la que no lo sufre. La Dra. Bazús comenta que ?los mecanismos por los que esto ocurre son desconocidos?. ?Asimismo, la mujer asmática que padezca este tipo de molestias respiratorias premenstruales no tiene porque temer que ello condicione el desarrollo de su posible embarazo?, y añade que ?tampoco se ha demostrado que la toma de anticonceptivos orales pueda suponer ni un beneficio del asma?.

En cuanto a la presencia de una menstruación irregular y el asma, si bien es un tema poco estudiado, en 1998 un estudio holandés observó por primera que vez que las irregularidades menstruales estaban asociadas a patologías pulmonares y a la alergia. Una investigación de Real y otros autores se estudió directamente la relación entre función pulmonar y asma en mujeres de 28 a 44 años. El grupo con menstruación irregular tenía más síntomas de asma y atopia y una función pulmonar forzada más baja. La Dra. Bazús considera que sería aconsejable seguir investigando el mecanismo del asma durante los ciclos mensuales irregulares para mejorar el tratamiento de la patología y conocer mejor la influencia hormonal en el mismo.

Asma y Embarazo

La prevalencia de asma en mujeres embarazadas es del 8,8%. Ente la semana 17 y la 36 es el periodo de más riesgo de exacerbación del asma.

El asma es la enfermedad respiratoria más común y que más complicaciones causa durante el embarazo. En estudios epidemiológicos realizados en USA y publicados en 2003, se ha descubierto que entre el 8,8 y 8,4% de las embarazadas entre 2001 y 2003, padecían asma. En el mismo estudio, realizado en Australia, eran asmáticas el 12,4% de las embarazadas y la cifra iba aumentado.

El asma complica aproximadamente del 4% al 8% de todos los embarazos. En un análisis retrospectivo, los investigadores Juniper y Newhaouse observaron que un tercio de mujeres embarazadas tenia mejoría, un tercio no modificaba sus parámetros y un tercio sufría deterioro de la enfermedad. Las causas que provocan este deterioro puede ser los cambios fisiológicos durante el embarazo y el sexo del feto (se ha estudiado que un feto femenino provoca más síntomas, menor función pulmonar y precisa incrementar la medicación).

El incremento de los síntomas suelen presentarse a partir del 4º mes de embarazo siendo el pico de incidencia en el 6º mes. Durante el último mes de embarazo se produce una mejoría en las asmáticas leves y moderadas aunque el asma haya sufrido un deterioro. Durante el embarzo aumentan también las visitas a urgencias: del 12,6% de las asmáticas embarazadas que acuden a urgencias por dificultad respiratoria, ingresan el 1,6% de ellas cuando la valoración de la gravedad se hace sin medidas objetivas. Cuando se utilizan medidas objetivas, a través de una espirometría, ingresan el 62%. Las que acuden a urgencias en su mayoría no hacen tratamiento o es inadecuado, aunque el riesgo de tener una crisis disminuye más de un 75% cuando las asmáticas embarazadas toman corticoides inhalados regularmente, según un estudio realizado en 1996 y nuevamente confirmado en un estudio de 2005. El temor y las falsas creencias de algunos médicos y de las asmáticas embarazadas sobre el uso de medicamentos es la causa frecuente del infratratamiento o suspensión del medicamento durante la gestación. Tras el inicio del embarazo el uso de los B2A-AC disminuía un 52%, los corticoides inhalados un 36% y las visitas a urgencias se incrementaban un 21%.

La Dra. Bazús asegura que ?un mal control del asma tiene más riesgo para la madre y el feto que tomar diariamente la medicación?. Un ataque de asma, además, supone un riesgo mayor para el feto debido a la disminución del aporte de oxígeno. Es decir, si respira bien la madre respira bien el hijo.

Desgraciadamente estudios publicados en 2006 demuestran que en todas las categorías de asma incluso las más graves, se disminuye las dosis de corticoides inhalados en el primer trimestre favoreciendo la aparición de los ataques. El asma en mujeres durante el embarazo, según la Dra. Bazús, debería de ser controlada por los especialistas, cuyo objetivo en el tratamiento de la enfermedad sería que el feto tuviera una adecuada oxigenación y para ello es necesario prevenir la falta de oxigeno en la madre. Según la neumóloga, para que no surjan complicaciones en la madre ni el feto durante el embarazo es necesario que el asma esté bajo un control total.

Durante el parto sólo entre el 10 y 20% de las asmáticas tiene síntomas leves. La incidencia varia según el tipo de asma: 12,3% en caso de asma leve, 22,4% en caso de asma moderados y 44,4% en asma graves. Por una crisis de asma materna y debido a la falta de aporte de oxígeno al feto se puede producir un bajo crecimiento durante la gestación, bajo peso al nacer, parto prematuro, malformaciones o un aumento de mortalidad perinatal. Por otra parte, la mujer que no tiene controlada el asma y sufre falta de oxígeno crónicamente, puede experimentar un menor del crecimiento de la placenta, abortos espontáneos, placenta previa (con riesgo de hemorragia grave o preeclampsia).

Menopausia

Después de los 50 años la prevalencia de asma en la mujer baja y se iguala a la de los hombres. Gómez Real y otros autores han estudiado la asociación de la función pulmonar y asma durante la transición de la menopausia y han comprobado que la capacidad pulmonar es menor y los síntomas más frecuentes. Cuando el asma aparece por primera vez en una mujer menopáusica, usualmente no tiene relación con las alergias (atopia), mientras que sí se asocia a sinusitis y urticaria crónica. Con frecuencia estas asmas tardías son de control difícil. Por otra parte, no se ha demostrado de manera concluyente que el tratamiento hormonal de la menopausia proteja o empeore el asma.

Control del asma en mujeres

Los médicos deberían ser conscientes de las peculiaridades y dificultades que entraña el manejo del asma en las mujeres. Así como de la posibilidad de que el aumento de su gravedad o de la aparición de nuevos síntomas puede darse en relación a los diferentes ciclos hormonales de la vida de la mujeres. El manejo del asma requiere además de un buen conocimiento de la enfermedad, el que exista un diálogo entre médico y paciente para reconducir los factores que pueden alterar el curso de la enfermedad. En el caso del asma femenino este diálogo parece pues imprescindible. Para la Dra. Bazús ?no hay duda que comprender los mecanismos del asma desde una perspectiva femenina podrá hacer más útil y eficaz el trabajo de los médicos en la mejoría del control y el seguimiento del asma?.

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