Más de una veintena de países europeos están integrados en un proyecto que analiza la realidad de estas enfermedades en colaboración con instituciones de primer nivel
Madrid, 9 de febrero 2009 (medicosypacientes.com)
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades reumáticas son la causa más frecuente de incapacidad, de origen no mental, en el mundo. En España estas patologías están relacionadas con el 50,7 por ciento de las incapacidades laborales y son la principal causa de bajas laborales permanentes.
La Fundación Ramón Areces, en colaboración con la Fundación Abbott tiene proyectado, durante los próximos meses, un estudio sobre el impacto de las enfermedades reumáticas y las vías para contribuir a la mejora de la productividad y la calidad de vida de los pacientes que las padecen.
El trabajo enlaza con el Proyecto paneuropeo Fit for Work, mediante el que se analiza el impacto socioeconómico de enfermedades reumáticas, como la artritis reumatoide, dolor lumbar y dolor de las articulaciones, músculos y tendones. Con este fin, en cada uno de los 24 países europeos que forman parte del proyecto se está estudiando la realidad de estas patologías, en colaboración con instituciones nacionales de primer nivel.
Las enfermedades reumáticas se manifiestan generalmente por dolor intenso e incapacidad debidos a inflamación, degeneración o envejecimiento de articulaciones, tendones, músculos o hueso. Estas dolencias tienen una prevalencia muy elevada en España, especialmente la lumbalgia, la artrosis y la osteoporosis.
Según datos de un conocido estudio español dedicado a estas patologías, el estudio EPISER, el 22,6 por ciento de los españoles mayores de 20 años padece algún tipo de este grupo de enfermedades y más del 30 por ciento consulta anualmente al médico por problemas relacionados con estas patologías.
Especial relevancia tiene la artritis reumatoide, no tanto por su prevalencia, como por sus repercusiones sobre la calidad de vida de los pacientes y el deterioro progresivo que produce esta enfermedad. Entre el 20 y el 30 por ciento de los pacientes con esta patología se convierten en incapacitados permanentes durante los dos o tres primeros años de la enfermedad, lo cual, afecta a todos los aspectos de la vida del paciente, tanto laboral como personal y familiar.