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La Validación Periódica de la Colegiación garantiza a los ciudadanos una asistencia de calidad por profesionales competentes

 

El valor de la Validación Periódica de la Colegiación (VPC), implementada a través de los Colegios de Médicos y respaldada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), radica en garantizar a los ciudadanos un modelo de asistencia de calidad contrastada, realizada por profesionales competentes

Madrid, 25 de noviembre de 2014 (medicosypacientes.com/S.T.)

El valor de la Validación Periódica de la Colegiación (VPC), implementada a través de los Colegios de Médicos y respaldada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), radica en garantizar a los ciudadanos un modelo de asistencia de calidad contrastada, realizada por profesionales competentes. Esta fue una de las conclusiones que se extrajo de la mesa “Validación periódica de la colegiación. Formación médica continuada. Desarrollo profesional continuo. Certificación y recertificación” que tuvo lugar en el seno de la IV Convención  de la Profesión Médica, celebrada recientemente en Madrid.

En ella se partió del hecho de que con el desarrollo profesional continuo (DPC) el médico asume el compromiso de mantener su competencia profesional, desarrollando un proceso de aprendizaje y mejora continua durante toda su vida. Es responsabilidad de los colegios profesionales, las sociedades científicas y las Administraciones sanitarias  facilitar, promover y evaluar su desarrollo que debe ser accesible a todos los profesionales.

El desarrollo profesional continuo (DPC) constituye una herramienta fundamental para el médico y es un elemento primordial de garantía y seguridad en la atención a los pacientes, que ha de ser acreditado en el marco del ámbito profesional. Esta fue otra de las conclusiones que se extrajo de la mesa “Validación periódica de la colegiación. Formación médica continuada. Desarrollo profesional continuo. Certificación y recertificación”. Asimismo, se recordó que los colegios disponen de la Validación Periódica de la Colegiación (VPC), el único programa en activo que está más próximo a una evaluación del DPC, con el que se garantiza a los ciudadanos la seguridad de un modelo para una asistencia de calidad, realizada por profesionales competentes.

La mesa, la séptima de las ocho que tuvieron lugar durante dos intensas jornadas de trabajo, contó como ponentes con  los doctores  Arcadi Gual, director de la Fundación Educación Médica (FEM), autor del resumen, y Pilar de Lucas Ramos, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Moderó la mesa el Dr. Bernabé Galán Sánchez, presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, y los encargados de preguntar a los oradores fueron los doctores Pedro Cabrera Navarro, presidente del Colegio de Las Palmas, Enrique Guilabert Pérez, presidente del Colegio de Segovia y Juan Bautista Alcañiz Folch, presidente del Colegio de Sevilla.

El moderador, el Dr. Bernabé Galán introdujo a los ponentes insistiendo en la idea que “la formación permanente y la puesta al día constituyen un compromiso ético donde todos tienen que participar. Los Colegios y las sociedades científicas deben acreditar este proceso de forma no punitiva, estimulando al profesional”.

El DPC se entiende como un proyecto de carácter individual del médico, enmarcado en el ideario del profesionalismo, que tiene sus raíces en el compromiso ético-profesional de mantenerse competente durante toda la vida activa, con objeto de ofrecer una actuación adaptada a las corrientes científico sanitarias del momento y al sistema sanitario en el que se desenvuelve profesionalmente. Este concepto de profesionalismo implica también un esfuerzo colectivo para mejorar los sistemas de salud y el bienestar de la sociedad.

El Dr. Arcadi Gual afirmó que “los profesionales siempre, de una u otra manera, han hecho formación continuada” y añadió que “el  DPC pretende ir más allá, englobando el abanico completo de los procesos de formación/aprendizaje”.

Explicó que la Administración y el profesional son dos actores importantes en el DPC, pero existen otros actores que contribuyen a facilitar, pensar y construir el camino del desarrollo profesional continuo, como las organizaciones profesionales, colegios y sociedades científicas, poseedoras de la autoridad científica, entre cuyas funciones está marcar la línea de la correcta formación y la adecuada competencia. Afirmó que “los colegios deben garantizar la buena praxis, los valores profesionales y las competencias trasversales”, mientras que las sociedades científicas  son “garantes de la doctrina científica más actualizada”.

Para el Dr. Arcadi Gual, el DPC ha de ser un proceso práctico, y los entes reguladores del DPC deben aprovecharlo como un instrumento óptimo para mejorar la satisfacción y la motivación personal y profesional. En su opinión, los componentes principales del desarrollo profesional continuado se resumen en “ética y profesionalismo, actividad asistencial, actividades de formación continuada, y actividades de investigación y docencia” y aseguró que el marco del DCP y su evaluación debe ser de “fácil comprensión por todos los profesionales y de fácil implementación”.

Manifestó que la responsabilidad final frente a la ciudadanía de que los médicos dispongan de la competencia exigible recae en la Administración, que ostenta la “potestas” y la gestión de dicho proceso no puede alejarse de las instituciones poseedoras del conocimiento, esto es, de la “autoritas” que, en este caso, recae sobre las organizaciones profesionales.

El Dr. Gual también habló de las repercusiones que tiene disponer un DPC estructurado y evaluado para la profesión médica (colegios y sociedades científicas), así como para  el contratador y señaló que las organizaciones colegiales, junto a las sociedades científicas, deberían configurar un programa conjunto que asegurase las competencias y responsabilidades propias de cada organización.

En este sentido, explicó que  la VPC, con base colegial, y la recertificación (con base en las sociedades científicas) podrían otorgar, conjuntamente, una credencial que agrupara su respectiva autoridad. Y consideró que la Administración debería integrar dicha credencial en los registros profesionales, otorgándoles todo el valor que les corresponde, teniendo en cuenta que España deberá implantar de forma obligatoria la directiva europea de cualificaciones profesionales (Directiva 2013/55/UE de 20/11/2013). En este sentido, instó a los colegios y sociedades científicas a liderar este proceso porque si no, lo harán otros. “Por imperativo legal de Bruselas la recertificación de los profesionales de la salud se plasmará en pocos años en una estructura. Si esta estructura no la construyen los profesionales (colegios y sociedades), alguien  lo hará”.

La Validación Periódica de la Colegiación es el único programa en activo que está más próximo a una evaluación del DPC. Se trata de proceso voluntario que certifica, por periodos de seis años, que la preparación y formación del colegiado supera los requisitos previamente definidos para ejercer como médico.  En concreto, se trata de certificar, la buena praxis, es decir, que el médico no tiene expediente deontológico;  de acreditar que está en aptitud psicofísica idónea para atender a los pacientes; de certificar la vida laboral en la empresa en la que trabaje y de acreditar la Formación Médica Continuada y el Desarrollo Profesional Continuo.

Esta evaluación de carácter periódico, no será punitiva, sino que  consistirá en tener unas competencias y unos requisitos definidos que, en el caso de no alcanzarse, deben ir asociados a un programa de mejora.  Según el Dr. Gual,  “la VPC no puede suspender a nadie, solo puede dar feedback y proponer un programa de mejora” y añadió que “disponer de esta credencial es una seguridad para el paciente pero también para el médico” y que “si alguien tiene miedo a la VPC solo puede ser porque no se lo hemos explicado bien”.

La Dra. Pilar de Lucas Ramón habló del tránsito de la formación médica continuada (FMC) al desarrollo profesional continuo (DPC) de la Sociedad desde sus orígenes, en 1967. Explicó que, en 1994, tuvieron lugar los primeros cursos de actualización en Neumología y Cirugía Torácica y, en el 2000, se implantó el I Plan de Formación Continuada con cuatro líneas estratégicas.

También hizo referencia a que, en el año 2006 se firmó un convenio con SEAFORMEC y nació el Programa Estructurado de FC-Respira, con “más competencias, detallado, teórico práctico y con un proceso de evaluación” que “obtuvo muy buena respuesta por parte de los socios de SEPAR”.

Manifestó que, con un marco legal desarrollado, en 2008, arrancó el DPC definiendo competencias, estableciendo métodos de evaluación, actividades de formación, plataforma informática y recertificación. Se identificaron sus propias áreas específicas de conocimientos y las herramientas de evaluación y buscaron la alianza de la OMC.

El presidente del Colegio de Las Palmas, Dr. Pedro Cabrera Navarro, preguntó que por qué no se exigía la FMC y el DPC dentro de la VPC, y por qué no se establecían grados dentro de esta validación (apto, notable o excelente) como incentivo para el profesional. El Dr. Gual hizo hincapié en que la VPC no es de la Organización Médica Colegial (OMC) sino que es de cada Colegio y a ellos compete darle forma. Es una herramienta y se puede pulir y mejorar. La Asamblea general de la OMC acordó  que no era obligatoria su puesta en marcha, recordó el Dr. Gual, y en ese sentido poco se puede exigir. Con respecto a los grados dijo que actualmente complicaría el proceso, pero quizás se podría plantear cuando la VPC estuviera muy rodada.

El Dr. Enrique Guilabert reflexionó sobre la experiencia de su Colegio con respecto a la VPC que establecieron el pasado mes de febrero y preguntó qué estrategia implementaría para que los colegiados consideran la VPC un valor añadido. El Dr. Gual contestó que “es una forma de mejorar la situación del médico; cada seis años se me reconoce que mi idoneidad física y mental es la adecuada para prestar la asistencia con calidad. Es un reconocimiento de mi grado de capacitación. Ahora es voluntario pero será de obligado cumplimiento”.

Para concluir, el presidente sevillano, Dr. Juan Bautista, especuló sobre el Anteproyecto de Ley de Colegios Profesionales que abre la puerta para que entidades privadas acrediten la formación del médico. ¿Qué deben hacer los colegios y la OMC ante esta situación? El Dr. Arcadi Gual reconoció que es posible que el Anteproyecto siga adelante, aunque va despacio, y con respecto a los colegios lo que tienen que hacer es “hacerlo bien y que tenga valor lo que están haciendo”.

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