El Parlamento Europeo y el Consejo de Europa aprobaron ayer la nueva Directiva, en vigor desde el próximo 31 de diciembre, que establece límites más estrictos para los cinco contaminantes principales en Europa. Con esta directiva se pretende reducir casi un 50% en 2030 los efectos nocivos de la contaminación atmosférica en la salud que favorecen la enfermedad respiratoria y muerte prematura
A pesar de que los contaminantes del aire son asesinos invisibles, los ciudadanos son cada vez más conscientes de la calidad del aire que respiran y el asunto ocupa un lugar cada vez mayor entre sus preocupaciones.
Por lo tanto, el acuerdo de límites más estrictos en la Directiva sobre techos nacionales de emisión es un importante paso adelante. La directiva también tendrá algún efecto beneficioso sobre la calidad de las aguas, el suelo y los ecosistemas y limitará el impacto de partículas nocivas contribuyen al cambio climático, tales como el carbono negro.
Esta directiva se enmarca en un programa más amplio de la Comisión Europea, bajo el título “Aire Limpio para Europa”, partiendo de que la contaminación atmosférica causa cada año en Europa más de 450 000 muertes, cifra diez veces mayor que los accidentes de tráfico.
Desde la UE se insta a los gobiernos nacionales para establecer procedimientos de implementación que proporcionarán un aire más limpio para la población.
El papel de los Estados miembros en la coordinación y la aplicación de la Directiva a nivel nacional es esencial. Los Estados miembros deben transponer la directiva en su legislación nacional el 30 de junio de 2018 y para establecer, en 2019, su lucha contra el programa nacional de la contaminación del aire en el que se definirán las medidas para garantizar que las emisiones de cinco principales contaminantes del aire se reducen de acuerdo con los porcentajes acordados en 2020 y 2030.
Se adjunta Directiva.