jueves, mayo 1, 2025

Portal informativo de la Organización Médica Colegial de España

InicioHistoricoLa supresión de "factores distorsionantes" por parte de todos los agentes sociales...

La supresión de «factores distorsionantes» por parte de todos los agentes sociales es clave en el uso racional de medicamentos

La progresiva medicalización de la sociedad está convirtiendo a los medicamentos en un bien de consumo más. El ciudadano deja a un lado su papel de paciente para convertirse en un consumidor de fármacos. Ello influye en la cadena que conduce a un uso adecuado o eficiente de los mismos, que va desde el diseño del producto hasta la ingesta del mismo por el enfermo. No cabe duda de que para obtener un uso eficiente de medicamentos todos los agentes sociales tienen que intervenir en la supresión de factores que interfieren en este proceso

Madrid, 20 de marzo 2009 (medicosypacientes.com)

Intervinientes en la segunda mesa de las Jornadas «Uso racional del medicamento».

En el proceso del uso racional del medicamento interviene un amplio número de agentes desde que el fármaco se diseña hasta que es finalmente consumido por el paciente. En todo este proceso interactúan distintos factores que distorsionan dicho uso racional, término que, además, para algunos expertos, no es el más idóneo, en este caso, y optan por otros como el de ?adecuado? o el de ?razonado?. Industria, oficinas de farmacia, prescriptores, dispensadores y consumidores, en cada uno de estos eslabones que componen la cadena del uso racional del medicamento pueden emerger factores que ?contaminan?, en cierto modo, ese proceso.

De todo ello se habló en una de las dos mesas redondas que configuraron la Jornada ?Uso racional del Medicamento?, celebrada el pasado miércoles, en Madrid, organizada por el Consejo General de Colegios de Médicos. En la misma, dedicada a este controvertido tema se analizaron tres grandes grupos de elementos distorsionadores: por un lado, los externos, considerándose como tales otras profesiones sanitarias, las Administraciones, la industria farmacéutica, los medios de comunicación o la presión asistencial. Otro tipo serían los internos, en los que entraría en juego la formación del profesional, la experiencia o la prescripción inducida. Por último, se hizo mención a un tercer grupo de coyunturales, entendiendo por tales la inestabilidad laboral, los flujos migratorios, o la sobrecarga asistencial.

Uno de los puntos de partida a la hora de abordar esta temática es la de tener en cuenta que un medicamento no es un producto de ?mercado?, aunque, lamentablemente, la tendencia, como se expuso en esta mesa, es que cada vez es más utilizado por la propia sociedad como un bien de consumo. Esto provoca, a su vez, que ?el paciente deja de ser un enfermo para convertirse en un consumidor de fármacos?. Es por ello, que el uso adecuado de los medicamentos exige la implicación de todos los agentes sociales y en todo el proceso, desde la investigación al consumo, sin perder de vista las características deseables e inherentes que deben exigirse; no focalizando de manera excesiva en el gasto o en el beneficio; y con un objetivo de salud como objetivo finalista del proceso.

El uso adecuado de los medicamentos exige la implicación de todos los agentes y en todos los procesos, desde la investigación al consumo, sin perder de vista las características deseables e inherentes que deben exigirse; no focalizando de manera excesiva en el gasto o en el beneficio; y con un objetivo de salud como objetivo finalista del proceso.

En una parte de ese proceso está instalada la prescripción, una intervención clínica atribuida en exclusiva al médico, y bajo su responsabilidad, en el caso que haga dejación de la misma, el afectado será el paciente, base indiscutible de la profesión médica, como recordó el moderador de la mesa, el doctor Manuel Sánchez García, representante nacional de médicos de hospitales.

El director general de Planificación, Ordenación Sanitaria y Farmacéutica e Investigación de la Comunidad Autónoma de Murcia, el doctor José Antonio García Córdoba, recordó en un momento de su intervención los parámetros que deben acompañar al uso adecuado de medicamentos tales como calidad, eficacia, seguridad, experiencia de uso y conveniencia de utilización, sin olvidar que el protagonista fundamental del proceso del medicamento es el consumidor. En este sentido, el consumo no adecuado de fármacos puede dar lugar a las consecuencias más graves que fundamentalmente van a ser de tipo sanitario y de coste.

La Administración, por su parte, también es foco de elementos distorsionadores, entre otras cosas, porque está presente, de una manera u otra, en todos los procesos relacionados con el medicamento. La principal distorsión que introduce, a juicio del doctor García Córdoba, es ?su propia intervención?, a partir de su condición de regulador en autorización, en financiación, pero también como garante del sistema sanitario público. Al respecto, se le ha criticado que su preocupación por el uso racional de los medicamentos tiene su origen en el control del gasto. Tampoco puede pasarse por alto que las decisiones en materia farmacéutica no están desligadas de otras cuestiones de carácter sanitario estrictamente. A partir de esta posición, se insta a que hay que eliminar la estanqueidad de las partidas presupuestarias y tratar de tener una visión global del beneficio de salud que se produce.

Información, formación y educación

Nadie discute la importancia de la formación e información del prescriptor para un uso adecuado de los medicamentos, sin embargo, también puede llegar a considerarse un factor distorsionante en el proceso del uso racional del medicamento, tal como advirtió la farmacéutica de área del Hospital de Llenera-Zafra, Olga Ortiz. Y es que como subrayó, ?no existe una formación específica en el uso racional del medicamento que estimule actitudes críticas en el terreno de los fármacos?.

Esta formación, como se propuso a lo largo de la mesa, con contenidos específicos de farmacología clínica y terapéutica debería abordarse al margen de lo que es la formación continuada, en las etapas de grado y de postgrado, y que debe ayudar al médico a valorar toda la información a la que tiene acceso.

Sin embargo, tal como se indicó, no se puede pasar por alto de que mucha de la información y formación que recibe el médico es a través de la industria farmacéutica, y a través de estos mecanismos es probable que la industria pudiera estar interviniendo en la denominada prescripción inducida.

También resultan cruciales la educación en general y la sanitaria en particular, no sólo en el proceso del medicamento sino también en estados previos como la prevención, así como un papel más activo por parte del paciente, que también deberían contemplarse en el proceso de uso adecuado o razonado de medicamentos. Y es que como comentó otro de los ponentes, el enfermero y médico de familia Manuel Ortega Marlasca, «hay botiquines familiares que son ‘autenticas’ farmacias, y es ahí, donde, por ejemplo debería actuar el personal de enfermería que participa en la atención a domicilio».

Finalmente, como apuntó el relator de la mesa, el presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, el doctor Pedro Hidalgo, no se pueden pasar por alto otros aspectos que también inciden en este proceso. Citó algunos como la presión por prescripción inducida desde el ámbito hospitalario a la Atención Primaria, la inestabilidad laboral que también contribuye a la distorsión para el uso racional del medicamento, así como la formación continuada mal planificada o sesgada.

Más información:

Relacionados

TE PUEDE INTERESAR

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares