La alianza de organizaciones "No Es Sano", ha puesto en marcha una campaña que cuenta con médicos, pacientes e investigadores como actores principales en la denuncia contra el actual modelo de investigación y desarrollo de medicamentos. La iniciativa se lleva a cabo en redes sociales a través del hashtag #DaleVoz
La campaña muestra, a través de una serie de vídeos cortos, publicados en la web ‘www.noessano.org“, desde un prisma diferente un mismo problema. Desde No es Sano se recuerda que el sistema actual “impide que una de cada tres personas tenga acceso a los medicamentos que necesita”.
Consideran, por otra parte, que “no invierte en investigar en enfermedades que afectan especialmente a la población de los países pobres porque no es rentable”, además de que “impone precios excesivamente altos a los nuevos fármacos, poniendo en peligro la sostenibilidad de los sistemas de salud”, según dicha plataforma. A ello añade el establecimiento de “unas estrictas normas de propiedad intelectual que restringen el acceso a la información indispensable para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades globales como el cáncer, el VIH o la hepatitis C”.
Elsa, Oriol, Juan, Edie, Ángeles y Salvador son pacientes, médicos e investigadores que cada día se enfrentan desde un prisma diferente a un mismo problema: un modelo de investigación y desarrollo de medicamentos que está roto, que no funciona. Por este motivo, de cara a las próximas elecciones, reclaman a los partidos políticos el compromiso de incluir en sus propuestas medidas concretas que reformen en el actual modelo de I+D de medicamentos. La iniciativa, que estará activa hasta las elecciones del 26 de junio, se irán sumando nuevos testimonios y será difundida en redes sociales a través del hashtag #DaleVoz.
Elsa Tobeña y Ángeles Fernández, pacientes con hepatitis C, manifiestan, en la campaña, las consecuencias que tiene para la salud de enfermos y enfermas la falta de acceso a los nuevos medicamentos que curan su enfermedad y reclaman “medicación para todos” los que la necesitan.
Mientras, el Dr. Salvador Casado, médico de familia, recuerda que para financiar los altos precios de los medicamentos el Estado está obligado a “recortar en servicios y en recursos humanos” y eso tienen un efecto directo en la calidad de la atención que se le da a los pacientes. Por su parte, Oriol Mitjá, investigador, pide que se destinen fondos para encontrar solución a “enfermedades que hoy todavía no la tienen, incluso aquellas que no son rentables y que afectan a los más pobres”.Juan Gérvas recuerda, por su parte, que sólo el 3% de los medicamentos que se aprueban anualmente contribuyen a la mejora de la salud de los pacientes.
La organización reclama transparencia, para conocer los precios reales de transacción en la compra de medicamentos, las inversiones públicas e incentivos fiscales en I+D que se destinan al desarrollo de fármacos, los datos clínicos y los resultados de investigación y costes de los productos farmacéuticos financiados con dinero público.
Asimismo, pide también la introducción de criterios de interés público en todas las inversiones que el estado realice en este ámbito; y el impulso de nuevos modelos de innovación a través de gobiernos, instituciones y centros de investigación que promuevan iniciativas de I+D basadas en nuevos modelos de investigación y desarrollo de medicamentos que no dependan exclusivamente de las patentes como incentivo y modelo de negocio.