El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) ha condenado, mediante una resolución, los crecientes ataques y amenazas a las instalaciones y personal médico en los escenarios de conflicto y ha exigido a las partes beligerantes que respeten y protejan a esos profesionales, al igual que la infraestructura. Esta resolución se ha elaborado en el marco de la iniciativa "Asistencia de salud en peligro" de la que es asociada la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC
La ONU exige respetar y proteger a personal e instalaciones médicas en situaciones de conflicto
En una resolución adoptada unánimemente, el Consejo también ha urgido a los Estados a poner fin a la impunidad y a garantizar que los responsables de ese tipo de atropellos rindan cuentas ante la justicia.
El documento subraya la obligación de todas las partes en conflicto de respetar las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos, y les exige que faciliten el paso irrestricto y seguro del personal médico y humanitario, así como del equipo que porten para trabajar.
En consonancia con la resolución del Consejo de Seguridad adoptada, piden que se cumpla el Derecho Internacional Humanitario.
El Secretario General de la ONU participó en la sesión del órgano de seguridad, donde se refirió a los más de 360 ataques a personal médico desde el inicio del conflicto en Siria y a los 59 asaltos a esos profesionales el año pasado en Yemen.
Ban Ki-moon advirtió que ese patrón se repite en otros conflictos en países en los que los sistemas de salud son de por sí frágiles.
“Seamos claros: los ataques intencionales y directos a los hospitales son un crimen de guerra. Negarle el acceso a la gente a los cuidados médicos esenciales es una violación grave de la ley internacional”, subrayó.
Ban agregó que esas acciones son viles y no tienen justificación posible.
El titular de la ONU consideró que, además de la acción del Consejo de Seguridad, los Estados deben usar su influencia en las partes combatientes en todos los escenarios de guerra para hacerlas cumplir con los principios de las leyes internacionales que exigen la protección del personal y las instalaciones sanitarias.
Numerosos trabajadores de la salud mueren o resultan heridos mientras atienden a hombres, mujeres y niños heridos o enfermos durante conflictos armados. Y a muchísimos se les impide cumplir su labor.
“Tenemos que tomar más medidas en favor de ellos y de las personas civiles afectadas por esta inaceptable situación. Es una cuestión de vida o muerte. Se necesita una acción firme para acabar con la violencia contra los profesionales de asistencia de salud, los bombardeos de hospitales y la destrucción de ambulancias, hechos que impiden que comunidades enteras reciban servicios vitales” añadieron desde la ONU.
Esos actos de violencia exacerban el impacto de la guerra en las personas, provocan más muertes y discapacidades, dan lugar a índices de enfermedades más altos, así como a mayor sufrimiento físico y mental. Las consecuencias de esos actos se sentirán por décadas. Es momento de reafirmar que las guerras tienen límites.
La resolución del Consejo de Seguridad reconoce la importancia del derecho internacional humanitario y, en particular, la inviolabilidad de la prestación de asistencia de salud en tiempo de conflicto. A través de esta resolución, los miembros del Consejo demuestran al mundo que la violencia contra la asistencia de salud es un grave problema humanitario que es preciso abordar al más alto nivel, y que se necesitan medidas urgentes para reafirmar los Convenios de Ginebra, en los que todos los Estados son Partes.
“Instamos a todos los Estados Miembros de la ONU a que respondan a nuestro llamamiento y se sumen a los miembros del Consejo de Seguridad para afirmar su inquebrantable determinación de acabar con la violencia contra la asistencia de salud. Hay y debe haber un lugar para la humanidad en tiempo de guerra”, concluyeron.
(Se adjunta Carta de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU)