La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la comunidad sanitaria mundial, alzó este lunes la voz para solicitar que el impacto del cambio climático en la salud ocupe un lugar central en las negociaciones de la 28ª Cumbre del Clima, conocida como COP28 y que comenzará este jueves en Dubái (Emiratos árabes Unidos)
“Priorizar la salud no es solo una elección; es la base de las sociedades resilientes”, señaló el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien añadió: “Los líderes deben cumplir en Dubái, proporcionando los sólidos resultados de salud que esperan sus pueblos y sus economías necesidad urgente. Debemos cambiar la conversación y demostrar los enormes beneficios de una acción climática más audaz en nuestra salud y bienestar”.
Los fenómenos meteorológicos extremos ocurridos en los últimos meses en todo el mundo ofrecen “una visión aterradora” de lo que se avecina en un mundo que se calienta rápidamente, según la OMS.
Un informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) indica que 3.500 millones de personas -cerca de la mitad de la humanidad- viven en áreas altamente vulnerables al cambio climático.
Las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años han aumentado un 70% en todo el mundo en dos décadas, según cifras de la OMS.
Los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes y graves -como sequías, inundaciones y olas de calor-, también pondrán a prueba las infraestructuras sanitarias. Las inundaciones del año pasado en Pakistán desplazaron a ocho millones de personas y afectaron a 33 millones en total.
Las previsiones del Banco Mundial indican que, si no se toman medidas audaces e inmediatas, el cambio climático podría desplazar a unos 216 millones de personas para 2050.
“DESAFÍO SIN PRECEDENTES”
A medida que la crisis climática pone en peligro vidas y medios de subsistencia, los sistemas alimentarios mundiales luchan por mantener una población en crecimiento, y las fuentes de agua comprometidas agravan los desafíos.
Paralelamente, el cambio climático está catalizando un aumento de enfermedades infecciosas como el dengue y el cólera, lo que pone en peligro a millones de personas.
Dado que el cambio climático plantea “un desafío sin precedentes” a los sistemas de salud de todo el mundo, la OMMS consideró “imperativo” fortalecerlos para que sean resilientes, bajos en carbono y sostenibles.
Para reducir el impacto negativo en la salud, la comunidad sanitaria hizo hincapié en la importancia de reducir y detener las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la OMS, siete millones de muertes prematuras al año se atribuyen a la contaminación del aire.
La comunidad de la salud abogó por descarbonizar los sistemas sanitarios, digitalizar la medicina e implementar prácticas sostenibles en hospitales y centros de salud para reducir significativamente el 5% de emisiones globales atribuidas al sector.
Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo son atendidas por centros de salud con electricidad poco fiable o sin electricidad. En el caso de los países de bajos ingresos que carecen de acceso a ella, la comunidad sanitaria pidió que se acelere el acceso a la energía limpia.
MÁS INVERSIÓN
Por otro lado, la comunidad de la salud reclamó un aumento de la financiación de nuevas fuentes. El llamamiento es para desinvertir y poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles, y para movilizar nuevos fondos para apoyar a los sistemas de salud en la lucha contra el cambio climático.
En la actualidad, el sector sanitario recibe apenas un 0,5% de la financiación climática mundial. Multiplicar el apoyo financiero implicaría fortalecer la capacidad del sector para innovar, adaptarse y brindar una atención óptima.
Por todo ello, la comunidad sanitaria pidió a los negociadores de la COP28 que reconozcan que la lucha climática es “una acción de salud, y que no abordar esta realidad implicará “profundas consecuencias para el bienestar de las generaciones actuales y futuras”.