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La OMC estudia la forma de integrar a los tutores de médicos residentes en su estructura profesional y atender sus necesidades

La Organización Médica Colegial está dispuesta a recuperar el tiempo perdido con un colectivo profesional tan particular e incomprendido como es el de los tutores de médicos internos residentes. A sus condiciones profesionales no se les ha prestado la suficiente atención en el transcurso de los últimos años ni por parte de la Administración ni de las organizaciones correspondientes. Es por ello que la OMC entiende que ha llegado el momento de acortar distancia, integrar a estos docentes dentro de su estructura y ofrecerles un espacion donde se pueden atender sus necesidades específicas, tal como ha anunciado su presidente, el doctor Rodríguez Sendín, en el transcurso de la I Jornada de Tutores MIR, celebrada ayer en la sede de dicha institución

Madrid, 29 de octubre 2009 (medicosypacientes.com)

Momento del desarrollo de la I Jornada de Tutores MIR, organizada
por la OMC, y moderada por su vicepresidente Ricard Gutiérrez.

La figura del tutor docente de médicos internos residentes (MIR) se ha ido consolidando a través de los años dentro del sistema sanitario español tanto en el ámbito de la Atención Primaria como de la Especializada. Se trata de un colectivo cercano, en estos momentos, a los 8.000 profesionales con unas necesidades específicas que, con toda probabilidad, no han sido hasta ahora lo suficientemente atendidas. La Organización Médica Colegial (OMC) es consciente de ello, como ha afirmado su presidente, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, algo que está dispuesto a subsanar, tras reconocer que hasta el momento no se le había dado, realmente, la importancia que merece por parte de dicha Organización.

Así lo ha manifestado el doctor Rodríguez Sendín durante la inauguración de la I Jornada de Tutores MIR, celebrada ayer martes en la sede de la OMC, moderada por su vicepresidente, el doctor Ricard Gutiérrez, y que ha contado con la participación de expertos de primer orden en esta materia tales como el profesor Alfonso Moreno, presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud; el doctor Miquel Vilardell, vicepresidente del Colegio de Médicos de Barcelona y catedrático de Medicina Interna en la Universidad Autónoma de Barcelona; la doctora Verónica Casado, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Familiar y Comunitaria; el doctor Fernando Pérez Iglesias, presidente de la Asociación de Redes Docentes y Asesoras (AREDA); y el doctor Arcadi Gual, secretario de la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM).

De acuerdo con lo expresado por el presidente de la OMC, «parece pertinente que la Organización Médica Colegial reconozca no sólo las necesidades concretas de este colectivo sino que se le conceda un espacio y se estudie su integración en nuestra estructura profesional al igual que ha sucedido con otros grupos de profesionales». El planteamiento expuesto por Rodríguez Sendín podría traducirse en la constitución de un Grupo de Trabajo o, incluso, una Vocalía, algo que, como ha avanzado, será decidido próximamente por la Asamblea General de dicha institución.

El objetivo que persigue el máximo órgano profesional médico es el de un mayor acercamiento a estos médicos, fomentar el entendimiento entre ambos, ofrecerle los soportes precisos tanto a nivel administrativo como metodológico útiles para su desarrollo profesional continuo y para su formación, y en definitiva «constituir un nuevo estatus que permita negociar con las diferentes Administraciones aquellos aspectos profesionales que conciernan a estos docentes», como señaló el doctor Rodríguez Sendín.

Pasado, presente y futuro de este colectivo

Al acto asistieron miembros de la Comisión Permanente, de las
Vocalías Nacionales y representantes colegiales, de la Administra-
ción, de Comisiones Nacionales y de Sociedades Científicas.

Tras el compromiso lanzado por el presidente de la OMC durante la presentación de dicha Jornada, se sucedieron las distintas intervenciones de los expertos, a los que fue dando la palabra el vicepresidente Ricard Gutiérrez. A lo largo de las mismas se hizó un interesante recorrido desde los orígenes de la figura del tutor docente hasta esbozar algunas consideraciones sobre su futuro, profundizándose, sobre todo, en las principales características del perfil que ha de reunir el profesional dedicado a esta tarea y en las condiciones en las que la desarrolla.

De recordar sus inicios y su evolución hasta nuestros días se encargó el profesor Alfonso Moreno, quien aportó una visión histórica con la incorporación paulatina de distintas normativas que han ido configurando la figura del tutor, desde los antecedentes del R.D. 127/1984, por el que se regula la formación médica especializada, hasta alcanzar el R.D. 183/2008 en el que se le da un reconocimiento completo a la labor de este profesional. Una normativa de la que, como se especificó en un momento de la Jornada se entresacan casi una veintena de funciones dirigidas al tutor y otras 11 competencias en relación con la formación.

De la intervención del doctor Pérez Iglesias cabe destacar los datos que aportó procedentes de una reciente encuesta hecha en Madrid hace tan sólo unos meses, de la que se desprende que hay residentes que todavía no tienen un tutor asignado, de hecho, un 33 por ciento percibe que el derecho a tener un tutor ha mejorado poco o nada tras la promulgación del R.D de 2008. Además, un 55 por ciento no nota un incremento del número de tutores, pese a que en la normativa se establece que habrá un límite en el número de residentes por tutor. Por otra parte, la mayoría de los encuestados considera que ha de mejorarse el papel del tutor, en cambio valoran como buena o incluso excelente la calidad de la tutoría, además de constatarse, gracias a este sondeo, que ya se hacen evaluaciones formativas tan sólo un año después de publicarse el referido R.D. de 2008.

El doctor Vilardell detalló una serie de capacidades de las cuales un tutor debería estar dotado, entre las que cabe destacar capacidad docente demostrada, capacidad de liderazgo capacidad investigadora a lo que hay que sumar la importancia de haber publicado en alguna revista de impacto. «Esto es importante para el tutor -apuntó-, ya que de lo contrario su currículum quedaría cojo». Además, concluyó sosteniendo que «es preciso que estos docentes sean respetados profesionalmente en sus servicios».

Por su parte, la doctora Verónica Casado explicó que hay una serie de factores que influyen a la hora de desarrollar la práctica docente, unos son de tipo interno como es la competencia, la motivación, creencias valores y expectativas; y otros externos, como la organización, el tiempo, el número de profesionales y los sistemas de colaboración.

En otro momento de su intervención Casado identificó una serie de ejes de intervención enfocados a la obtención de una mayor proyección del trabajo que realizan los tutores, entre los cuales resulta clave el mantenimiento y mejora de la competencia de estos profesionales, puesto que por una parte tienen que ser buenos clínicos en su especialidad, pero, por otra hay que seguir trabajando en metodología docente. Además, persiste la necesidad de crear condiciones asistenciales y docentes adecuadas, con tiempos específicos para la docencia y con el control de la presión asistencial, sobre todo en Atención Primaria. Finalmente, la presidenta de la Comisión Nacional de MFyC demandó actuaciones claras desde la Administración sanitaria para mantener la motivación de los profesionales, así como continuar con los procesos de acreditación y reacreditación de tutores.

Otro apartado sobre el que hay que incidir y al que hizo referencia, esta vez el profesor Arcadi Gual, es el relativo al desarrollo profesional continuo del tutor docente, el cual, como señaló, tiene dos vertientes. Por un lado, su formación médica continuada como especialista, pero, además, ha de tener formación en docencia, puesto que este tipo de capacidades no son innatas. Sobre esta última vertiente, el doctor Gual se refirió a un ?modelo pentagonal?, con cinco componentes básicos del perfil tutorial: planificador de la docencia; evaluador; facilitador; y el tutor como ?modelo?, con una actitud modélica para el residente.

¿Necesidad de incentivación?

La necesidad de incentivación a estos profesionales es un tema obligado y permanente en los foros públicos dedicados a la problemática de este colectivo docente, máxime cuando hasta el momento no ha habido ningún reconocimiento importante, excepto algunas experiencias aisladas en algunas CC.AA. como es el caso de Cataluña, tal como recordó el doctor Pérez Iglesias.

Como señaló la doctora Verónica Casado, «hay que tener en cuenta que continuamente se producen contextos que están desmoralizando mucho a los tutores como, por poner un ejemplo, reconocerse la función docente a pesar de no ser tutor, y como no se da la importancia que se debe dar a esa labor de tutorización, no hay incentivación ni económica ni labor reconocida, etc». «No obstante, -prosigue- perdura un currículo oculto de valores y compromisos, es una especie de poso que nos hace seguir tirando con nuestra labor tutorial pese a no ser remunerada». De todas formas -como añadió- «el incentivo económico puede generar efectos secundarios yatrogénicos importantes, por tanto, estoy de acuerdo en que hay que incentivar pero no de una manera fija, hay que hacer querer ser tutor y mantener su prestigio social».

Desde el punto de vista del doctor Miquel Vilardell, el cargo de tutor ha de ser periódicamente renovable dentro de una estructura de servicios, cambiable, transparente y con evaluación. Con respecto al incentivo, opina que «primero hay que demostrar hacer bien las cosas, y, después, el que muestre capacidad y formación docente podrá obtener el correspondiente incentivo en el período en el que ejerza dicha tutoría, pero nunca otorgarlo por el hecho de tener un título de tutor, ya que de ser así, el sistema no funcionará», tal como vaticina.

El doctor Arcadi Gual, por su parte, es de la opinión de que lo que realmente hay que reconocer al tutor es que «el trabajo que realiza requiere de un tiempo y de una organización, es decir, una serie de necesidades que hay que poner de una vez encima de la mesa».

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