El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico sobre política sanitaria destaca que, en muchos casos, los profesionales están infracualificados para desempeñar algunas de las labores que deben realizar y en otros, tienen un exceso de formación. Por este motivo, sugiere que exista más equilibrio
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó un informe que recoge que el número de profesionales sanitarios ha alcanzado niveles sin precedentes. Sin embargo, su recomendación pasa porque los países reformen sus estrategias de capacitación y de empleo para responder mejor a las necesidades de salud de la población.
Según el documento ‘Health Workforce Policies in OECD countries: Right Jobs, Right Skills, Right Places’ en 2013 había un total de 3,6 millones de médicos en los 34 países que integran la OCDE, frente a los 2,9 millones de facultativos en 2000.
“La evolución de las necesidades de salud y de atención a largo plazo de las poblaciones que están envejeciendo debería estimular la innovación en el sector salud, donde la atención debe centrarse en crear empleos adecuados, con las habilidades correctas, en los lugares apropiados”, señaló Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. “Los países deben cooperar más para asegurar que el mundo logre que se hagan inversiones estratégicas en el personal del sector salud, que son necesarias para lograr la cobertura de salud universal y una atención de alta calidad para todos”, comentó.
El informe recoge que un número considerable de médicos presenta una importante disparidad entre sus habilidades y las necesidades laborales. Aproximadamente la mitad de los médicos están infracualificados para algunas de las tareas que deben realizar. Por el contrario, una gran mayoría de facultativos están sobrecualificados para parte del trabajo que deben realizar.
Para solucionar estas dificultades, el informe de la OCDE propone capacitar a los profesionales en un número suficiente y en una combinación adecuada para satisfacer las necesidades futuras, sin depender demasiado de los trabajos de capacitación de otros países; en particular, de los que padecen escasez de esos profesionales, como es el caso en algunas economías en desarrollo y emergentes.
Asimismo, el documento recomienda asegurar que los profesionales de la salud adquieran las habilidades y competencias adecuadas, y se les brinden oportunidades para que adapten sus habilidades durante su vida laboral para prestar servicios de salud de alta calidad, con enfoques más centrados en los pacientes y de trabajo en equipo.
Por último. el estudio analítico hace hincapié en una distribución geográfica más uniforme de los profesionales de la salud y los respectivos servicios a través de incentivos financieros o de la reglamentación; y aprovechar más los innovadores modelos de prestación de servicios de salud, de manera particular, la telemedicina.