Uno de los grandes retos que se le plantea los sistemas sanitarios a la hora de incorporar estas innovaciones a la práctica clínica es hacerlo sin que ello suponga un aumento inasumible de los costes y esto, en opinión de los expertos, es factible
Madrid, 30 de abril 2010 (medicosypacientes.com)
La revista del Colegio de Médicos de Tenerife, ?Acta médica?, recoge en su último número un reportaje sobre las conclusiones de diversos expertos, gestores de distintas instituciones sanitarias, ofrecieron en un reciente debate organizado en el Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, sobre crisis económica y medicina individualizada. Así, los expertos destacaron la necesidad de contar con una medicina más predictiva y preventiva para contener el gasto sanitario y optimizar el abordaje de las enfermedades. Los especialistas evaluaron los modelos de ajuste económico desde una perspectiva hospitalaria, así como la gestión de la demanda asistencial y las nuevas tecnologías, todo ello con el objetivo de determinar cuáles deben ser las prioridades a atender, mejorar la eficiencia y optimizar los recursos.
En opinión de los expertos, diseñar y aplicar intervenciones de prevención, diagnóstico y tratamiento más adaptadas al sustrato genético de cada paciente y al perfil molecular de cada enfermedad, lo que comúnmente se ha dado en llamar Medicina Individualizada, no sólo podría permitir una optimización en el manejo de las enfermedades sino que también podría ser un abordaje coste-beneficioso.
La Medicina Individualizada ofrece herramientas para intervenir lo más tempranamente posible en el continuo salud-enfermedad, precisamente en las fases en que la carga de la enfermedad es menor y, por lo tanto, cuando el coste-efectividad de las intervenciones puede ser más favorable. La utilización de modernas tecnologías y las aplicaciones de nuevos conocimientos permite ahora la rápida y, cada vez más barata, evaluación del riesgo o susceptibilidad de un individuo a padecer una determinada enfermedad y a llevar a cabo cribados poblacionales, que hacen posible predecir o prevenir la enfermedad en la fase preclínica; y es a partir del diagnóstico y de la fase de manifestación clínica de una enfermedad, los costes empiezan a ascender.
La Medicina Individualizada ofrece recursos que permiten afinar el diagnóstico, así como establecer un pronóstico del curso más probable de la enfermedad y seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente y monitorizar su eficacia y toxicidad. Gran parte de estos avances se sustentan en tecnologías innovadoras y, por definición, costosas.
Por eso, uno de los grandes retos que se le plantea los sistemas sanitarios a la hora de incorporar estas innovaciones a la práctica clínica es hacerlo sin que ello suponga un aumento inasumible de los costes y esto, en su opinión, es factible. Y es que existen buenas razones para creer que en muchas patologías, especialmente las más complejas y prevalentes (como el cáncer, la diabetes y la enfermedad cardiovascular), el desarrollo de la Medicina Individualizada, por su mayor componente preventivo y predictivo, permitirá a la larga una contención del coste.
La conjunción de tres fenómenos clave está motivando el impulso y generalización definitiva de la Medicina Individualizada en nuestro medio. El mediocre balance riesgo/beneficio y la desigual eficacia de los tratamientos actualmente utilizados, la escasa rentabilidad para la Industria Farmacéutica del proceso de investigación, desarrollo y comercialización de nuevas terapias, así como los avances en Genética, Genómica y Biología Molecular de los últimos años, ha incentivado un cambio de modelo en Medicina.
Mientras que la Medicina ?clásica? es mayoritariamente reactiva y curativa (trata los síntomas cuando aparecen) y muy empírica (los tratamientos se administran muchas veces por ensayo y error), la Medicina Individualizada pretende ser más predictiva y preventiva, estimando riesgos y susceptibilidades de padecer enfermedades en función del sustrato genético y entorno familiar y ambiental de cada individuo; además, esta última favorece el diseño de terapias dirigidas, actuando de forma mucho más específica sobre dianas terapéuticas clave.
Junto con la profusión de biomarcadores moleculares, uno de los pilares fundamentales del creciente protagonismo de este tipo de abordaje de las enfermedades parte de la evolución que ha seguido el coste de secuenciar un genoma humano completo, que en poco más de un lustro ha pasado de costar más de 300 millones de dólares a valer menos de 6.000 dólares.