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La figura del “médico responsable” garantiza una personalización y humanización adecuada de la asistencia

“El médico responsable” puede dar respuesta a las principales aspiraciones de un paciente, entre ellas, recibir una atención respetuosa, humana e integral, una información clara y una continuidad en el seguimiento. Sobre esta figura se ahondó en el II Congreso Nacional de Deontología, en base a una reciente Declaración de la OMC elaborada por su Comisión Central de Deontología

 

Tarragona, 12 de mayo 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)

“El médico responsable” puede dar respuesta a las principales aspiraciones de un paciente, entre ellas, recibir una atención respetuosa, humana e integral, una información clara y una continuidad en el seguimiento. Sobre esta figura se ahondó en el II Congreso Nacional de Deontología, en base a una reciente Declaración de la OMC elaborada por su Comisión Central de Deontología. A ella se refirió el Dr. Julio García Guerrero, vocal de la Comisión Central de Deontología y pte. Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Castellón que estuvo acompañado en la mesa “La responsabilidad del médico ante el paciente y la sociedad”, por el Dr. Eduard Prats, secretario de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Tarragona; Dr. Francesc Vallhonrat, vocal de la Comisión Deontológica del COM Tarragona; y la Dra. Juana Caballín, presidenta de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Navarra que actuó de moderadora.

Como expuso el Dr. García Guerrero, “ha quedado constatado por expertos que la identificación del médico responsable de un paciente ingresado por parte del paciente y de la enfermera es baja y hay variabilidad según los diferentes servicios médicos”. Así, en los hospitales públicos españoles, en algunas ocasiones, “el paciente hospitalizado no tiene un médico responsable específico lo que puede tener implicaciones negativas para la calidad de la asistencial”, algo que no sucede cuando la situación se invierte.

El presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Castellón incidió en que recibir una atención respetuosa, humana e integral, una información clara y adaptada a cada circunstancia concreta, una continuidad en el seguimiento, es a lo que, principalmente, aspira un paciente. todos estos anhelos de los pacientes quien mejor los puede satisfacer es la figura del médico responsable que garantiza una personalización y humanización adecuada de la asistencia.

Así lo plasmó la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial en la Declaración “La figura del Médico Responsable (MR)”, aprobada por la Asamblea General el pasado mes de noviembre.

El MR queda contemplado en la normativa actualmente vigente como una figura dentro del sistema sanitario a la que se encomienda una serie de funciones específicas, claramente incluidas dentro de la competencia profesional médica, pero también algunas otras que se alejan de su competencia estricta y convierten a esta figura en el garante de una serie de cuestiones e incluso decisiones que trascienden de lo que específicamente se espera de un profesional médico.

El Dr. García Guerrero repasó las principales conclusiones de esta declaración, que pasan por: La existencia de la figura del Médico Responsable es un mandato ético deontológico y legal.

La figura del Médico Responsable garantiza, asimismo, una personalización y humanización adecuada de la asistencia. Se debería potenciar esta figura, que significa para los pacientes el acceso fácil y confiado a la información sobre la asistencia que recibe.

Además, el MR facilita y garantiza el cumplimiento efectivo del trascendental acto clínico de la información y además se ha comprobado que  mejora  la calidad percibida por los pacientes de la atención médica que reciben.

Por otra parte, los responsables de gestionar los equipos asistenciales deberían velar por el cumplimiento  efectivo  de este importante precepto tanto ético-deontológico, como legal, fomentando y facilitando la presencia  del Médico Responsable desde el inicio de cada proceso asistencial  y su conocimiento efectivo por los pacientes.

Estos aspectos, concluye la declaración, son relevantes en todos los ámbitos de la medicina pero especialmente  en la asistencia hospitalaria.

La responsabilidad moral del médico

La “responsabilidad comprometida”, “la de siempre, la comprometida por la mirada humana del uno hacia el otro en el ámbito del deber clásico del médico”, junto con la “responsabilidad moral colectiva de la que todavía queda por definir su alcance y sus límites, y que se relaciona con la sociedad postmoderna en la que estamos inmersos, pueden resultar los antídotos a una serie de “responsabilidades enfermizas”, que fueron identificadas en esta mesa sobre “La responsabilidad del médico ante el paciente y la sociedad”, por el Dr. Eduard Prats, secretario de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Tarragona.

Dichas amenazas sobre el ejercicio correcto de la responsabilidad del médico, según el Dr. Prat, pueden ser cuatro, en principio, aunque la lista puede ampliarse aún más.

En primer lugar se refirió a la responsabilidad disgregada, que surge como consecuencia de la división del acto asistencial en un conjunto de actos individuales, frecuente ante la tendencia actual de la “medicina en equipo”, en la que es fácil caer en la trampa de la “coresponsabilidad minimizada”, de esconderse detrás o dentro de dicha medicina.

A continuación se refirió a la “responsabilidad líquida”, entendida ésta como la que se produce a consecuencia del distanciamiento con el paciente por la “interposición de las máquinas, el uso inflexibe de protocolos y la socialización de la asistencia”, según expuso.

Otro tipo de “responsabilidad enfermiza”, a la que se refirió el Dr. Prats, es la que denomina como “blanda”, cuando el profesional concede al paciente la categoría de “hiperautónomo”.

Finalmente, se refirió a la “responsabilidad blindada”, que se deriva del uso de la Medicina defensiva con el fin de protegerse de las denuncias ante juzgados e instituciones.

Para concluir se refirió a un reto fundamental para el médico del siglo XXI, como es el de llegar “al difícil equilibrio entre el tú (paciente) y el yo (médico), el vosotros (familia y sociedad) y el nosotros (profesión médica y cohorte sanitaria)”.



 

 

 


 

 

 

 

 

 

 


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