Entre los 13 y 15 años, el 51% de los chicos y el 69% de las chicas han padecido ya dolencias de espalda debido, entre otros motivos, a una reducción de la actividad física y a un ocio más pasivo dominado por tablets, móviles, ordenadores o soportes electrónicos. Así lo pusieron de manifiesto durante la presentación de una nueva edición de la campaña de Prevención de las Dolencias de la Espalda, impulsada por el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) y la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE)
La falta de actividad física y el ocio pasivo aumenta el dolor de espalda en niños y niñas
La campaña fue presentada en la sede del CGCOM por su presidente, el Dr. Serafín Romero; así como el Dr. Francisco Kovacs de la Unidad de la Espalda Kovacs del Hospital Universitario HLA-Moncloa y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE). Se sumó en esta 17ª edición de la campaña la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) representada por su tesorera, Mª Carmen Morillas. Asimismo, estuvo presente la Dra. Mª Rosa Arroyo, vicesecretaria general del CGCOM.
El objetivo de esta campaña es concienciar sobre la importancia de practicar ejercicio de manera habitual durante la infancia y con la familia para prevenir las dolencias de la espalda para toda la vida.
Es por ello que, el Dr. Serafín Romero agradeció, en primer lugar, la importancia de contar con la representación de las familias a través de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado en esta campaña. “Para trabajar en la prevención de dolencias de espaldas es fundamental contar con el ámbito escolar, las familias y con las administraciones educativas”, señaló.
Tal y como explicó, desde el CGCOM y la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) llevan 17 años “solicitando incluir medidas de prevención en los planes educativos” y añadió que “necesitamos generar cambios en la prevención y la promoción de la salud”.
Para el Dr. Romero “la familia, los maestros y los médicos debemos de ser partícipes a la hora de promover y tomar conciencia de este problema. Prevenir los dolores de espalda ayudará, sin duda, a evitar otros problemas de salud y esta campaña, que aporta recomendaciones basadas en la evidencia científica, es un referente en este sentido”.
Por su parte, el Dr. Francisco Kovacs manifestó que “la práctica habitual de ejercicio físico es la medida más eficaz para prevenir las dolencias de la espalda, y es mucho más fácil integrarla como una parte más de la vida cotidiana y mantenerla durante toda la vida cuando la familia la inculca desde la infancia”.
Tras recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los niños realizar una hora diaria de actividad física, expuso que el 63,4% de los menores incumple este mínimo, según estudios, y se ve más agrandado conforme aumenta la edad siendo el 72% en edad secundaria. Esto se debe, según explicó, a que cada vez se realiza menos juegos de ejercicio y más ocio pasivo basado en tablets, ordenadores, móviles y soportes electrónicos.
“El organismo necesita actividad física para desarrollarse. Es una necesidad biológica”, dijo el Dr. Kovacs quien apuntó que no solo ayuda a prevenir el dolor de espalda, sino que evita a que se cronifique en edad adulta.
Asimismo, insistió en la importancia de evitar el reposo en cama una vez aparece el dolor “la inmovilidad en sí misma hace el que el cuadro de dolor dure más y se repita en el tiempo” e hizo hincapié en reducir el peso que llevan los niños en la mochila que provoca problemas de salud. “No es entendible que en un mundo electrónico los niños sigan portando tantos libros pesados en formato físico”, dijo.
Mª Carmen Morillas solicitó, en su intervención, implicar a la Comunidad Educativa en el problema del peso de las mochilas escolares que “supera el porcentaje de peso aconsejado y conlleva problemas de salud” y propuso “trabajar de forma conjunta incitando la práctica de deporte, higiene postural, libros de texto divididos por trimestre, soportes informáticos y mobiliario ergonómico”. “Se necesitan medidas políticas, administrativas y legislativas para la plena vigencia de la totalidad de los derechos y garantías de niños y adolescentes”, afirmó.
La familia puede facilitar que los niños adquieran hábitos saludables
Durante la infancia, la familia puede facilitar que los niños adquieran hábitos saludables que han demostrado científicamente ser efectivos para prevenir las dolencias de la espalda durante toda la vida. Y, en caso de que aparezcan episodios de dolor, esos hábitos reducen su duración y su impacto en la vida diaria.
En España, las dolencias de la espalda son excepcionales antes de los 6 años, pero su frecuencia comienza a aumentar a partir de los 10. Entre los 13 y 15 años ya las han padecido el 51% de los chicos y el 69% de las chicas, y a partir de esa edad su frecuencia es similar a la de los adultos. Por tanto, es entre los 6 y los 10 años cuando los niños deben adquirir los hábitos que les ayuden a prevenirlas y reducir su impacto.
Está demostrado científicamente que la actividad física, incluyendo el ejercicio y el deporte, es la medida más efectiva para prevenir las dolencias de la espalda, siempre que se practique de manera continuada y habitual.2, Incorporar ese hábito a la vida cotidiana, en edades tempranas, y no considerarlo una obligación más del horario escolar, sino algo propio del ocio familiar, facilita mantenerlo durante toda la vida. Y, además, fomenta formas saludables de ocio entre los hijos y la práctica de actividad física también entre los padres.
Los estudios realizados demuestran consistentemente que es más importante hacer deporte de manera habitual y mantenida en el tiempo, que cuál sea el tipo concreto que se realice. Y cuanto más divertido y motivador resulte el tipo concreto de deporte para quien lo practique, más probable es que lo mantenga en el tiempo. Da igual que sea natación, atletismo, fútbol, yudo, baloncesto o cualquier otro; en la práctica hay pocas diferencias entre uno y otro, y cualquiera es mejor que ninguno. Lo importante es ser constante.
Paradójicamente, la práctica de deporte a nivel competitivo muy intenso, cuasi profesional, se asocia a un mayor riesgo de padecer dolor de espalda, probablemente porque conlleva un mayor riesgo de sufrir lesiones y de desarrollar los desequilibrios musculares que son típicos de cada deporte, al fomentar más el trabajo de unos grupos musculares que el de otros. Para evitarlo, es necesario practicar el deporte correctamente, aplicando el estilo apropiado y no basándose sólo en la fuerza, y, sobre todo, seguir estrictamente los consejos de los entrenadores y médicos deportivos, a fin de reducir el riesgo de lesiones y hacer los ejercicios necesarios para compensar los eventuales desequilibrios musculares.
El efecto beneficioso de hacer ejercicio sobre la salud general y la salud específica de la espalda se mantiene a lo largo de toda la vida, desde la infancia hasta la vejez, y se debe tanto a mecanismos específicos (como el desarrollo de la potencia, resistencia y coordinación de la musculatura, que protege las estructuras de la columna vertebral) como inespecíficos (mejora del riego sanguíneo, aumento de la confianza en la capacidad física, etc.).
Otras medidas sencillas que generan grandes resultados
Las familias también juegan un papel muy importante a la hora de aplicar otras medidas eficaces. La primera es acostumbrarse a que, incluso durante un eventual episodio de dolor de espalda, es mejor evitar el reposo en cama o acortarlo tanto como sea posible; especialmente cuando dura más de 48 horas, reduce el tono muscular, lo que prolonga la duración del episodio doloroso y aumenta el riesgo de que repita. Por el contrario, mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita (interrumpiendo sólo aquellas actividades concretas que desencadenen el dolor o exacerben su intensidad), acorta la duración del dolor y reduce el riesgo de que repita en el futuro.
Además, las familias también pueden incitar a que en el ámbito escolar se apliquen otras medidas razonables. Una es la necesidad de adaptar los libros, ya sea editándolos digitalmente o escindiéndolos por trimestres, lo que reduciría significativamente el peso que el niño debe transportar a diario. De hecho, el consenso de los expertos establece que el peso de la mochila no debe superar el 10% del peso corporal del niño, mientras que los datos disponibles reflejan que, como mínimo, un tercio de los escolares supera ese límite.
Otra solución sencilla sería la instalación de taquillas en los colegios; en este sentido, estudios internacionales han reflejado que el dolor de espalda es menos frecuente entre los escolares cuyos centros disponen de taquillas.
Si es imposible evitar el transporte de un peso excesivo, la mochila idónea es la que posee ruedas y evita llevar el peso sobre los hombros y espalda. Si esta opción tampoco es posible, la mochila debe situarse tan cerca del cuerpo como pueda y sujeta con un cinturón de manera que no se balancee. En los niños, el centro de gravedad está situado más abajo que entre los adultos, de manera que entre aquéllos conviene situar la mochila a la altura de la zona lumbar.
Otro factor asociado a las dolencias de espalda en los alumnos es la no adecuación del mobiliario escolar a la altura real de cada niño. En los momentos de mayor crecimiento, alrededor de la pubertad, se observan grandes diferencias de estatura entre los alumnos de una misma clase, por lo que al tener los mismos muebles y ser estos inadaptables, algunos se ven obligados a mantener posturas forzadas durante horas. Una medida sencilla sería que, como mínimo en esas edades, la altura de la silla fuese regulable.
El Tebeo de la Espalda: Cuida tu espalda en familia
La Campaña pone gratuitamente a disposición de los estudiantes, la comunidad escolar y la familia, un Tebeo que enseña de manera sencilla a aplicar medidas que han demostrado ser efectivas para cuidar la espalda. En él, el Doctor Espalda muestra a los alumnos los hábitos más efectivos para cuidar la columna vertebral y evitar la aparición de dolores de espalda, así como qué hacer, si aparece el dolor, para reducir su impacto y duración. La efectividad de la distribución de este Tebeo entre los menores de 12 años ha sido demostrada científicamente.
En esta campaña, la decimoséptima desde su puesta en marcha, el Tebeo está centrado en la práctica deportiva en el ámbito familiar y la importancia de adquirir esos hábitos saludables no sólo en el ámbito escolar, sino también en la familia. Al final del Tebeo se incorpora una prueba de autoevaluación que ayuda a fijar los conocimientos adquiridos por el niño.
Esta iniciativa, puesta en marcha por el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) y la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), con el apoyo de la Fundación Asisa, difunde gratuitamente el Tebeo de la Espalda para enseñar a los niños de entre 6 y 10 años a prevenir las dolencias de la espalda de manera sencilla y eficaz.
Se puede descargar en: http://www.espalda.org/divulgativa/su_espalda/escolares/tebeo_2019.pdf