Los profesionales sanitarios que realizan radiografías guiados por procedimientos cardiovasculares pueden estar en mayor riesgo de sufrir trastornos de salud, incluyendo problemas ortopédicos, cataratas, lesiones en la piel y cáncer, según concluye un estudio que se publica en la revista de la Asociación Americana del Corazón, 'Circulation: Cardiovascular Interventions' que señala a los cardiólogos intervencionistas y electrofisiólogos como los más afectados
La exposición a la radiación de los trabajadores sanitarios, ligada a diversos problemas de salud
El estudio identificó los posibles riesgos para la salud relacionados con la radiación en los profesionales que realizan procedimientos cardiovasculares comunes usando fluoroscopia, una técnica de imágenes que usa rayos X para obtener en tiempo real imágenes del corazón en movimiento. Estos procedimientos incluyen la angiografía coronaria para diagnosticar problemas del corazón y la angioplastia coronaria para ensanchar las arterias estrechadas, procedimientos que se realizan habitualmente en un laboratorio hospitaliario de cateterismo cardiaco.
“Para los experimentados cardiólogos intervencionistas y electrofisiólogos, la exposición a la radiación anual es de alrededor de 5 milisievert (mSv, una unidad de medida de los efectos biológicos de la radiación)”, explica Maria Grazia Andreassi, autora principal del trabajo y jefe de la Unidad de Genética y Epidemiología Molecular en el Instituto Nacional de Investigación de Fisiología Clínica en Pisa, Italia. Esa cantidad se suma a los entre 50 y 200 mSv, o el equivalente de entre 2.500 y 10.000 radiografías de tórax, a lo largo de una trayectora profesional de 30 años.
En comparación con los profesionales de la salud que no están expuestos a la radiación, los trabajadores del laboratorio de cateterismo (incluyendo médicos, enfermeras y técnicos) que fueron expuestos a la radiación durante una mediana de diez años registraban 2,8 veces más probabilidades de lesión de la piel; 7,1 veces más probabilidades de sufrir problemas ortopédicos (espalda/cuello/rodilla), y 6,3 veces más probabilidades de tener cataratas.
Además, entre los trabajadores de laboratorio de cateterismo, la exposición a la radiación estimada fue mayor para los cardiólogos intervencionistas y los electrofisiólogos. Las probabilidades de padecer problemas médicos también se elevaron para los trabajadores con más de 16 años de historia en el laboratorio de cateterismo. Después de ajustar por edad, sexo y tabaquismo, los trabajadores con más de 16 años en el laboratorio de cateterismo también presentaban tres veces más probabilidades de desarrollar cáncer.
Asimismo, se detectaron niveles elevados de presión arterial alta y colesterol alto en esta población, según el estudio, pero tasas relativamente bajas de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los estudios epidemiológicos anteriores han relacionado la exposición a la radiación crónica con efectos cardiovasculares a largo plazo, apunta Andreassi.
Cardiólogos intervencionistas y electrofisiólogos, los más afectados
“Las dosis de la radiación en procedimientos cardiovasculares guiados por fluoroscopia son las dosis más altas registradas entre el personal médico que emplea rayos X”, destaca Andreassi. “Cardiólogos intervencionistas y electrofisiólogos tienen una exposición anual de entre dos a tres veces mayor que la de los radiólogos, ya que están más cerca de la fuente radiológica y se exponen a la radiación con el paciente, mientras que los radiólogos de diagnóstico están generalmente protegidos de la exposición a la radiación”.
Los nuevos resultados se basan en una encuesta italiana respondida por 466 trabajadores que tenían un promedio de diez años de experiencia de trabajo en laboratorios de cateterismo cardiaco, además de 280 profesionales que trabajaban en otros entornos. Los hallazgos fueron ajustados por el hecho de que los trabajadores del laboratorio de cateterismo tenían más probabilidades de ser fumadores, así como otros factores relevantes, aclara Andreassi.
Tras señalar que la formación intensiva sobre la protección de la radiación puede reducir drásticamente las dosis ocupacionales, Andreassi aconseja que se hagan todos los esfuerzos para aumentar la conciencia sobre la radiación en las comunidades profesionales de cardiólogos intervencionistas y electrofisiólogos. “Desafortunadamente, los cardiólogos prestan poca atención a los informes mensuales o acumulativos de la exposición a la radiación y estudios recientes confirman que la mayoría de los cardiólogos expuestos no emplean simples medidas de protección eficaces, como una cortina de plomo, gafas de protección y collares de tiroides”, lamenta.
Entre las limitaciones del estudio señaladas por los investigadores están: los encuestados eligieron por sí mismos si deseaban participar (y si tenían problemas de salud, pueden haber estado más motivados a hacerlo) y fueron ellos mismos quienes informaron de las dosis de radiación, por lo que no se midieron directamente. En todo caso, no se puede deducir de estos resultados una relación de causa a efecto entre exposición a la radiación y problemas de salud.