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La e-salud implica una mayor y mejor utilización de las tecnologías sanitarias, según expertos

En el marco del reciente XIX Congreso Nacional de Derecho Sanitario se celebró una mesa redonda sobre E-Salud a partir de conceptos como el de interoperabilidad, y en la que se realizaron propuestas eficaces para modernizar el sistema sanitario, partiendo de la base de que la e-salud implica una mayor y mejor utilización de las tecnologías sanitarias. Se contó con la participación del presidente de la OMC que aportó una serie de planteamientos enfocados a la eficiencia del sistema E-Salud

Madrid, 23 de octubre 2012 (medicosypacientes.com)

El XIX Congreso Nacional de Derecho Sanitario acogió una mesa redonda sobre “la E-Salud: Propuestas eficaces para modernizar nuestro modelo sanitario” que contó con la participación del presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, el director gerente del Servicio Extremeño de Salud, el doctor Albino Navarro, Belén Soto, directora general de General Electric Healthcare, y Ángel Hortal, director de Mensor Consultoría y Estrategia.

La mesa se desarrolló a partir de conceptos como el de interoperabilidad entendida como la habilidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información y para usar dicha información, y donde los estándares en el ámbito sanitario juegan un papel fundamental. En ella se realizaron propuestas eficaces para modernizar el sistema sanitario que surgen, precisamente, desde la Salud electrónica, partiendo de la base de que la e-salud implica una mayor y mejor utilización de las tecnologías sanitarias.

El presidente de la OMC se centró en la exposición de planteamientos eficientes en la implementación del sistema E-Salud, asociada a la práctica de cuidados sanitarios, apoyada en tecnologías de la información y las comunicaciones, y que en el futuro englobará una variedad de servicios procedentes de la Medicina y de los cuidados sanitarios asistidos a través de la tecnología. De estos servicios que más interesan a los profesionales y también a la ciudadanía cabe destacar las aplicaciones de gestión de la historia clínica; los sistemas de prescripción electrónica; la telemedicina y teleasistencia, así como otras aplicaciones que permiten el diagnóstico remoto, aunque hay que lamentar que no es muy satisfactorio el nivel de desarrollo en el conjunto del territorio español.

El doctor Rodríguez Sendín entiende que la Administración electrónica de salud, de acuerdo con el marco legal vigente, es un ecosistema que debe ser abierto, de aplicaciones y servicios en red altamente distribuido, participan muchos agentes, que disponen de potestades de autoorganización que impiden el establecimiento de modelos de gestión centralizada, a su juicio, «una tendencia utilizada en exceso en los últimos años por los sistemas de información regionales de nuestro país».

Respecto a la interoperabilidad, de la que piensa que es un término que se está utilizando mucho en los últimos tiempos, “tal vez como disculpa, sin conocerse a fondo si se están limando aquellas condiciones que no están permitiendo que sea efectiva  dicha interoperabilidad que ni se llega a cumplir dentro de cada sistema regional, salvo excepciones. Aspiramos a la interoperabilidad dentro de todo el territorio español e incluso más allá de nuestro país”. Lamentablemente, añadió, «si todavía no hemos conseguido dicha interoperabilidad dentro de un sistema regional de salud, no podemos imaginar su funcionamiento entre CC.AA o, incluso, fuera de España».

La situación divisada por el doctor Rodríguez Sendín no resulta muy favorable en este terreno: “los sistemas son incompatibles, los costes de los sistemas informáticos y de información son excesivos,…”, Además, como añadió, alguna vez se nos tendrá que explicar la relación coste-eficacia de las extraordinarias inversiones realizadas en nuestro país en 17 sistemas que de momento no se reconocen entre ellos”.

La mejor opción de implementación de aplicaciones y servicios complejos en la Administración electrónica de salud, como explicó, «se basa en arquitecturas orientadas a la prestación de servicios, que deben resultar interoperables, siempre impulsadas desde el plano de la política que debe ser la que empuje a la tecnología. En los momentos en los que nos encontramos, precisamente, depende rigurosamente de la voluntad política para llevarlo a cabo».

«Está en riesgo la confianza y seguridad del paciente en su médico y en su sistema sanitario. Y si la ruptura de esa confianza y seguridad se produce, los sistemas regionales serán los encargados de tener que cubrirla con pruebas y con una Medicina defensiva que se pondría inmediatamente en acción. Es imposible que lo que se puede obtener de la confianza de los pacientes nos lo puedan aportar las pruebas diagnósticas, porque si hay algo en lo que se fundamenta el SNS es en la relación de confianza y de seguridad entre el paciente y los profesionales que le atienden», advirtió.

Es muy importante -prosiguió- que «las opciones tecnológicas para implementar servicios y aplicaciones como la identidad profesional y de los pacientes; la historia clínica compartida o la receta electrónica se basen en arquitecturas orientadas a servicios, que deben resultar necesariamente  interoperables, lo lamentable es que hay CC.AA. que parecen resistirse a ello en exceso».

La privacidad debe mantenerse como derecho fundamental del ciudadano y sin embargo, como subrayó, “no está del todo garantizado”. «Hay Administraciones, incluso servicios y profesionales que no tienen interiorizada la importancia de este concepto». En este sentido, advirtió del riesgo que asumen algunas administraciones al suministrar claves de acceso a la información, y que puede afectar y de forma muy importante privacidad de la misma. “Lo que tenemos que tener bien claro es a qué información puede acceder cada cual, así como las garantías plenas de que sólo accede aquel que tiene que acceder”.

Respecto al tema de la seguridad, el doctor Rodríguez Sendín hizo un llamamiento sobre la importancia de mantener y mejorar la herramienta, como remarcó, “más potente de la medicina, la relación médico-paciente y con ella el deber de secreto profesional”. En este sentido, subrayó la obligación de los responsables de la custodia de la información “de implementar las medidas informáticas necesarias que garanticen su seguridad, y, sobre todo revisar aquellas llamadas de atención que hacemos los profesionales a las que no se prestado ninguna atención en el pasado cuando las realizamos”.

En otro momento de su intervención, se refirió a la historia clínica, señalando que “es  propiedad del paciente, y éste debería tener disponibilidad plena, sin complejos por la utilizacion indiferenciada entre lo público y lo privado”. Todo ello permitiría evitar duplicidades de pruebas y de tratamientos, y, en definitiva, errores que pagan los pacientes.

Pero, como recordó, una parte también es del médico, “aquella que almacena información subjetiva fruto de la entrevista o exploración al paciente, tan importante como expresión de las sensaciones que tenemos que trasladar a los enfermos sobre todo cuando no hay evidencia”.

El volumen más amplio de información clínica y de actividad lo da el ejercicio medico que toma decisiones sin una base científicamente plena, es decir, aquél que es impredecible, sobre todo en el ámbito de la Atención Primaria porque hay situaciones en las que la evidencia falla y tenemos que funcionar con una base empírica y desde la incertidumbre. “La medicina de la incertidumbre es la más frecuente en nuestro SNS, y hay que estar preparado para responder adecuadamente a ello”.

En cuanto a la disponibilidad de la información de salud de los pacientes, aludió a la directiva europea sobre los derechos del paciente, que hace especial hincapié en la disponibilidad de esa información, las 24 horas de los 7 días de la semana, sin embargo, lamentó que no se esté cumpliendo en estos momentos.

Por otra parte se refirió a las garantías de acceso que engloban la identificación segura del paciente para que pueda autorizarlo, así como la identificación segura del profesional que en un momento dado entra a la historia clínica del paciente. «Esto lo tiene bien cubierto la OMC con el carnet electrónico con firma digital», destacó.

Los sistemas de ayuda del profesional no acaban de llegar, siendo imprescindibles en tres ámbitos: en el sistema de ayuda al diagnóstico; sistema de alarmas para cuando cometemos errores por ejemplo con la propia prescripción; sistema de ayuda al profesional para que sepa donde se encuentra su actividad global, cómo está y en qué situación se encuentran sus propias decisiones.

Luchar contra la variabilidad de la práctica clínica requiere que el profesional tenga presenta a diario dónde se encuentra su propia imagen, dónde está su propio comportamiento, qué está ocurriendo con su prescripción, con sus pruebas diagnósticas, y con sus pacientes y sus propios resultados.

Finalmente, aludió a la “obsesión de la centralización de la información, cuando, por otro lado, disponemos de un sistema excesivamente descentralizado en las CC.AA., y cuando la tecnología ofrece sistemas más seguros y más económicos basados, precisamente, en la descentralización con las condiciones que pudiera requerir».

El doctor Albino Navarro, por su parte, expuso la experiencia de la interoperabilidad en el entorno autonómico extremeño, que, a su juicio “está muy avanzada y en condiciones para interoperar con otras CC.AA.”, ya que como aseguró, «tanto la historia clínica digital como la receta electrónica están implantadas al cien por cien, destacando el papel de los Colegios profesionales en la puesta en marcha de esta última».

Como ejemplo de los trabajos avanzados en e-health, en el Servicio Extremeño de Salud  se va a poner al alcance tanto de profesionales como de pacientes sistemas como el del historial fármaco-terapéutico que recoge tanto los medicamentos prescritos a un paciente en el sistema público como los adquiridos por otra vía.

Belén Soto habló de la interoperabilidad de la información clínica, prestando especial atención al papel que el paciente juega dentro del sistema. “El objetivo es garantizar que la información le acompañe durante el circuito que puede establecer durante su permanencia en el sistema sanitario”. Este aspecto lo considera un reto no resuelto todavía en la actualidad.

Por otra parte, recordó que «cada sistema regional de salud ha invertido en soluciones, pero no se ha logrado un estandar tecnológico ni en las historias de salud ni en el resto de sistemas de información».  Otro de los ámbitos que Soto considera que debe superarse es el de la identificación única del paciente, para lograr, precisamente, que la información fluya con él.

En cuanto al tema de costes, se mostró convencida de que en el entorno actual de dificultades económicas, «si se plantean grandes inversiones encaminadas a asegurar que los sistemas se entiendan entre ellos, estaremos fracasando desde el inicio».

Finalmente, y como se publicó en la edición de ayer de “MedicosyPacientes”, Ángel Hortal ofreció un análisis desde el punto de vista tecnológico del futuro registro estatal de profesionales, partiendo de lo establecido en R.D. 16/2012 que, además, como constató, puede representar una oportunidad para el impulso de la e-salud. 

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