La administradora asociada del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), Rebeca Grynspan, asegura que una de las consecuencias de la crisis económica internacional es que ahora hay objetivos de desarrollo que se persiguen tanto en el mundo industrializado como en los países en vías de desarrollo.
Madrid, 10 de octubre de 2012 (medicosypacientes.com/EP)
La administradora asociada del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), Rebeca Grynspan, asegura que una de las consecuencias de la crisis económica internacional es que ahora hay objetivos de desarrollo que se persiguen tanto en el mundo industrializado como en los países en vías de desarrollo.
En un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum en Madrid, la también secretaria general adjunta de Naciones Unidas declaró que en este momento «hay retos de desarrollo que no podemos dividir entre norte y sur, entre países desarrollados y en vías de desarrollo».
«Hoy en día hay retos compartidos en todo el mundo», concluyó Grysnpan, que citó como ejemplos el paro, el desempleo juvenil, el crecimiento sostenible y el empobrecimiento de la clase media cuando le han preguntado si el PNUD se plantea realizar programas en países como Grecia o España por los efectos negativos de la crisis económica sobre el bienestar.
Respecto a la reducción de los fondos que dedica el Gobierno español a la cooperación al desarrollo como consecuencia de los recortes del gasto público, la secretaria general adjunta de la ONU afirmó que «se puede cooperar con menos dinero».
«España estuvo con nosotros en los momentos en que pudo estar y entendemos que esto es un paréntesis en una situación nacional muy difícil», manifestó. «Sabemos que vamos a seguir cooperando» porque «hay una demanda de solidaridad» de los españoles, que «son un pueblo solidario», agregó.
Por otro lado, Grynspan señaló que los países emergentes entienden que el «papel más importante» que desempeñan en el mundo conlleva «una mayor responsabilidad» en el ámbito internacional y eso incluye su contribución a los programas de desarrollo.
Sin embargo, se da una «dualidad», porque naciones emergentes como China, Brasil o Turquía son al mismo tiempo países en desarrollo y siguen teniendo un nivel de pobreza» muy elevado», añadió.
Objetivos del milenio
La administradora asociada del PNUD hizo un repaso de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que fueron fijados y asumidos en el año 2000 por 189 Estados, que se propusieron alcanzarlos antes de 2015. Para verificar su cumplimiento se establecieron unos indicadores medibles y un sistema de monitorización.
Grynspan enumeró los avances que se han hecho respecto a 1990 (el año base) en algunos de los ODM, como la erradicación de la pobreza y extrema y el hambre; la lucha contra el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades; el acceso a agua potable (dentro del ODM de la sostenibilidad del medio ambiente ); la enseñanza primaria universal y la reducción de la mortalidad infantil.
Sin embargo, destacó que hay tres cuestiones en las que nos hemos quedado «rezagados»: las altas tasas de mortalidad materna en los países más pobres –algo que ha relacionado con la discriminación que sufre la mujer–, la sostenibilidad medioambiental y el hecho de que en algunas zonas los avances que se han hecho no han beneficiado a los grupos «más vulnerables» de la sociedad.
Sobre la sostenibilidad, resaltó la importancia de que se establezcan unos indicadores que permitan medir de forma combinada «lo económico, lo social y lo medioambiental» y abogó por «un crecimiento económico más sostenible e incluyente».
Seguir avanzando en el futuro
Con el propósito de cumplir las metas fijadas para 2015 y seguir avanzando después de esa fecha, «es fundamental acelerar el progreso», subrayó la secretaria general adjunta de Naciones Unidas.
Para ello no hay que olvidar, a su juicio, algunas lecciones que se han aprendido en los últimos doce años, como que «nada sustituye el liderazgo y la apropiación nacional de la agenda de desarrollo» y que la igualdad de género es un objetivo que hay que perseguir de forma «transversal».
Grynspan afirmó que el programa de los ODM está funcionando gracias a la cooperación pero también gracias a «la movilización de recursos nacionales», ya que la sociedad civil y muchos gobiernos «nacionalizaron» lo que en un primer momento era una agenda internacional.