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La amenaza de las pseudoterapias en la salud ocular

Recientemente la Sociedad Española de Retina y Vítreo y la Sociedad Española de Oftalmología han expresado su profunda preocupación y rechazo ante el uso fraudulento de la terapia INDIBA en el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) y otras enfermedades oculares ante la proliferación de centros que promocionan esta pseudoterapia como una alternativa efectiva, desafiando las prácticas médicas basadas en la evidencia científica.

La DMAE es una de las principales causas de discapacidad visual y ceguera legal cuyo tratamiento requiere, en la forma húmeda, de inyecciones intraoculares de fármacos bajo la supervisión de un médico oftalmólogo.

Este procedimiento, avalado por la evidencia científica, se está viendo cuestionado por numerosos centros que ofrecen tratamiento con el sistema de radiofrecuencia INDIBA, asociado ocasionalmente a «oxígeno activado», para una amplia variedad de patologías oculares, incluida la DMAE. La radiofrecuencia con INDIBA tiene aplicaciones reconocidas en medicina estética, dermatología, fisioterapia y otros campos, pero su uso para enfermedades oculares carece de base científica.

Ante esta situación, la Organización Médica Colegial comparte que la promoción de la terapia INDIBA, ya sea con o sin «oxígeno activado», para enfermedades oculares, constituye una pseudoterapia que puede conllevar consecuencias peligrosas. Como cualquier otra “terapia alternativa” sin evidencia científica, su aplicación puede conducir al retraso en la aplicación de tratamientos universalmente aceptados y respaldados por la comunidad científica y las agencias regulatorias de medicamentos, lo que impacta directamente en el deterioro de esta patología.

Pseudoterapias, un riesgo para la salud

Las pseudoterapias representan una amenaza significativa para la salud pública al propagar prácticas no respaldadas por evidencia científica y ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de aquellos que buscan tratamientos. Desde supuestas curas milagrosas hasta terapias que exploran supuestos campos de energía, estas prácticas no solo carecen de validez científica, sino que también pueden conducir a decisiones perjudiciales, alejando a las personas de tratamientos médicos basados en la evidencia y comprometiendo su salud a largo plazo.

La proliferación de pseudoterapias también plantea preocupaciones éticas, ya que quienes promocionan estas prácticas a menudo carecen de la formación médica adecuada y operan en un entorno no regulado. La falta de supervisión profesional puede dar lugar a diagnósticos erróneos, tratamientos inseguros y explotación financiera de los pacientes que buscan desesperadamente soluciones para sus problemas de salud.

Dentro de nuestro compromiso con los pacientes y con toda la sociedad, la profesión médica, a través del Observatorio contra las pseudociencias de la OMC (OPPISS) reiteramos la necesidad de fomentar la educación en salud y la promoción de prácticas basadas en la evidencia para salvaguardar la salud pública, una responsabilidad transversal que nos afecta a todos.

A veces, acciones tan sencillas como comprobar el registro de colegiados en la web del Consejo General de Médicos, para saber si quién va a realizar el tratamiento es especialista en oftalmología y está habilitado para el ejercicio de la Medicina, suponen un pequeño paso de gigante para evitar caer en estas pseudoterapias que entrañan, en muchos casos, graves peligros para la salud.

Es imprescindible que sigamos vigilando desde las administraciones y las profesiones sanitarias este tipo de tratamientos y a quienes los visten de “científicos” y promovamos una educación en salud para que los pacientes tengan claro cuáles y quienes son las fuentes de información fiables. Sólo a través del fomento de la educación, la ciencia y la información veraz podremos lograr que nuestra razón de ser, los pacientes, cuenten con la mejor atención médica posible.

Dra. Rosa Arroyo
Vicepresidenta 2ª de la OMC y coordinadora del OPPISS

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