Según el responsable de la investigación, Antonio Alcamí, es el primer paso para entender mejor el papel que los virus juegan en estos ecosistemas extremos y determinar si han evolucionado de forma independiente durante millones de años
Madrid, 6 de noviembre 2009 (medicosypacientes.com)
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descrito por primera vez la compleja diversidad genética de la comunidad de virus presentes en los lagos de la Antártida, identificando cerca de 90.000 secuencias de virus en el Lago Limnopolar, situado en la Península Byers (Isla Livingston), según los resultados de un estudio que aparecen publicados en la revista ‘Science’.
Se trata del mayor número de familias virales encontradas hasta la fecha en un metagenoma (información genética completa de una comunidad natural de microorganismos) de ambientes acuáticos y, según el responsable de la investigación, Antonio Alcamí, es el primer paso para entender mejor el papel que los virus juegan en estos ecosistemas extremos y determinar si han evolucionado de forma independiente durante millones de años.
«Los ecosistemas de los lagos antárticos son muy sencillos y están dominados por microorganismos que se han adaptado a condiciones ambientales extremas, tanto bajas temperaturas y oscuridad casi total durante la mayor parte del año como niveles muy bajos de nutrientes», explicó este experto, que trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, perteneciente al CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid.
En la región del trabajo, los lagos permanecen cubiertos de hielo durante la mayor parte del año y tienen muy poca influencia de animales. Pese a ello, los investigadores estiman que el Lago Limnopolar contiene casi 10.000 especies virales distintas. Por otra parte, mientras que los ecosistemas acuáticos descritos hasta el momento están dominados por virus que infectan bacterias (bacteriófagos), en el lago Limnopolar son mayoritarios los virus que infectan organismos eucarióticos, como las algas.
Para llegar a estos resultados, los investigadores obtuvieron imágenes de los virus por microscopía electrónica y usaron un nuevo sistema de secuenciación masiva, desarrollado por la farmacéutica Roche. De este modo consiguieron una visión global de la variedad genética de virus en estos ecosistemas, lo que se conoce como metagenoma viral o viroma.
El equipo, en el que han participado científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Valencia y el Centro Superior de Investigación en Salud Pública de Valencia, también ha identificado nuevos virus de pequeño tamaño que constituyen la población más abundante cuando el lago está cubierto de hielo y que no habían sido descritos en otros ambientes naturales, por lo que «podrían pertenecer incluso a familias virales desconocidas hasta la fecha».
Virus estacionales
Los investigadores utilizaron por primera vez una aproximación metagenómica para describir cómo cambia la población viral en diferentes estaciones, ya que la transición drástica de un lago cubierto de hielo en primavera a un lago abierto en verano da lugar a cambios notables en la comunidad viral, que pasa de estar compuesta mayoritariamente por virus pequeños de ADN de cadena sencilla a estar dominada por virus grandes de ADN de cadena doble.
Según los investigadores, este fenómeno podría responder a un cambio estacional de los hospedadores, lo que ilustra la relevancia del papel que juegan los virus en estos ecosistemas.
La Península Byers en la Isla Livingston es una de las pocas zonas de la Antártida que se descongela durante el verano, y ha sido designada como una de las Zonas Antárticas de Especial Protección debido al importante valor ecológico de sus lagos y ríos. El proyecto ha sido financiado por el Programa Polar Español y la expedición a la Antártida fue posible gracias al apoyo logístico de la Unidad de Tecnología Marina, del CSIC, y del Buque de Investigación Oceanográfica Las Palmas de la Armada.