Los investigadores sugieren que el gen, llamado STK39, influye sobre los niveles de la proteína en las células de riñón, que ayuda a controlar la excreción de sodio del organismo
Madrid, 31 diciembre 2008 (Europa Press)
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en Estados Unidos han identificado un gen que podría controlar la presión sanguínea sistólica y diastólica. Aunque a la hipertensión contribuyen probablemente muchos genes diferentes, los autores creen que este recién descubierto gen podría ser uno de los más importantes. Los resultados del estudio se publican esta semana en la edición digital de la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS).
Los científicos, dirigidos por Yen-Pei Chang, escanearon decenas de miles de marcadores genéticos en el genoma de las personas más mayores de entre los mayores de los amish para determinar los genes vinculados con los niveles de presión sanguínea. La población moderna de amish desciende de un grupo pequeño de fundadores y tiene un estilo de vida relativamente homogéneo, lo que hace más fácil identificar los genes que subyacen a las enfermedades complejas.
Los autores descubrieron en los amish que las personas que portan una variación genética de una proteína que regula el transporte de la sal en los riñones tenían una presión sanguínea sistólica superior, una media de 3,3 mmHg, que aquellos sin la variante. Al comparar estos resultados con los de otros estudios realizados en individuos que no eran amish, los autores descubrieron un efecto similar aunque más pequeño sobre la presión sanguínea procedente de este gen.
Los investigadores sugieren que el gen, llamado STK39, influye sobre los niveles de la proteína en las células de riñón, que ayuda a controlar la excreción de sodio del organismo. Según explica Chang, «este descubrimiento tiene un gran potencial para mejorar nuestra capacidad de adaptar los tratamientos a cada individuo, la llamada medicina personalizada, y controlar de forma más eficaz la hipertensión en los pacientes. Esperamos que conduzca a nuevas terapias para combatir este grave problema mundial de salud pública».