Según los datos publicados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en 2015, cerca de tres mil profesionales españoles trabajan, en la actualidad, en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo en el exterior. En concreto, es 2.788 el número de españoles dedicados a cooperación internacional según el estudio realizado por la Cooperación Española, a través de la Agencia Española de Cooperación (AECID).
Madrid, 8 de septiembre de 2015 (medicosypacientes.com/FCOMCI)
Según este mismo informe, un 46% de los trabajadores, se encuentra trabajando en África Subsahariana. Mientras, el 22% está asentado en América del Sur, el 17% en América Central y Caribe, el 7% en la región de Asia y Pacífico, y el 4% tanto en el Magreb como en Oriente Medio y Próximo. La mayor parte ?el 38%- de los españoles, que se dedican a la cooperación para el desarrollo en los países receptores de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) constituye personal religioso. El segundo grupo mayoritario (27%) trabaja bajo la coordinación de Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo (ONGD), mientras que el 10% del total trabaja para organismos internacionales dedicados a la cooperación. El 8% del personal español destacado en el terreno se encuentra trabajando para la Agencia Española de Cooperación (AECID).
La labor junto con Médicos sin Fronteras: El Estatuto del cooperante y el personal sanitario
En este año 2015, se cumplen nueve años de vigencia del Real Decreto 519/2006 por el que se establece el Estatuto de los Cooperantes y la Orden Ministerial AEC/163/2007 que lo desarrolla, en cumplimiento de la exigencia de proporcionar un marco legal definido y reconocido para todos los trabajadores expatriados que se encuentran dentro de su marco de aplicación. Tras los años transcurridos desde la entrada en vigor de esta normativa, ha habido una mejora en la estabilidad y la seguridad jurídica del sector. No obstante, en la aplicación del Estatuto, existen todavía importantes aspectos en los que continuar trabajando. Los cooperantes sanitarios y las organizaciones que trabajan en salud, han demandado en estos años, una revisión de aspectos muy concretos de la normativa aplicable a su situación profesional, a través de una mejora en sus contenidos y en la coordinación de las distintas Administraciones Públicas que desarrollan políticas públicas en esta materia.
Es necesario impulsar la mejora y homogeneización de las normativas que rigen la actividad profesional de los cooperantes sanitarios, con el fin de favorecer el desarrollo y reconocimiento a su labor y, a su retorno, la incorporación laboral a los Servicios Públicos de Salud. Impulsar un marco normativo de mínimos, de aplicación en todo el ámbito estatal, que garantice los derechos laborales de los cooperantes sanitarios en: la regulación y unificación en la concesión de permisos y excedencias del personal estatutario de los Servicios Públicos de Salud para su incorporación a proyectos de cooperación y/o humanitarios; en la regulación de las bolsas de trabajo dependientes de los Servicios Públicos de Salud y la baremación de las mismas, con el fin de que se valore a efectos laborales la experiencia de los cooperantes que se encuentran desempeñando su labor en el extranjero, una vez retornan y se incorporan a la función pública, homogeneizando, en unos mínimos, su valoración y méritos en las distintas Comunidades Autónomas; en la regulación de la consideración de la experiencia del cooperante en las oposiciones para ocupar plazas en el Sistema Público Sanitario, como mérito a valorar con una puntuación mínima y equitativa en todo el ámbito nacional, superando las limitaciones que se derivan de la actual redacción del Artículo 10.1.g, sobre Derechos de los cooperantes, del Real Decreto 519/2006; así como en la reserva de plazas, a través de las medidas que se consideren oportunas. Sirva de ejemplo lo establecido en el Artículo 9, sobre Certificación de las labores realizadas, del Real Decreto 519/2006.
En este sentido, la Fundación y la organización Médicos sin Fronteras, trabajan conjuntamente con el fin de mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios que intervienen en proyectos de cooperación y emergencia humanitaria y en avanzar en el desarrollo del Estatuto de los Cooperantes en las cuestiones antes mencionadas y, en definitiva, en el reconocimiento y dignificación de la labor de los profesionales sanitarios cooperantes en nuestro país.
El registro de médicos cooperantes y voluntarios de la Fundación
El incremento de profesionales médicos que trabajan en proyectos y/o organizaciones de desarrollo, la creciente demanda de profesionalización del sector y la solicitud, cada vez mayor, por parte del colectivo médico, de prestaciones y servicios para el mejor desarrollo de su labor han llevado al Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, a través de la Fundación, a la puesta en marcha de un registro de ámbito nacional que recoja la situación del colectivo, vele por sus derechos y dé respuesta a sus inquietudes y/o necesidades de formación, asesoramiento y demás prestaciones. La Fundación pone a disposición de la Comunidad Médica este registro con el fin de conocer su realidad, velar por su trabajo, trabajar en programas y prestaciones que favorezcan su labor en terreno y poner a disposición de las organizaciones del ámbito humanitario perfiles profesionales médicos para sus proyectos en terreno.
En el ámbito humanitario hay profesionales voluntarios y profesionales contratados, que desarrollan gran parte de su carrera profesional médica, sino toda, en países en desarrollo, o con proyectos y organizaciones del sector, y profesionales que de forma voluntaria, participan puntualmente en campañas quirúrgicas y proyectos de atención sanitaria, principalmente. Ambas figuras son diferentes y se rigen por diferente legislación. Mientras que el profesional cooperante cuenta con el REAL DECRETO 519/2006, de 28 de abril, por el que se establece el Estatuto de los cooperantes, el profesional médico voluntario se rige por EY 6/1996, de 15 de enero, del Voluntariado
Nuestro Registro de Médicos Cooperantes y Voluntarios está dirigido a profesionales colegiados, ya en ejercicio profesional. En él, no encontramos diferencias significativas en cuanto a la participación en programas de intervención humanitaria en función del sexo. Tampoco por edad hay diferencias significativas, en cuanto a su participación. Es mayor en la franja de los 25 a los 35 años, y hasta los 45 (fundamentalmente en el caso de los perfiles cooperantes), pero no disminuye especialmente de los 45 a los 65 años de edad. Los profesionales cooperantes tienen más problemas a la hora de solicitar permisos, pues participan en programas que requieren más que un periodo vacacional para ser atendidos. En muchos casos años de dedicación profesional.
Los países de Centroamérica y Caribe, Sudamérica, Norte de África y el África Subsahariana son los más frecuentados por los profesionales médicos. Los lazos históricos y culturales, entre otros, con Latinoamérica y Norte de África, hacen que estas dos regiones sean bastante demandadas. La cercanía y realidad económica y sanitaria de algunos países de la región del África Subsahariana, también invita a muchos profesionales a participar en programas de voluntariado allí. Oriente Medio y Asia, fundamentalmente India, también son regiones frecuentadas. Los perfiles cooperantes (no voluntarios) suelen desplazarse más a regiones en las que hay emergencias humanitarias por inestabilidad política, conflictos bélicos etc. Estos perfiles son profesionales, no sólo de la medicina, sino en formación extra en cooperación internacional, intervención en emergencia en contextos complejos etc.
Según nuestros datos, participan médicos de todas las especialidades, con especial presencia de las especialidades de medicina familiar y comunitaria, pediatría y sus áreas específicas, medicina interna, anestesiología y reanimación, cirugía general, obstetricia y ginecología. Predominan las intervenciones en asistencia médica a la población en contextos de emergencia humanitaria y post- emergencia, intervención en campañas de asistencia y educación en salud, capacitación y formación de profesionales sanitarios locales, proyectos de investigación y fortalecimientos de los sistemas públicos de salud, formación e infraestructura sanitaria locales.
Foto UN Photo / Ky Chung