En el marco del seminario “El profesionalismo médico ante la pandemia: Reflexiones y enseñanzas”, organizado por la comisión asesora de COVID-19 de la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC), ha tenido lugar una mesa científico-profesional, en la que los expertos han analizado como la pandemia ha afectado a la Atención Primaria, al nivel hospitalario, a las residencias de mayores y a todo el sistema sanitario y donde han reclamado la urgente necesidad de una transformación radical del Sistema Nacional de Salud y una nueva Ley General de Sanidad tras la pandemia
Esta mesa ha sido moderada por la Dra. Beatriz González López-Valcarcel, catedrática de Economía en la Universidad de las Palmas e investigadora en Economía de la Salud y Políticas Púbicas, quien ha hecho un repaso de cómo ha cambiado todo a raíz de la pandemia. “La incertidumbre, la ambigüedad, y las lecciones aprendidas nos han enseñado lo que debemos hacer y evitar tanto a nivel local como en general”, ha afirmado la Dra. González quien ha denominado la jornada como “una salida del túnel del tiempo para despejar ambigüedades debidas a una pandemia que ha mutado pero que no está terminada todavía”.
El primer ponente ha sido el Dr. Raúl Calvo Rico, secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Toledo y médico de Atención Primaria, quien ha hecho una presentación sobre “La Atención Primaria: actor esencial olvidado, y ‘segunda víctima’ de la pandemia”. Término por el que ha mostrado su rechazo. “No somos víctimas los profesionales de Atención Primaria, y ya no hay espacio para la resiliencia. Este nivel asistencial está roto y ya no puede ir a peor. Es inhóspito e infernal trabajar aquí”, ha aseverado.
Entre los aprendizajes extraídos ha rescatado la “humildad de reconocer nuestras propias debilidades”. En su opinión, la pandemia ha dejado ver la realidad del sistema de AP con la sobrecarga asistencial, el agotamiento de los profesionales a todos los niveles, la falta de liderazgo y el grado de desesperanza.
Tras poner en relieve que no todo lo que se hace en Atención Primaria tiene el mismo valor, ha destacado que en los lugares donde se consiguió la autogestión es donde se ha trabajado mejor. “Hay que asumir el delicado estado de la AP, es una institución zombie y muerta en vida. Hay que replantearse si está condenada a desaparecer”, ha dicho.
Por todo ello ha abogado, entre sus propuestas, por una nueva ley general de Sanidad “que la actual ya tiene 35 años”. En su momento, esta ley trajo consigo “muy buenos cambios, pero ahora, tal y como ha matizado el Dr. Rico, hay que replantearnos los términos, pensar un nuevo modelo, y establecer planes de supervivencia a corto plazo”.
Tal y como ha señalado, la política sanitaria, principalmente autonómica, está en manos de urgenciólogos y los hospitales reciben siete veces más de presupuesto que la AP. “Necesitamos un cambio radical para prepararnos para los futuros retos”, ha afirmado.
“Los hospitales son menos eficientes al tener dos circuitos por la COVID-19”
Sobre las “Lecciones de la reconfiguración de los hospitales; planes de contingencia y rediseño de áreas y funciones”, ha hablado la Dra. Susana Lorenzo Martínez, jefa de Área de Calidad y Gestión de Pacientes, Hospital Universitario Fundación Alcorcón y directora del Journal of Healthcare Quality Research. La Dra. Lorenzo ha expuesto el sistema de organización EFQM de su centro asistencial y el sistema de flujos con la llegada del SARS-CoV-2.
“Los hospitales nos dedicamos a prestar asistencia sanitaria a la COVID-19, nos reorganizamos, readaptamos y actuamos por detrás de la pandemia, haciendo frente a bulos, con improvisación a todas horas y retraso en tomas medidas. Hacía falta una estrategia”, ha explicado.
Además, tal y como ha señalado “ahora los hospitales son menos eficientes porque tenemos que mantener dos circuitos el de COVID y el que no. Las listas de espera se han disparado y se han pospuesto intervenciones”. Sin embargo, los profesionales “somos flexibles, actuamos con rapidez”, ha dicho.
La mala transmisión y conservación de los datos, ha sido otro de los errores que ha subrayado. Tras la pandemia para la doctora ahora “toca analizar datos con evidencia, evaluar estrategias, los cambios de normas y toca planificar porque sin duda habrá una séptima ola”. “Hemos aprendido que necesitamos un plan, aprender a gestionar la incertidumbre, mejorar los sistemas de comunicación entre los diferentes niveles asistenciales, transparencia y adaptarnos. Transformarse no es una opción sino una necesidad”, ha asegurado.
El sistema sanitario y el sistema de atención a la dependencia deben trabajar juntos
En cuanto a “Las residencias de mayores en el radar: la nueva agenda de asistencia sanitaria para nuestros mayores institucionalizados”, han hablado el Dr. Juan Oliva Moreno, profesor de Economía en la Universidad de Castilla la Mancha y experto en Economía de la Salud y estudios socio-sanitarios; y la Dra. Charo Azcutia Gómez, médica de Familia, gestora de Atención Primaria y directora de Continuidad Asistencial del Hospital Universitario 12 de Octubre.
“En el inicio de nuevo siglo España partía de bajos niveles de gasto en protección social asociados a cuidados a larga duración en comparación con otros países europeos con una contribución de financiación pública muy pobre y con un modelo apoyado en la familia como red de protección, la pandemia no ha hecho más que agravar lo que había”, ha asegurado el Dr. Oliva.
Con la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia aprobado en 2006 cambia el modelo y se convierte con carácter universal muy parecido al sistema sanitario, con acceso a prestaciones por criterios de necesidad.
Según datos que ha expuesto en 2019 eran 390 000 las plazas destinadas a residencias de mayores y 247 000 las plazas ocupadas. “A pesar de las disputas políticas en torno a esta ley y la falta de encaje de la labor de las familias es un sistema con grandes virtudes”, ha explicado.
Sin embargo, la pandemia nos enseñó que las residencias no estaban preparadas. “Las malas condiciones de salud, que no eran centros medicalizados, las personas pluriempleadas dieron como efecto un impacto brutal en mortalidad”, ha puesto en relieve el Dr. Oliva quien ha añadido que desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021 26 000 mayores fallecieron. “España tiene mayor tasa de mortalidad en residencias”, ha dicho.
En este sentido, ha manifestado que merece la pena mantener los protocolos desarrollados durante la pandemia, las estrategias, las formaciones específicas y las comunicaciones.
La Dra. Azcutia Gómez, ha expuesto que “la coordinación entre el medio sanitario y el sociosanitario no ha sido la ideal.” “En la parte sanitaria conocíamos la escasez de personal del sector sociosanitario que es causa y consecuencia de las malas condiciones laborales, capacitación variable y elevada rotación, todo lo cual tiene un efecto negativo en la calidad de la atención y la seguridad”, ha explicado.
La Atención Primaria dotada presupuestariamente es clave, tal y como ha destacado, para compartir con el personal de las residencias la atención sanitaria integral como a cualquier otro usuario en el contexto de la actual estrategia de cronicidad. “Es fundamental avanzar en la atención al domicilio (AP) y la hospitalización a domicilio (AH) para ello es clave los sistemas de información compartidos; así como avanzar en un modelo de residencias que queremos y reformar el modelo actual residencial”, ha manifestado.
El sistema sanitario es responsable del cuidado y la promoción de la salud de la población, no solo tratar enfermedades, y el sistema de atención a la dependencia debe ser responsable de la autonomía personal de la población, no solo actuar donde existe dependencia, es por ello por lo que ambos expertos han abogado porque tienen que hacerlo de forma conjunta.
Por último, el Dr. Salvador Peiró Moreno, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, director del área de Investigación en los Servicios de Salud FISABIO | SALUT PUBLICA de Valencia, ha hablado sobre “COVID y post-pandemia: cambios en la gobernanza institucional y las políticas de protección, promoción y prevención”.
En este sentido, ha expuesto los problemas actuales del Sistema Nacional de Salud: la sostenibilidad financiera, la revolución de las tecnologías de la información, la creciente preocupación de la sociedad por la calidad de la asistencia, demanda de mayor accesibilidad y amigabilidad del sistema de atención, respuesta burocrática con dificultades para adaptarse, déficit de participación de sanitarios, medidas de racionalización reactivas, y crisis de legitimidad.
“El negacionismo del problema agrava la crisis. Escudarse en los valores del Sistema Nacional de Salud, público, gratuito, universal y accesible y de calidad, para dificultar cambios organizativos, seguir siendo lo mismo y más de lo mismo como estrategia fundamental. El problema no es lo que el SNS debería de ser, sino que el actual SNS es incapaz de alcanzar los niveles de accesibilidad y calidad que debería ofrecer y que la sociedad reclama”, ha indicado.