El Colegio de Médicos de Murcia acogió, recientemente, una jornada sobre los problemas de salud física y mental que pueden afectar a los médicos durante su periodo de formación MIR dirigida a tutores y residentes, en la que se incidió sobre el riesgo de estrés, sobre todo, durante el primer año de residencia
Murcia, 27 de noviembre 2013 (medicosypacientes.com)
El Colegio de Médicos de Murcia acogió, recientemente, una jornada sobre los problemas de salud física y mental que pueden afectar a los médicos durante su periodo de formación MIR dirigida a tutores y residentes, en la que se incidió sobre el riesgo de estrés, sobre todo, durante el primer año de residencia.
La encargada de impartir las charlas fue la Dra. Masachs, especialista en Salud Pública, psicoterapeuta y asesora de los programas de prevención de la salud de los profesionales médicos en la Fundación Galatea desde 2001.
Dicha especialista explicó que “el inicio de la residencia supone el paso del rol de estudiante al rol de MIR, en el que hay que enfrentarse a una nueva realidad y aparecen muchas inseguridades”, del mismo modo que añadió que el estrés durante el primer año de residencia comporta un mayor nivel debido “a que el residente afronta situaciones con unas habilidades todavía por desarrollar”.
Igualmente, el papel del tutor en este ámbito también fue abordado en esta jornada, sobre el que la doctora Masachs indicó que “el tutor tiene dos funciones muy importantes, que son orientar ante los problemas que puedan surgir y prevenir y promocionar la salud del residente”.
Finalmente, la psicoterapeuta aconsejó a los propios residentes “que aprenda a gestionar el estrés, es decir, adquirir competencias como habilidades comunicativas, valores éticos, poner límites, modelar el valor afectivo de los estímulos y buscar tiempo libre para uno mismo.
Dra. Eulalia Masachs: “Ser médico no nos hace inmunes a sufrir una enfermedad física o mental y hay que saber pedir ayuda cuando las situaciones nos sobrepasan
-¿Cuáles son los factores relacionados con el estrés y el malestar psicológico durante la residencia?
-El inicio de la residencia pone en contacto al médico que sale del mundo académico con el mundo de la asistencia real. Se pasa del rol de estudiante, acostumbrado a salir con éxito de las pruebas de un sistema conocido, al rol de residente, en el que hay que enfrentarse a una nueva realidad y aparecen muchas inseguridades.
El residente va a encontrar pacientes reales, usuarios exigentes e informados, a veces conflictivos, situaciones con una fuerte carga emocional: la muerte, el dolor…
También deberá enfrentarse a un sistema sanitario complejo en el cual tendrá que trabajar con otros profesionales, formar parte de distintos equipos en diversos entornos que no siempre disponen de las condiciones para darle el apoyo esperado y que, a veces, puede ponerle en unas condiciones de mayor vulnerabilidad: cansancio, presión asistencial, relaciones difíciles con adjuntos o superiores…
Del mismo modo, no podemos olvidar que el residente vive una etapa de muchos cambios en su vida personal (cambio de domicilio y alejamiento del entorno familiar, algunos vienen de otros países, menos tiempo para el ocio y las relaciones sociales…) y que algunos pueden tener características personales que hagan más difícil esta adaptación (inmadurez, elevada exigencia…).
-¿Qué debe hacer el tutor del residente para promover un desarrollo profesional saludable?
-Tanto tutores como residentes deben tener claro que ser médicos no nos hace inmunes a sufrir cualquier tipo de enfermedad física o mental y lo que nos hace mejores profesionales es saber pedir ayuda cuando las situaciones nos sobrepasan. Entre profesionales debemos adquirir una cultura de autocuidado y el residente está a tiempo de aprender esto desde el inicio de su carrera profesional.
En este sentido, el tutor tiene dos funciones muy importantes para que nuestros futuros especialistas sean médicos saludables. Una función es la de orientación ante los problemas y la otra de prevención y promoción de la salud.
El tutor es una figura clave, ya que si es un buen tutor suele ser el receptor inmediato de las vivencias y preocupaciones del residente, puede observar que un residente tiene problemas y orientarle para que pida ayuda.
En el ámbito de la prevención el tutor debe facilitar que el residente adquiera aquellas competencias que nos dan una buena base para madurar como profesionales y que actuan como factores de protección ante el estrés laboral: aprender de los errores, adquirir habilidades de comunicación o hábitos saludables.
-¿En qué etapas de la residencia se inician estos episodios de estrés?
-Ante todo, quiero matizar que el estrés es el resultado de un balance entre las exigencias del entorno y la capacidad personal para afrontarlas. El estrés no es una enfermedad, sino un factor de riesgo una situación que si se cronifica puede afectar a nuestra salud mental.
Teniendo en cuenta este balance, todos los estudios coinciden en que el primer año de residencia comporta un mayor nivel de estrés debido a que el residente debe afrontar una situación nueva con unas habilidades todavía por desarrollar. Aunque puede ocurrir que tanto las circunstancias del entorno como la situación del mismo residente le haga más vulnerable al estrés en otros momentos (rotaciones, preocupación por el futuro, circunstancias personales o familiares…).
-¿Cómo puede prevenirlos el propio residente? ¿Qué herramientas permiten a los residentes optimizar la residencia como periodo formativo?
-El residente debe saber que el estrés no es específico de la residencia. La Medicina es una profesión que, por sus características, conlleva elevados niveles de estrés, superiores a los de otras profesiones. Por lo tanto, aunque en los años posteriores de su vida profesional irá adquiriendo habiliadades y seguridad, es necesario aprender a gestionar el estrés.
Esto significa adquirir competencias, más allá de la preparación técnica, que aseguren una madurez y equilibrio emocional. Fundamentalmente, relacionadas con habilidades sociales y de comunicación, tener capacidad para interpretar lo que se comunica, saber poner límites, comunicarse eficazmente, ayuda a modelar el valor afectivo de los estímulos y a responder a estos estímulos. Además de la adquisición de valores éticos, conocimiento de aspectos legales y todo aquello que amplie el conocimiento de los aspectos humanísticos de la Medicina.
Es imprescindible buscar tiempo libre para aquello que sea importante para uno mismo, además de la dedicación a la Medicina, no descuidarse, mantenerse activo intelectual y físicamente, hacer deporte y seguir una alimentación equilibrada. Es fácil aconsejarlo y, aunque cuesta llevarlo a la práctica, los beneficios de hacerlo son evidentes.
Y, sobre todo, saber pedir ayuda cuando se necesita.
-¿Cuáles son los programas de prevención que gestiona en Fundación Galatea?
-El Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, después de unos años de funcionamiento del PAIME, Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, y tomando modelo de otros programas de atención al médico enfermo, de larga tradición, como son los de países anglosajones, pensó en la necesidad de la prevención, de evitar llegar a situaciones que cuando se dan pueden ser de difícil solución (adicciones, burn-out…) y así se creó en 2001 Fundación Galatea, que acoge distintos programas de atención y prevención para la mejora de la salud y el bienestar del médico.
Nosotros trabajamos por grupos o franjas profesionales, ya que las prioridades son distintas. Tenemos el programa sobre la salud del MIR, la Salud del estudiante de medicina, salud, género y ejercicio profesional… El caso del MIR, por ejemplo, tiene una situación de vulnerabilidad por ser un principiante, pero también está en un momento ideal para adquirir habilidades que le conviertan en un médico saludable.
-¿Qué opinión le merece el PAIME?
-La salud del cuidador es imprescindible para garantizar la salud del paciente, pero el posicionamiento social del médico y su vocación de entrega hace que, a menudo, este se considere a sí mismo el último que debe ser atendido y que tenga miedo reconocer su necesidad de tención. Está demostrado que un servicio específico y confidencial, que esté fuera del entorno laboral, como es el Colegio de Médicos facilita el acceso a esta atención al médico enfermo.