Los resultados previos sugieren que el dispositivo ideado y patentado por la Universidad de Granada no sólo previene la trombosis venosa y la embolia pulmonar, sino que también mejora la molesta sintomatología asociada a los viajes prolongados. Se calcula que hasta un 3% de los pasajeros de larga distancia lo pueden llegar a padecer
Granada, 20 de enero 2009 (medicosypacientes.com)
El estudio que está llevando a cabo la Universidad de Granada (UGR) para evaluar un innovador dispositivo (llamado flip-flow), con el objetivo de prevenir la aparición del síndrome de la clase turista, está llegando a sus fases finales de desarrollo. En el centro de alto rendimiento de Sierra Nevada (CAR), perteneciente al Consejo Superior de Deportes del Ministerio de Educación (situado a 2.320 m. de altitud sobre el nivel del mar), se ha completado este fin de semana la segunda fase del estudio.
El dispositivo flip-flow, diseñado y fabricado por Entrenatech, es una almohadilla hinchable que permite, mediante la presión de la planta del pie y merced a unos compartimentos en su interior, efectuar una presión dinámica sobre la superficie plantar que contribuye a activar el drenaje venoso de la extremidad inferior.
El estudio pretende evaluar la eficacia de dicho dispositivo para prevenir las molestias en los miembros inferiores asociadas a la inmovilización prolongada durante los viajes en avión. El trabajo se ha estructurado en dos fases. Se han seleccionado sujetos con características similares a los usuarios habituales de un vuelo. En todos ellos se realizó un estudio basal (cuestionario de calidad de vida y de sintomatología venosa estandarizado (CIVIQ-2), examen de parámetros antropométricos, cálculo de diámetros en MMII, evaluación de la función venosa mediante pletismografía de oclusión y mediante medidas de diámetros del sistema venoso superficial y profundo de MMII. A dichos voluntarios, de forma aleatoria se les distribuyó en dos grupos para ser sometidos a las condiciones estandarizadas de un vuelo: unos se debían comportar como hacemos habitualmente en cualquier viaje, y los otros durante ese periodo debían hacer ejercicio en las piernas con el flip-flow. Posteriormente, tras varias horas de sufrir simulación de condiciones constantes de presión barométrica, de oxígeno, alimentación y limitación de espacio como en un vuelo comercial se les volvió a determinar los mismos parámetros. A las dos semanas, de nuevo en el mismo centro, se reevaluaron las mismas determinaciones.
Ahora, para homogeneizar los resultados, a los sujetos que les tocó previamente por sorteo hacer ejercicio programado con dicho dispositivo no harán nada, y viceversa. Finalmente, en dos semanas (el domingo 1 de febrero), se repetirán de nuevo las medidas para detectar cualquier variación.
Como explica uno de los responsables de este proyecto, el doctor Fidel Fernández Quesada, profesor asociado de Cirugía y especialista del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, ?hemos esperado unos meses desde la primera evaluación para que se diluya cualquier efecto de la experimentación previa (efecto «lavado»), y ahora volveremos a someter a los voluntarios sanos a condiciones simuladas de un viaje prolongado en avión (presión atmosférica, presión de oxígeno, temperatura, inmovilización, alimentación, películas de video…)?.
En concreto, se medirá el peso, el índice de masa grasa y la retención hídrica, los perímetros de los miembros inferiores, los diámetros venosos del sistema venoso superficial y profundo, se realizará una pletismografía de oclusión venosa (una prueba que permite detectar, mediante manguitos neumáticos y sensores de volumen, la capacidad funcional del sistema venoso mensurando el volumen de drenaje en función del tiempo) y se cumplimentará un cuestionario normalizado de calidad de vida y sintomatología en relación a la patología venosa (CIVIQ-2). Como indica Fernández, ?la idea es probar con los responsables del proyecto su patente en una situación muy semejante a la que existe en la cabina de un avión presurizado volando a altitud de crucero?.
Para ello, se evalúa por medio de diferentes pruebas diagnósticas la posible aparición de signos indicativos del síndrome de la clase turista; al mismo tiempo, se analiza la utilidad del denominado flip-flow para prevenir el desarrollo de trombosis venosas en las piernas y su utilidad para activar la bomba venomuscular que permite el retorno venoso de la sangre al corazón.
Como principal recurso diagnóstico se está utilizando el sistema de ultrasonidos M-Turbo?, de la empresa Sonosite, que es un dispositivo portátil y versátil. La nueva plataforma M-Turbo, la cuarta desde el lanzamiento en 1998 del primer ecógrafo de mano, permite obtener una nitidez de imagen superior en exploraciones de todo tipo, además de facilitar la exportación de imágenes (todo ello en un sólido equipo de mano que pesa menos de cuatro kilos).
Hallazgos de experiencias previas que ya han sido analizados sugieren que el flip-flow no sólo tendría la función de prevenir la trombosis venosa y la embolia pulmonar al activar el drenaje venoso de los miembros inferiores, sino que su uso (al desarrollar ejercicios musculares y masaje de la almohadilla venosa plantar) produce mejoría (e incluso desaparición en la mayoría de los casos) de la molesta sintomatología asociada a los viajes prolongados (en avión u otro medio de transporte).
Y es que la asociación de la inmovilidad, el declive de las piernas y la compresión venosa produce edemas (inflamación) de pies y piernas, calambres, parestesias (entumecimiento, hormigueo, pesadez,…) que, a veces, son tan intensas que llegan incluso a impedir la utilización del calzado habitual. El síndrome de la clase turista afecta a más de un 3% de los pasajeros en vuelos de más de 4 horas de duración y puede ser causa incluso de muerte súbita de personas sanas por embolia pulmonar masiva.
Esta activación del drenaje venoso de los miembros inferiores puede ser de gran utilidad en viajes prolongados en otros medios de transporte e incluso en profilaxis de la enfermedad tromboémbolica venosa en situaciones de riesgo (embarazo, parto y puerperio, encamación o reposo por enfermedades médicas o por postoperatorios de cirugías más o menos complejas), situaciones para las que la movilización precoz es difícil de realizarse por parte del paciente.