Se han cumplido seis meses del catastrófico terremoto de Haití, y la mejora de las condiciones sanitarias de sus habitantes no parece producirse. Ésa es la sensación del presidente de la Fundación SEMG Solidaria, el doctor José Manuel Solla, quien después de haber acudido a este país como cooperante en distintas ocasiones, tras el seismo del pasado mes de enero, e implicarse a fondo en las tareas sanitarias, corrobora el tremendo impacto sanitario que este tipo de tragedias lleva consigo, en un país como Haití con una estructura sanitaria tan frágil. El doctor Solla se muestra convencido de que a su sistema sanitario se le presenta una oportunidad única para intentar que germine un nuevo sistema de salud basado en la experiencia acumulada de sus médicos
«La cooperación internacional en Haití está sumida en una auténtica descoordinación»
Madrid, 13 de julio 2010 (medicosypacientes.com)
El doctor José M. Solla,
presidente de la Funda-
ción SEMG Solidaria.
-¿Cómo describiría la sensación de un médico que ha sido cooperante en la ayuda sanitaria a la población haitiana, una vez transcurridos seis meses de este dramático suceso?
-Sinceramente, la sensación, en estos momentos, es de una gran descorazonada. Uno, al principio, tenía la sensación de que realmente se podría conseguir un cambio, sobre todo, viendo cómo, en un principio, se había volcado la sociedad civil, en el caso de nuestro país, España, y comprobando ese ambiente de voluntariado tan convencido. Sin embargo, han pasado seis meses, y la realidad es muy distinta. Pienso que se está jugando con toda la población, con una actitud bastante pasiva por parte de los que tienen que tomar decisiones. Tiene que ser muy desesperante, como nos pasó a los que volvimos por segunda vez allí, por ello pensamos que, seis meses después, aquello tiene que tener una respuesta mejor.
-¿Podría detallarnos en qué condiciones se encuentra en estos momentos su población desde el punto de vista sanitario y de salud?
-El país, reitero, está muy hundido, al tiempo que existe una tremenda ocupación militar que, por otra parte, se contradice con una inseguridad manifiesta. Bajo este clima bélico, las condiciones de salubridad son muy pobres, junto a los cascotes se acumula toda la basura. No se dispone de más de una hora de electricidad al día, el agua potable no está asegurada para toda la población, y las condiciones siguen siendo extremas, en un momento en que, además, comienza la época de invierno y las lluvias, y en la que, sin duda, se van a incrementar todas las alarmas sanitarias relacionadas con las enfermedades propias de esta época. En mi segundo viaje, realizado recientemente, se estaban disparando las cifras de malaria, producidas por el plasmodium falciparum, la forma más grave, y por si esto fuera poco nos encontramos con una gran cantidad de infecciones respiratorias agudas, y las derivadas de la falta de salubridad a la que he hecho mención, como agua potable, eliminación de escretas, etc.
-Dadas las condiciones en las que se hallan los habitantes de Haití, ¿qué tipo de necesidades recomendaría priorizar?
-Lo previo, siguiendo los estándares de Salud Pública, es lograr tanto el abastecimiento de agua potable como de alimentación, así como disponer de una infraestructura para la correcta eliminación de escretas, de lo contrario, evidentemente, van a florecer situaciones explosivas, por lo menos, desde el punto de vista sanitario. No se puede tener a la población, seis meses después, en tiendas de campaña, que cuando llueve se anega todo lo que hay alrededor, mientras que cuando hace sol es insoportable estar bajo esa tienda de campaña, con recién nacidos, bebés, en condiciones absolutamente extremas. La desnutrición, la carencia de agua potable, junto a las enfermedades que desencadenan, producto de este tipo de situaciones, hacinamiento, enfermedades de transmisión hídrica, enfermedades infecciosas, en general, malaria, es la tónica general. Nada de esto está controlado, y es una de las claves.
Sistema sanitario muy endeble
-Cree que ante dichas condiciones ¿la respuesta del sistema sanitario está siendo la esperada?
-Se trata de un sistema con una estructura muy endeble, con hospitales donde la gente paga por ser atendida y con muy pocos recursos sanitarios y asistenciales. Mi impresión es que este país está ahora mismo en una situación propicia para una reconversión de ese sistema sanitario, para que germine un nuevo sistema de salud basado en la experiencia acumulada de los médicos de allí, con un sistema de pago que tendría que depender de la cooperación internacional, puesto que evidentemente el país no sería capaz de afrontarlo, pero que sería una oportunidad desde el punto de vista organizativo única para conformar el germen de un nuevo sistema nacional de salud.
¿Cómo esta viviendo la profesión médica de dicho país esta dramática situación?
-Se da el caso de que el propio médico haitiano, hasta el momento de la tragedia, tenía una relación de pago con los pacientes, es decir, se practicaba en gran parte una Medicina privada, aunque asequible para la población. Sin embargo, en estos momentos, el médico haitiano se ve desplazado por la cooperación internacional, parece que se cuenta muy poco con él, tal como pudimos saber estando nosotros allí.
Cooperación internacional
-Con respecto a la ayuda internacional ¿qué destacaría?, ¿qué papel está jugando, realmente?
-En mi opinión, la ayuda internacional está sumida en una absoluta descoordinación, a la que le falta una visión general, máxime estando allí la Organización Panamericana de la Salud (OPS), además de múltiples organizaciones, sin un sistema rector, bajo mi punto de vista, y sin una organización adecuada. De manera que, probablemente, estemos dando palos de ciego, y que falte absolutamente cohesión.
-¿Y en qué se ha materializado toda la ayuda procedente de los ciudadanos de otros países?, por ejemplo, la población española respondió solidariamente a la llamada de ayuda lanzada en su momento,…
-La respuesta a esta cuestión quiero convertirla en una llamada de atención a mis compañeros médicos y, en general, a todo el personal sanitario para que creen una corriente de opinión de que lo que no puede ser que en un momento histórico en el que una mayoría de países se han volcado en prestar ayuda, al igual que sus ciudadanos con sus contribuciones mayores o menores, con sus donativos, la gente debería preguntarse y preguntar qué está pasando con todo ese dinero. Tiene que haber mayor transparencia sobre el destino del mismo, sobre lo que está sucediendo en Haití, y no debería desaparecer este tema porque las muertes vayan sucediéndose a un ritmo más lento, o porque las cifras no sean tan dramáticas como al principio, pero que se tenga constancia de que éstas se siguen produciendo. Se debe pedir una solución política y mundial para un país tan pobre y desgraciado como Haití.
Finalmente, ¿tiene intención de volver como cooperante a Haití?
-No tengo previsto regresar de inmediato, primero porque no acabamos de identificar un proyecto claro de actuación. Todo está en manos de la solidaridad y de los gobiernos, como el tomar decisiones que, lamentablemente, todavía no han repercutido en la población. En estos momentos, el problema que atraviesa Haití es un problema de índole mayor, mientras que nuestra Fundación SEMG Solidaria es pequeña, con recursos escasos. No obstante, nuestra voluntad y nuestro voluntariado está siempre con el pueblo de Haití, y si se nos requiere a través de un proyecto que tenga coherencia, volveremos a estar allí.