Se cumplen 15 años desde que fuera asesinada y disparada por un paciente la Dra. Mª Eugenia Moreno, en el centro de salud de Moratalla (Murcia) donde cursaba su Residencia. Su viudo Emilio Fernández, ha manifestado la importancia de denunciar agresiones. “Tras los hechos no quería indemnización quería responsabilidades”, ha señalado.
Durante el acto cuenta cómo vivió esta terrible tragedia. «Me arrebataron a mi mujer en momento más dulce de nuestra vida, dejando un hijo huérfano con dos años”. “Después de un periplo judicial ha mostrado su decepción con la Justicia» y ha inistido en la importancia de denunciar las agresiones.
En el relato de su caso, ha reconocido la labor de la OMC y su Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos y Médicas . Asimismo, el papel de la Policía local “en la lucha contra las agresiones”. Ha agradecido “su trabajo porque cuando ocurrieron los hechos, la Policía Local fue la primera en llegar y hacerse cargo de lo ocurrido”.
Cuando ocurrieron los hechos ha explicado que su primer deseo fue que “el asesino de mi esposa fuera a la cárcel”. Esto le llevó a personarse contra él, junto con varios colectivos sanitarios de la Región de Murcia. Pero “desgraciadamente, el asesino de Mª Eugenia murió en la cárcel poco después de conocerse la fecha de juicio”. Un hecho que fue “un duro golpe para nuestra familia y amigos. El primero con el que nos encontraríamos en esta carrera de fondo ante la Justicia”.
Muerte de una trabajadora del Sistema Público de Salud en sus instalaciones
“Como el asesino de Mª Eugenia ya estaba muerto -ha explicado-, pensamos en la responsabilidad de los hechos que tenía el Servicio Murciano de Salud. En su caso, el Área IV del que dependía el centro de Moratalla”. Por eso, según relató, “decidimos presentar una reclamación patrimonial al Estado, por la muerte de una trabajadora del Sistema Público de Salud en sus instalaciones”.
Para Emilio Fernández resulta “frustrante” que el Tribunal Superior de Justicia de Murcia. «No tuvieron en cuenta ninguna de las deficiencias del Área IV, entre ellas. No contar con un plan de prevención de riesgos laborales, ni con un plan de actuación en caso de agresiones al personal de dicho centro. Cando años antes, había constancia de agresiones contra médicos de esta área en algunos centros de salud y se tenía contratado personal de seguridad”.
El caso concluyó con una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia que dice que “todo lo que ocurrió esa noche fue un acto impredecible». Esto exime al Sistema Murciano de Salud de cualquier responsabilidad patrimonial”. Ante esta sentencia, Emilio Fernández pidió recurso de amparo al Supremo. Por un defecto de forma no ha sido admitido.
Agradece la ayuda de la OMC y el Colegio de Médicos de Murcia
«Me siento desamparado y decepcionado con una Justicia que no ha sido justa. No quiero dinero, quiero responsabilidades”, ha dicho.
Ha contado que “han sido años de desesperación”, en los que siempre “he tenido la ayuda del Colegio de Médicos de Murcia y de la OMC». «En todo momento, han estado a mi lado”.
Le consuela el hecho de que la muerte de la Dra. María Eugenia, aunque “nunca va a tener sentido”, haya servido para poner en marcha este movimiento del Observatorio. Para “prevenir y evitar las agresiones”, algo que “me está sirviendo -dijo- para mitigar el dolor que siento”.
Finalmente, ha animado a todo el colectivo médico a “seguir luchando con todas las herramientas que tengan a su alcance”. Con la ayuda de los Colegios de Médicos para “conseguir unas condiciones dignas de trabajo y más seguridad para los profesionales”.
