Un informe del Consejo Asesor Científico del Colegio de Médicos de Valencia constata que la suma de pruebas diagnósticas en personas sanas no aporta más cantidad ni calidad de vida, sino molestias, altos niveles de ansiedad y resultados no siempre certeros
Valencia, 4 de julio 2008 (Redacción)
Con mucha frecuencia se piensa que la realización de cuantas más pruebas diagnósticas favorece la detección de una enfermedad precozmente y, por tanto, mayores posibilidades de mantener durante más tiempo el estado de buena salud. Sin embargo, un informe elaborado por el Consejo Asesor Científico del Colegio de Médicos de Valencia viene a desmitificar esta idea, al llegar a la conclusión de que la aplicación de determinadas pruebas para realizar un diagnóstico y tratamiento precoz no ofrece ninguna ventaja con respecto al realizado en el momento de la aparición de los síntomas.
Es más, el informe, firmado por los doctores Carlos Paredes Cencillo, presidente del referido Consejo, y Antonio Maiques, médico de familia del Centro de Salud de Manises, asegura que una sucesión de las mismas en personas sanas, la mayor parte de las veces acarrea ansiedad, molestias y resultados dudosos que obligan, a su vez, a más pruebas.
Los autores de este trabajo vienen a defender que la aplicación de determinadas pruebas para realizar un diagnóstico y tratamiento precoz no ofrece ninguna ventaja con respecto al realizado en el momento de la aparición de síntomas. Es decir, como se puntualiza, ?el paciente tendría un conocimiento previo de la enfermedad, sufriría un tratamiento precoz, pero no obtiene ningún beneficio para su salud.
En definitiva se advierte de aplicar con ?sumo cuidado? actividades preventivas de este tipo sobre todo en personas sin signos específicos de patología por la posibilidad de generar más efectos perjudiciales que beneficios. Algo, como se subraya, que ?nada tiene que ver con los procesos de diagnóstico y tratamiento una vez detectados síntomas determinados y diagnosticados. En esta situación, los criterios de aplicación de las pruebas cambian y sí estarían indicadas.
Recomendaciones avaladas
Una parte del informe se ha dedicado a averiguar lo que organismos internacionales implicados en la prevención recomiendan para las actividades preventivas a la hora de aplicarse a una persona sana. Al respecto, algunos de ellos como el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (PAPPS) o la US Preventive Services Task Force (USPSTF) dan una serie de pautas con respecto a algunas de las pruebas más habituales.
- Densiometrías: Es motivo frecuente de consultas que mujeres postmenopáusicas planteen la posibilidad de realizarse una densiometría ósea. En este sentido, el PAPPS desaconseja el cribado masivo de la densiometría ósea en mujeres postmenopáusicas y sólo la recomienda en mayores de 60 años con factores de riesgo de fracturas óseas. Mientras el USPSTF recomienda el cribado rutinario a partir de los 60-65 años, pero con factores de riesgo.
- Cáncer de próstata: Con respecto a la detección precoz de cáncer de próstata mediante la determinación del antígeno prostático específico (PSA), existe una mayor uniformidad de criterio: las evidencias son insuficientes para recomendar el cribado sistemático del cáncer de próstata en personas asintomáticas. El PSA sí puede detectar precozmente la enfermedad, pero la realización del cribado entraña riesgo en el paciente por la existencia de resultados no siempre certeros que, a su vez, ocasionan ansiedades y efectos adversos de las pruebas necesarias para descartar la enfermedad, como las biopsias.
- Electrocardiogramas de esfuerzos: En personas sanas, la realización de un electrocardiograma de esfuerzo puede ser perjudicial para la salud. En este caso, la USPSTF desaconseja la práctica preventiva de esta actividad debido a su difícil interpretación sin la existencia de síntomas y que, en ocasiones, obliga a efectuar pruebas invasivas para descartar enfermedad.