En los pacientes tratados con antivirales tras el trasplante, la incidencia de tumores suele ser menor, un dato relevante teniendo en cuenta que en España, en el 72% de los casos, se aplica tratamiento de inducción
Barcelona, 7 de mayo 2009 (medicosypacientes.com)
?El próximo reto es el estudio de la genómica para poder discriminar mejor la situación de rechazo de los pacientes?, ha explicado la cardióloga María G. Crespo Leiro en su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Cataluña (RAMC). En la sesión participaron Antoni Caralps, académico numerario, y Daniel Serón, presidente de la Fundación Catalana de Trasplantes (FCT).
María G. Crespo Leiro ha sido reconocida con el premio que la FCT y la RAMC conceden conjuntamente al mejor artículo sobre trasplantes publicado durante el año anterior, y que comporta el nombramiento de académica correspondiente de la RAMC. Crespo Leiro es cardióloga y trabaja en la Unidad de trasplante cardíaco del Complejo Hospitalario Universitario Juan Canalejo de A Coruña. Además, es profesora en la Universidad de Santiago de Compostela.
El trabajo premiado es ?Influencia de la terapia de inducción, inmunosupresión y profilaxis antiviral en el desarrollo de linfomas tras el trasplante cardíaco: datos del registro español de tumores postrasplante?, publicado en ?The Journal of Heart and Lung Transplantation? (2007;26:1105-9). Se trata de un trabajo pionero, que estudia por primera vez esta terapia en trasplantes de corazón, a partir de los datos del Registro español de tumores postrasplante cardíaco, que almacena todos los casos de trasplantes de corazón realizados en España desde 1984.
Los tumores son muy frecuentes después del trasplante y su incidencia aumenta con el tiempo postransplante, explicó la nueva académica. ?A los 10 años, el 30% de los trasplantados han desarrollado un tumor?, señaló. Este estudio ha analizado cómo influye la terapia de inducción, inmunosupresión y profilaxis antiviral en el desarrollo de linfomas tras el trasplante cardíaco. Una de las conclusiones es que la inducción sin profilaxis antiviral aumenta riesgo de linfoma, algo que no sucede si se aplica un tratamiento con profilaxis antiviral. Es decir, que en los pacientes tratados con antivirales tras el trasplante la incidencia de tumores suele ser menor, un dato relevante teniendo en cuenta que en España en el 72% de los casos se aplica tratamiento de inducción.