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El presidente de la OMC, entre los cien expertos participantes en un Foro Internacional para promover nuevas iniciativas que mejoren la eficiencia del sistema sanitario

 

 

El presidente de la Organización Médica Colegial, Dr. Juan José Rodríguez Sendín, ha sido uno de los 100 expertos seleccionados para participar en una pionera iniciativa promovida por la Fundación Economía y Salud, bajo el título “100 perspectivas para mejorar el futuro del sector salud”. El objetivo de la jornada, que tuvo lugar en Madrid los pasados 30 y 31 de octubre, ha consistido en la recopilación y el consenso de medidas enfocadas a la mejora de la eficiencia de nuestro sistema sanitario y agrupadas en tres bloques temáticos: innovación; eficiencia y sostenibilidad; y desarrollo social y económico

 

 

 

 

Madrid, 3 de noviembre 2014 (medicosypacientes.com)

El presidente de la Organización Médica Colegial, Dr. Juan José Rodríguez Sendín, ha sido uno de los 100 expertos seleccionados para participar en una pionera iniciativa promovida por la Fundación Economía y Salud, bajo el título “100 perspectivas para mejorar el futuro del sector salud”. El objetivo de este Foro Internacional, que tuvo lugar en Madrid los pasados 30 y 31 de octubre, consistió en la recopilación y el consenso de un centenar de medidas enfocadas a la mejora de la eficiencia de nuestro sistema sanitario y agrupadas en tres bloques temáticos: innovación; eficiencia y sostenibilidad, y desarrollo social y económico.

Con esta reunión, como explicó el presidente de la Fundación Economía y Salud, Alberto Giménez, se ha pretendido “un acercamiento al sector salud desde distintas perspectivas con objetividad y abandonando juicios preconstituidos que muchas veces se incorporan a nuestro pensamiento sin una reflexión previa ni examen crítico alguno”.

A partir de las propuestas emitidas, los organizadores de estas Jornadas tienen previsto, como informaron,  elaborar un documento recopilatorio de la diversidad y riqueza de opiniones obtenidas, de las cuales se elaborará un centenar de medidas destinadas a mejorar el futuro del sector salud.

Innovación

El primer bloque de trabajo se enfocó desde el punto de vista de la innovación, partiendo de la premisa de que “el incremento de las enfermedades crónicas, del envejecimiento de la población y de la dependencia que todo ello trae consigo, obligan a poner el foco en varios hechos relevantes como son el propio cambio en la definición del concepto salud a nivel internacional y, por tanto, del objetivo que deben perseguir los sistemas sanitarios; la necesaria reorganización de los sistemas de provisión de servicios, integrando los servicios sanitarios y sociales;  y la necesidad de tener en cuenta la perspectiva de la persona como beneficiario final de los servicios, promoviendo su participación en el rediseño de procesos y servicios centrados en ella”. Así fue explicado por Emilio Herrera, coordinador de dicho bloque, y presidente de la Fundación NewHealth.

Los expertos participantes en este bloque, partiendo de una cuestión clave como es “hacia dónde debe orientarse y construirse el modelo” analizaron una serie de cuestiones tales como: mejores indicadores de resultados en salud y estrategias para su implantación; identificación de los elementos clave de un modelo sociosanitario integrado: barreras y estrategia para su implantación; e implicación del ciudadano en la salud y atención centrada en el paciente.

Entre las principales propuestas emitidas en este terreno por los expertos participantes en este grupo cabe destacar: la detección de crisis de modelos más allá de la crisis económica, así como la necesaria coordinación del sistema social y sanitario.

En este sentido, se busca un sistema más centrado en la necesidad de la propia persona, capaz de construir “paquetes de atención integrada”.

También se vislumbró la importancia de conceptos como la transparencia, voluntad, diálogo y confianza, como motores que inspiren una visión integrada teniendo como núcleo la persona, para lo cual se requieren cambios tanto desde el punto de vista administrativo como legal, que conduzcan a un Pacto de Estado.

Para los expertos, “reconocer y elevar el derecho desde los servicios sociales, será la única forma de poder coordinar los sistemas sanitario y social”.

Resulta necesaria una nueva cartera de servicios que permita un modelo con una visión conjunta de ambos parámetros: social y sanitario. Esa visión compartida ha de dar lugar a la reestructuración del modelo económico organizativo, siempre compartido, capaz de trabajar capitativamente ajustando el riesgo sobre la población sobre la que se trabaja.

Asimismo ven preciso capacidad para crear procesos integrados, liderando desde la comunidad, con un marco compartido global capaz de entender la realidad desde cada lugar, creciendo desde abajo hacia arriba y utilizando, posiblemente, el liderazgo de la Atención Primaria pero desde la unión de lo sanitario y lo social.

Se hacen necesarias herramientas concretas, a partir de la utilización de los recursos existentes, la creación y regeneración organizativa de nuestras organizaciones, compartiendo, incluso, organismos de gestión, cofinanciación de recursos, elementos de coordinación, gestor de casos, nuevas tecnologías, etc.

Por otra parte, se detectan barreras que dificultan la atención integral de las personas, debido, entre otras cosas, a la escasa flexibilidad de las estructuras sanitarias y sociales, que, a juicio de los expertos, “parece que están especialmente pensadas desde la oferta y desde los profesionales y menos desde la demanda de servicios y necesidades de los ciudadanos”.

Se insistió en la necesidad de un cambio de modelo organizativo, así como de una mayor transparencia en la información que se le ofrece al usuario para que pueda ostentar el poder que defendemos que ha de tener.

Relacionado con la transparencia que se solicita, está la medición del rendimiento de resultados en salud. En este sentido, se detecta una serie de barreras relacionadas con la accesibilidad y con la cronicidad. Por otra parte, se ha destacado que habitualmente, no se utiliza la evaluación de la calidad de los servicios, no somos capaces de medir hasta qué punto la persona a la que se atiende es corresponsable. Desde ese punto de vista, se insta a la utilización de indicadores de resultados que sean los que permitan horizontalizar mucho más, los sistemas de provisión de servicios, creando enfoques mucho más integrados.

Finalmente, si la evaluación va mucho más orientada a los resultados en salud, permitirá tener más claro el elemento de la motivación de nuestra organización hacia el cambio.

Eficiencia y sostenibilidad

El segundo de los bloques temáticos giró en torno a la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad del sistema sanitario español. “En los últimos años, se está haciendo especial hincapié en la mejora de la eficiencia del sistema de salud para garantizar su sostenibilidad sobre todo en los países con un modelo de sistema nacional de salud financiado por impuestos, debido a que la inversión en salud se convierte en la mayor partida de los presupuestos públicos”, como señaló Carlos Alberto Arenas, gerente del Área de Salud IX de la Región de Murcia y coordinador del citado bloque.

Partiendo de la necesidad de evaluar de manera exhaustiva la organización sanitaria, sus recursos y sus prácticas para así poder priorizar las más eficientes y las de mejor coste de oportunidad; es decir, aquellas con las que se puede conseguir más salud, evitando lo que no aporta valor, los grupo de trabajo englobados en este bloque temático  analizaron una serie de barreras y estrategias, entre otras cosas, para mejorar la eficiencia organizativa; motivar a los profesionales; mejorar la atención y seguridad del paciente; así como para mejorar los procesos y tecnologías en la atención sanitaria.

Entre las principales ideas que se pusieron sobre la mesa por parte de los expertos participantes en este grupo cabe destacar la necesidad de un Pacto de Estado por la Sanidad, así como de llevar a cabo cambios legislativos que reduzcan la regulación y la burocracia, así como incrementar la autogestión.

Por otra parte, se apuntó la importancia de la profesionalización de los directivos de la salud, y la formación en gestión tanto en pregrado y postgrado de manera obligatoria para todos los profesionales, así como la despolitización de la gestión sanitaria.

Se hizo hincapié en la medición exhaustiva de los resultados y reenfoque del sistema hacia la gestión clínica y la financiación per cápita.

Se abogó por el desarrollo de medidas de evaluación del desempeño que permitan incentivar a los que mejor lo hacen.

También se apuntó el empoderamiento del paciente activo, mejorar la implicación del paciente en su proceso asistencial, y se hizo referencia a la importancia a la seguridad del paciente, para lo cual se propusieron acciones como: medición más adecuada de resultados, disminución de la variabilidad, registro adecuado de actividad asistencial.

-En relación a las tecnologías, se insta a una mejor coordinación entre todos los agentes: usuarios, profesionales y gestores, así como a una mayor implicación de los usuarios y gestores en el uso adecuado de tecnologías, además de definir indicadores y algoritmos de decisión, y vincular la posibilidad de medir resultados con empoderar al paciente en cuanto al acceso de esos resultados procedentes de las nuevas tecnologías.

Se reconoció, además, que nuevas tecnologías como telemedicina, historia clínica electrónica, etc, llevan un camino imparable a pesar del déficit financiero.

Necesidad de inversión en salud

“La calidad en términos de resultados en salud y la macro-eficiencia del sistema sanitario de nuestro país es referente a nivel internacional. Pero cuando se evalúa una inversión en sanidad, no solo se ha de contemplar la sostenibilidad de nuestro modelo desde la perspectiva de la salud de las personas y del gasto que ello implica, sino también en términos de empleo, competitividad e imagen y valorar la aportación de este sector a la innovación, al conocimiento, a la tecnología y a nuestro tejido empresarial”. “Desde esta perspectiva, la sanidad no es gasto, es inversión”, como afirmó Baltasar Lobato, coordinador del tercer  bloque temático, y responsable de Sanidad de Accenture en España, Portugal, África e Israel del Foro.

Bajo este planteamiento, los expertos participantes en este bloque trataron de identificar respuestas estratégicas a cuestiones como: ¿Cuáles son las barreras actuales y las mejores estrategias para inversión en salud?; Alianzas y sinergias del sector de la salud para promover el desarrollo. ¿Cuáles deberían ser y cómo promoverlas?, además de detectar las principales barreras estratégicas para la internacionalización del sector salud.

De las propuestas emitidas para todas estas cuestiones cabe destacar la necesidad de comunicar adecuadamente con el fin de dar el necesario valor al impacto en salud de estas estrategias.

Se considera, además, preciso, agilizar el proceso de inversión desde la perspectiva administrativa, incluyendo generación de herramientas que apoyen la toma de decisiones y de la definición de indicadores

Además, son necesarias alianzas con el ciudadano así como con instituciones de investigación e innovación, y reforzar las alianzas entre los ámbitos social y sanitario, poniendo el foco en el cuidado integral al ciudadano. Para promover dichas alianzas hay que establecer una serie de acciones como promover el acuerdo con el sector educativo para definir programas de formación al ciudadano para la creación de hábitos saludables y para potenciar la prevención,  y de innovación con las organizaciones sanitarias y no sanitarias, historia clínica y protocolos compartidos.

La Fundación Economía y Salud, responsable de esta iniciativa, fue constituida en 2012 con el objetivo de convertirse en un referente en la promoción de conocimiento sobre la aportación que la salud hace a la economía y competitividad de España. La organización, en la que se encuentran representados patronos y colaboradores de distintos ámbitos del sector de la salud y la economía como bancos, escuelas de negocio y empresas especializadas, busca la mejora permanente de la economía desde el sector de la salud basándose en la mejora de la eficiencia del sistema sanitario y social, la potenciación de la colaboración público-privada y el fomento de la internacionalización de productos e innovaciones en salud.

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