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El papel de la Organización Médica Colegial del Siglo XXI

En el marco del IV Congreso Nacional de Responsables de Comunicación de Colegios de Médicos que se celebra estos días en la entidad colegial médica de Málaga, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), el doctor Isacio Siguero, expuso las líneas maestras de las actuaciones de la organización que preside, así como de sus perspectivas para encauzar con éxito la OMC del siglo XXI

Madrid, 24 de octubre 2008 (Redacción)

Isacio Siguero, presidente del
Consejo General de Médicos

En el marco del IV Congreso Nacional de Responsables de Comunicación de Colegios de Médicos que se celebra estos días en Málaga, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), el doctor Isacio Siguero, expuso las líneas maestras de las actuaciones de la organización que preside, así como de sus perspectivas para encauzar con éxito la OMC del siglo XXI.

Una buena parte de su intervención la dedicó el doctor Siguero a explicar con detalle los tres grandes compromisos en los que la OMC tiene en la actualidad centrados sus esfuerzos y preocupaciones, que son: la modernización y refuerzo de su estructura de participación profesional; la redefinición de sus compromisos sociales y códigos de conducta; y el avance en la ordenación y regulación de la profesión. Por el interés del discurso, «Médicos y Pacientes» lo publica íntegro.

«El papel de la Organización Médica Colegial del Siglo XXI»

Es difícil de encontrar otra disciplina como la medicina que acumule tanto conocimiento científico, asuma el ritmo de su crecimiento y los cambios que impone y además de forma inmediata intente aplicarlos y distribuir sus beneficios entre la sociedad. Estas garantías deben ser defendidas desde la Organización Médica Colegial (OMC) integrada por los Colegios de Médicos, los Consejos Autonómicos y el Consejo General. Para lo cual son necesarios un modelo de colegios capaces de hacer cumplir unas normas y compromisos profesionales a todos los médicos, como ocurre en los países más avanzados.

La ley otorga a los colegios profesionales la potestad de controlar el ejercicio profesional y lo hace no sobre la base de ningún privilegio de clase, sino en función del objeto y fin que regula, que no es otro que la medicina ó el cuidado de la salud de los ciudadanos. Mas que una potestad reconoce una capacidad de control difícil y complicado de ejercer, por las características de lo que pretende regular. Y lo hace en beneficio de la sociedad, del individuo inmerso en ella, cuyas necesidades y situaciones son desiguales y heterogéneas. En suma la OMC es un mecanismo preservador del bien común, una garantía que ofrece a la sociedad una posición protectora desde una única óptica, el bien del paciente y las necesidades profesionales para alcanzarlo.

La «colegiación obligatoria» en una sociedad moderna procede de la extraordinaria importancia de lo que salvaguarda ó sanciona, única manera de justificar un atentado contra la libertad de opción individual, y también cuando la obligatoriedad garantiza para todos los afectados aquello que, de no ser así, solo estaría garantizado para unos cuantos. Es el caso de responder equitativamente a derechos o bienes fundamentales y cuando con iguales garantías no se puede hacer de otra manera. Cosa bien distinta y motivo de otra reflexión es el mejor ejercicio de esa potestad protectora o garante de la mejor praxis medica, lo que en toda caso, debe ser realizado, regulado, actualizado y revisado constantemente por la profesión médica, así como sometida a los solos y exclusivos fines que se le otorga:

a) Registro y Representación de la profesión medica:

con una estructura, mecanismos de participación, presencia social y profesional con relación a los objetivos planteados.

b) Calidad del Ejercicio profesional:

la OMC debe constituirse en «agencia de calidad» definiendo y vigilando los criterios de calidad mediante la acreditación de la Formación Medica, de la competencia profesional.

c) Garantes de la Ética y Deontología Profesional:

dada las características y el objeto de la profesión médica, solo los médicos están en condiciones de evaluar la calidad humana y profesional de la asistencia médica. Solo los médicos pueden evaluar a otros médicos, con fuerza suficiente para corregirles aplicando los criterios que la comunidad médica establece, así como el régimen disciplinario colegial que corresponda en cada caso. La sociedad debe saber que la autorregulación profesional es más sensible y efectiva que el sistema judicial, al que no sustituye sino complementa. Pero además la representación profesional debe ser fuerte, con autonomía e independencia para cumplir sus objetivos, con una estructura y órganos de gobierno independiente de los poderes político y económico.

La OMC actualmente centra sus esfuerzos y preocupaciones en tres glandes compromisos: 1) modernizar y reforzar su estructura de participación profesional; 2) redefinir sus compromisos sociales y códigos de conducta y; 3) avanzar en la ordenación y regulación de la profesión. Para estos compromisos es preciso desplegar un dispositivo ideológico, de posiciones y actitudes personales ante la vida, la muerte, el ser humano y el ecosistema donde vive, que va más allá de cualquier compromiso académico, técnico, administrativo o laboral.

  1. Modernizar y reforzar su estructura de participación profesional independiente

  2. No es posible hacer buena medicina con un profesional débil, sin autonomía e independencia para cumplir sus objetivos o con las organizaciones que los representan sometidas a los poderes político y económico o pagadas por ellos.

    La gestión del Sistema Nacional de Salud ha sido transferida en su totalidad a las Comunidades Autónomas lo que sin embargo no ocurre con la profesión médica y las garantías que determinan su buen ejercicio. Es preciso que la OMC en su conjunto y los Consejos Autonómicos encuentren formulas efectivas que les otorguen el impulso suficiente para desempeñar el papel y protagonismo que se espera de ellos y así contribuir a formar una OMC integrada, representante de una profesión, valores éticos y garantías de ejercicio con proyección europea y mundial. La OMC debe definir con precisión el papel de los Consejos Autonómicos, determinando y cuantificando claramente sus funciones.

    Dentro de la propia OMC adaptar nuestras normas de funcionamiento y regulación -estatutos, código deontológico y guías de buena practica- a lo que los médicos esperan de nosotros, haciendo una OMC mas plural, abierta y participativa, donde pueda gobernar la mayoría pero las minorías tengan garantizadas su participación.

    Por otra parte mejorar la comunicación con los médicos y con los ciudadanos utilizando las mejores posibilidades que actualmente ofrecen las nuevas tecnologías aplicadas en usar, manejar y compartir conocimiento e información entre nuestros miembros. En este sentido cabe destacar la excelente acogida que ha tenido la consulta pública de colegiados disponible en nuestra web y la puesta en marcha de la revista ?médicosypacientes.com?

  3. Redefinir sus compromisos sociales y códigos de conducta

  4. Estableciendo un contrato con la sociedad, que situando el interés del enfermo y de la salud por delante del interés médico, exija un medico competente e integro, además de dirigido a educar e informar a la sociedad en materia de salud. Desde hace algunos años, en ese afán de adaptación permanente, la OMC trabaja en la idea de «un nuevo contrato social para un sistema nacional de salud sostenible» que debe incorporar la solidaridad y equidad, la suficiencia económica, la racionalidad y el buen gobierno del mismo. Así el ideario del profesional médico, condicionado por su compromiso con la sociedad y con la salud se centra en cuatro grandes ejes que determinan el ejercicio médico y que precisan del máximo consenso e integración por una estructura de representación profesional no solo nacional sino europea y con los que se debe alcanzar una relación armónica: la medicina como ciencia, la ética, las políticas de salud y la economía.

    Los Colegios de Médicos garantizan el compromiso de los profesionales con el paciente, su ética profesional y la defensa del paciente y de su bienestar a través de sus sistemas propios de acreditación médica y de las condiciones mínimas para un ejercicio profesional de calidad. La rigidez de la ética médica clásica, circunscrita en ocasiones a marcos teóricos, esta evolucionando y será remplazada por una ética con mayor numero de compromisos, en un marco laico donde desde el consenso tendrán cabida las múltiples éticas individuales y colectivas que condicionan la realidad sociosanitaria, participando en la construcción y actualización constante de respuestas de carácter universal a los problemas de conducta profesional. De otra parte la OMC debe tener muy presente que las nuevas técnicas y los avances médicos introducirán situaciones complejas en el ejercicio médico que deberá afrontar discordancias entre las actuaciones sobre la naturaleza humana respecto a la eficacia/riesgo-seguridad/beneficio y las diferentes éticas del médico, del individuo y de la sociedad. Precisaremos adaptaciones, cambios y nuevas normas deontológicas, en defensa de la especie humana.

  5. Avanzar en la ordenación y regulación de la profesión

  6. Definir y exigir las condiciones básicas para un ejercicio profesional de calidad centrado en el paciente, siendo por ello la única asociación independiente que defiende todos los intereses de la profesión médica y de la medicina en general. Para este compromiso médico es preciso desplegar un dispositivo ideológico, de posiciones y actitudes personales ante la vida, la muerte, el ser humano y el ecosistema donde vive, que va más allá de cualquier compromiso académico, técnico, administrativo o laboral.

    El paciente debe tener garantías de que el médico que le atiende tiene la competencia profesional suficiente para prestarle los cuidados que le ofrece, así como una actualización continua de conocimientos que incluye la de los tratamientos que recomienda, para lo cual debe aplicar con integridad y de forma apropiada la mejor tecnología y evidencia científica disponible. Para lo cual la OMC debe certificar continua y permanentemente la condición de cada medico, su especialidad y la no incapacidad para el ejercicio profesional. Para mejorar la capacidad profesional y el ejercicio médico en todos sus ámbitos los médicos deben tener actualización constante durante toda la vida profesional lo que constituye un compromiso constante de la OMC con la profesión mediante la actividad formativa de los Colegio provinciales, de la Fundación para Formación del Consejo General. Formación que se garantiza mediante un sistema de acreditación de actividades formativas (SEAFORMED) que compartimos con las Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME), Conferencia de Decanos y Consejo Nacional de Especialidades. Sin olvidar la creación y actualización de las Guías de Buena Práctica Clínica que publicamos en colaboración con el Ministerio de Sanidad.

    La ordenación de la profesión obliga a mantener y actualizar los registros profesionales tanto a nivel provincial autonómico y nacional. A este fin aunque con retrasos contribuirá la constitución de un registro nacional de la profesión médica previsto en la LOPS. E igualmente la puesta en marcha del carne nacional de colegiado lo que entre otras cosas permitirá garantizar en cualquier momento y lugar de la geografía española, el acreditar y certificar las condiciones para el ejercicio de cualquier médico español.

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