En algunos países, el gasto per cápita de los ciudadanos con edades comprendidas entre los 65 y los 84 años multiplica por cuatro el gasto de aquéllos entre 30 y 44. La proporción que se eleva a casi diez a uno en relación con los mayores de 85 años
Madrid, 3 de julio de 2008 (Redacción)
Los sistemas sanitarios públicos deberán disponer de modelos de financiación más desarrollados para garantizar su sostenibilidad futura, según se desprende de un reciente estudio ?Cobertura, calidad y eficiencia de los sistemas de salud?, llevado a cabo por la firma PricewaterhouseCoopers. La mayoría de los expertos ve problemático el inmediato futuro de estos sistemas y opina que la sostenibilidad económica de los mismos exige reformas en los próximos tres a cinco años. Además, el 84 por ciento de los participantes en el estudio consideran que la principal prioridad para mejorar la calidad del sistema de salud pasa por optimizar la coordinación de los servicios que se prestan a los pacientes.
Entre las conclusiones más destacadas del informe figura que un 66 por ciento de los directivos encuestados cree conveniente explorar nuevos modelos de financiación del sistema sanitario, y, sobre todo, la gran mayoría de ellos cree que el mayor desafío para estos sistemas es el del control del gasto.
Del estudio se desprende, asimismo, que la mitad de los encuestados piensa que el sistema sanitario de su país es eficiente, mientras que sólo el 43 por ciento de ellos opina que la salud financiera del sistema es buena o muy buena.
Otro dato importante de este trabajo es que sólo un 31 por ciento de los directivos cree que la mera introducción de competencia de agentes privados sería clave para mejorar la calidad de la prestación sanitaria en Europa.
El informe analiza la relación entre la cobertura, la calidad y la eficiencia de los sistemas de salud y sus sistemas de financiación en 20 países de todo el mundo, entre los que se encuentra España. Sistemas que, tal como se indica, tendrán que afrontar las demandas crecientes de una población cada vez más envejecida, que recibe tratamientos mejores y más caros, con los retos que ello va a deparar para el control del gasto sanitario.
Como un ejemplo ilustrativo de la amena que, en este sentido, se cierne sobre la Sanidad, el estudio apunta que en Alemania el gasto per cápita de los ciudadanos con edades comprendidas entre los 65 y los 84 años multiplica por cuatro el gasto de los ciudadanos de entre 30 y 44 años. Una proporción que se eleva a casi diez a uno en relación con los ciudadanos mayores de 85 años.