El gasto en salud por persona en España se sitúa por debajo de la media de la OCDE, según datos facilitados por la propia Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Según constata el citado organismo, el gasto total en salud en España se sitúa en torno al 9.3% del PIB, cifra ligeramente menor que el promedio de la OCDE, que ronda el 9.4%
Madrid, 22 de julio 2014 (medicosypacientes.com)
El gasto en salud por persona en España se sitúa por debajo de la media de la OCDE, según datos facilitados por la propia Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Según constata el citado organismo, el gasto total en salud en España se sitúa en torno al 9.3% del PIB, cifra ligeramente menor que el promedio de la OCDE, que ronda el 9.4%.
España, según la OCDE, se clasifica por debajo del promedio de la OCDE en términos del gasto en salud por persona, con un monto de 3.072 dólares, en comparación con la medida de países, situada en 3.322 dólares. Otro dato aportado por dicho Organismo es que entre 2000 y 2010, el gasto en salud por persona en España aumentó, en términos reales, 4.3% por año en promedio, lo que equivale a una tasa de crecimiento ligeramente más alta que el promedio en los países de la OCDE de 4.0%.
Percepción de la salud
Con respecto a la percepción que los españoles tienen de su salud, el 75% de los españoles participantes en el estudio de la OCDE contestaron que era buena, cifra mayor que el promedio de los miembros de dicho Organismo, que es del 69%. En los países de la OCDE, es más probable que los hombres indiquen tener buena salud que las mujeres, con un promedio de 72% para los hombres y 67% para las mujeres. En España, el promedio es de 78% para los hombres y 72% para las mujeres. Mientras, los ancianos perciben una salud peor, al igual que los desempleados o aquellos con un nivel menor de educación o ingresos. En el 20% superior de la escala de ingresos, cerca del 86% de los adultos con un ingreso disponible en España calificó su salud como “buena” o “muy buena”, en comparación con cerca del 71% de los adultos con un ingreso disponible en el 20% inferior de la escala.
En el conjunto de países de la OCDE, cerca del 69% de la población adulta dice que su salud es “buena” o “muy buena”. En Estados Unidos, el 90% de los adultos señalan que gozan de buena salud, mientras que en Japón, Corea y Portugal menos del 50% de la población califica su salud como “buena” o “muy buena”. Según la OCDE, distintos factores culturales pueden afectar las respuestas a esta amplia pregunta sobre el estado de salud.
Por género, es más probable que los hombres indiquen tener buena salud que las mujeres; en promedio, en la OCDE el 72% de los hombres informan que su salud es “buena” o “muy buena” en comparación con el 67% de las mujeres. Esta brecha es mayor en Chile, Portugal y Turquía. En Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos, las tasas masculina y femenina son similares. La edad y la condición social también influyen en las respuestas. No sorprende que los ancianos digan que tienen peor salud, al igual que los desempleados o aquellos con un nivel menor de educación o ingresos. En el 20% superior de la escala de ingresos, cerca del 80% de los adultos con un ingreso disponible en los países de la OCDE calificó su salud como “buena” o “muy buena”, en comparación con cerca del 61% de los adultos con un ingreso disponible en el 20% inferior de la escala.
Morbilidad
Las enfermedades crónicas (no contagiosas), incluidos el cáncer, los padecimientos cardiovasculares, los trastornos respiratorios crónicos y la diabetes, son ahora las causas principales de discapacidad y muerte en los países de la OCDE, donde las enfermedades crónicas causan alrededor de tres cuartas partes de las muertes. Muchas de estas enfermedades pueden prevenirse, ya que se relacionan con estilos de vida que pueden ser modificados. Las personas que no fuman, consumen alcohol en cantidades moderadas, son físicamente activas, llevan una dieta equilibrada y no padecen sobrepeso u obesidad corren un riesgo mucho menor de muerte temprana que quienes tienen hábitos poco sanos.
Varios países de la OCDE han logrado importantes avances en la reducción del consumo de tabaco en las últimas décadas. Sin embargo, éste sigue siendo una de las principales causas de muerte prematura y un riesgo para la salud que puede evitarse. Gran parte del descenso en el consumo de tabaco puede atribuirse a campañas de concienciación del público, prohibiciones de anuncios publicitarios y aumento en los impuestos. En la actualidad, menos del 20% de los adultos de 15 países de la OCDE fuman diariamente, a diferencia de más del 30% en 1980. Sólo el 13% de los adultos de Suecia, y 14% de los adultos de Islandia fuman diariamente. El consumo de tabaco sigue siendo alto en ciertos países como Grecia, donde el 32% de los adultos continúan fumando a diario.
El sobrepeso y la obesidad constituyen otro factor de riesgo importante para muchas enfermedades crónicas. En 20 de los 34 países de la OCDE más de 50% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. La prevalencia de la obesidad, que supone más riesgos para la salud que el sobrepeso, varía de 4% en Japón y Corea a 32% o más en México y Estados Unidos. En varios países de la OCDE, la tasa de obesidad ha llegado a más del doble en los últimos 20 años con un promedio del 17.2%. Mediante el fomento de dietas más equilibradas y actividad física, los gobiernos de muchos países de la OCDE han implementado políticas para combatir la obesidad. A menudo estas iniciativas se dirigen a niños en edad escolar, con la modificación del entorno y los alimentos en la escuela; también se ha incluido orientación sobre salud y estilo de vida en los planes de estudios. Otras iniciativas consisten en motivar a los médicos a brindar asesoría adecuada a los pacientes que están en situación de riesgo, reforzar la colocación de etiquetas informativas en los alimentos y las regulaciones publicitarias, así como aplicar medidas fiscales para gravar los alimentos menos sanos y reducir los impuestos de los sanos.
Esperanza de vida
Mientras, la esperanza de vida al nacer en España es de 82 años, cifra mayor que el promedio de la OCDE de 80 años. La esperanza de vida para las mujeres es de 85 años y 79 en el caso de los hombres, una diferencia de género que coincide con el promedio de 6 años de la OCDE, de 83 años de vida para las mujeres y 77 años para los hombres. Junto a España, otros países como Italia, Japón y Suiza con un promedio de 83 años también sobresalen en esperanza de vida. En el otro extremo de la escala, la esperanza de vida más baja en países de la OCDE es de 74 años en México, en Brasil, de 73 y en la Federación Rusa es de 69 años.
Todo este conjunto de datos han sido extraidos del trabajo resultante de la Iniciativa puesta en marcha por la OCDE, bajo la denominación “El índice de la Vida Mejor”. El trabajo se centra en el desarrollo de una serie de estadísticas enfocadas a la captura de aspectos de la vida cotidiana de las personas y que conforman la base de su bienestar. Basándose en las recomendaciones de la Comisión sobre la Medición de la Económica, e rendimiento y el Progreso Social, la OCDE ha identificado 11 items, desde la salud y la educación, medio ambiente, participación ciudadana, vivienda, ingresos, empleo, satisfacción con la vida, la seguridad y el equilibrio entre vida y trabajo.
Para ampliar información sobre “El Índice de Vida Mejor”, de la OCDE pinchar aquí