Los países integrantes en el Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) consideran que “todas las personas deben tener garantizados, mediante financiación pública, los medicamentos precisos para atender sus necesidades de salud”, según se pone de manifiesto en la Declaración sobre “Política del Medicamento. Medicalización de la vida”, aprobada en el marco de su reciente VIII Encuentro
Madrid, 9 de junio 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
Los países integrantes en el Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) consideran que “todas las personas deben tener garantizados, mediante financiación pública, los medicamentos precisos para atender sus necesidades de salud”, según se pone de manifiesto en la Declaración sobre “Política del Medicamento. Medicalización de la vida”, aprobada en el marco del reciente VIII Encuentro FIEM celebrado en Santiago de Compostela, en el que participaron representantes de 15 países de ambos lados del Atlántico. Los miembros del FIEM alertaron, además, de que “la medicalización de la vida es uno de los problemas que actualmente contribuyen a la masificación de las consultas, provocando, a la vez, dificultades para proporcionar una atención de alta calidad y frustración en una buena parte de los profesionales”.
En la citada Declaración, el FIEM incluye, además, una serie de propuestas entre las que cabe destacar la creación de un Observatorio común del medicamento, así como la necesidad de insistir en la implantación de la trazabilidad y con ella el seguimiento singular de cada envase de medicamento que permita asegurar fabricante, procedencia, distribución, prescripción y dispensación de cada envase y evitar los casos de corrupción y fraude en el sector de la distribución y dispensación de medicamentos así como la venta de falsificaciones.
A la hora de aprobarse nuevos medicamentos el FIEM propone que se ha de garantizar que éstos representan alternativas eficaces y seguras, evitando la inclusión de nuevos fármacos que no hayan demostrado tales cualidades.
Asimismo, se considera necesario invertir en conocer y mejorar los determinantes de salud “pero nunca a expensas de retirar recursos al sistema asistencial cuya infrafinanciación es manifiesta”.
Los miembros del FIEM consideran que las Administraciones sanitarias deben controlar de forma absoluta la ingente información de los pacientes recogida en la historia clínica informatizada y bases de datos de prescripción y postdispensación, que deben cumplir estrictos controles de seguridad sin perder su eficacia e interoperabilidad.
Asimismo, se subraya la urgente necesidad de revisarse y reformarse el sistema de patentes y los derechos y límites que otorga en el sector sanitario para medicamentos y productos sanitarios así como los criterios para su financiación y establecimientos de precios
La sociedad, según el FIEM, debe estar alerta frente a los riesgos de adquisición de medicamentos sin prescripción cuyo uso y riesgo no tiene el mismo control ni con frecuencia utilidad terapéutica.
Respecto a la investigación, se considera que aquélla con fondos privados debe invertir un porcentaje del presupuesto de cada investigación para la financiación de investigación en proyectos públicos. Este pacto de colaboración debería ser inicial y prioritario en las negociación y/o acuerdos o convenios con todas las empresas Farmacéuticas.
Por otra parte, las asociaciones terapéuticas no deben superar en más de 10% el precio de la suma de sus principios activos.
En la Declaración del VIII FIEM se indica, además, que siempre que se introduce un medicamento genérico, el precio del medicamento original debe ser administrativamente reducido por el precio máximo aceptable para su correspondiente genérico.
Asimismo, se abogó por un cambio de mentalidad en los médicos en cuanto a su relación con la industria farmacéutica, a lo que pueden contribuir las corporaciones médicas desde el punto de vista formativo.
Todos estos mensajes forman parte de los trabajos expuestos en la mesa de trabajo sobre “Política de medicamentos: medicalización de la vida”, incluida en el programa de este VIII FIEM, que fue moderada por el presidente de la OMC, el Dr. Juan José Rodríguez Sendín, quien subrayó en su intervención que “el medicamento es un elemento clave para el futuro y diseño de los sistemas nacionales de salud”.
Según indicó, en estos momentos preocupa el debate suscitado sobre esta materia, centrado, sobre todo, en si “los precios de los fármacos se establecen en función del coste que pueda afrontar el que los demande, o por el contrario, en función de la capacidad social que se pueda tener para responder con los beneficios oportunos al coste de dichos medicamentos”. Es por ello que el Dr. Rodríguez Sendín dio la voz de alarma para que los médicos tengan en cuenta la importancia que adquiere esta situación porque, como advirtió, “se corre el riesgo de ponerse fin a los sistemas de salud actuales”, aunque lo peor, a su juicio, “es lo que puede suceder con los países menos desarrollados”.
Acto seguido, el Dr. Rodríguez Sendín informó a los miembros del FIEM del documento elaborado por la OMC hace unos meses sobre “Medicamentos: visión social y clínica” (www.medicosypacientes.com), al tiempo que propuso la creación en el marco FIEM de un Observatorio permanente enfocado a la política del medicamento, propuesta aprobada por unanimidad con el objetivo de que el tema de los fármacos sea un motivo de reflexión permanente de este Foro Iberoamericano.
Antes de dar la palabra a los ponentes recordó que se registran anualmente entre 3.500 y 4.000 muertes provocadas directa o indirectamente por mal uso de los medicamentos, constituyendo una de las primeras causas evitables de mortalidad en países desarrollados, sin pasar por alto de que un 18 por ciento de urgencias hospitalarias relacionadas con el uso inadecuado de los fármacos.
Como ponentes en esta mesa dedicada a la política del medicamento se contó con la participación de: Dr. Pedro Hidalgo, presidente del Colegio de Médicos de Badajoz; Dr. Florentino Cardoso, presidente de la Asociación Médica de Brasil; Dr. José Manuel Silva, presidente de la Orden de Médicos de Portugal: Dr. Jorge Coronel, secretario Gremial de la Confederación Médica de la República Argentina; Dr. Nicolino DAutilia, coordinador internacional de la Federación Nacional de Médicos Cirujanos y Odontólogos de Italia.
El presidente del ICOMBA y coordinador del Observatorio de la Prescripción de la OMC, Dr. Pedro Hidalgo, se centró en varios aspectos de los fármacos, e hizo hincapié en el concepto de prescripción para quien es sinónimo de garantía y seguridad del paciente. Así, desde su punto de vista, “no hay medicamento más caro que aquel que no se utiliza o se administra de manera inadecuada”.
“Prescribir no es escribir sino recetar, ordenar, y también supone un compromiso”, según destacó el Dr. Hidalgo, quien habló, asimismo, de las presiones a las que se encuentra expuesto el profesional, al realizar dicho acto médico, por parte de los pacientes, la Administración, de la industria farmacéutica, de las normativas correspondientes, etc.
El Dr. Hidalgo hizo alusión en otro momento de su intervención a la libertad de prescripción contemplada en el Código de Deontología Médica, que en su artículo 23.1 indica que “el médico debe disponer de libertad de prescripción, respetando la evidencia científica y las indicaciones autorizadas, que le permita actuar con independencia y garantía de calidad”, y en su artículo 23.6 “La prescripción es el corolario del acto médico, por lo que el médico se responsabilizará de la receta. Si la receta fuera modificada en alguno de sus contenidos de tal forma que afectara al tratamiento, cesará la responsabilidad deontológica del médico”.
En lo relativo a incentivos también se basó en lo que el Código Deontológico establece en sus artículos (23.3, 4 y 5) a través de los cuales señala que “los incentivos ligados a la prescripción tendentes a aliviar el gasto sanitario deberán tener presente la mejoría de la eficiencia salvaguardando la calidad asistencial y la libertad de prescripción”; “los médicos con responsabilidades en la dirección y gestión de recursos actuarán siempre guiados por el bien colectivo y la equidad. Tienen un deber deontológico de honradez y ejemplaridad”; y “el médico no puede aceptar una remuneración fundada en normas de productividad, de rendimiento horario o cualquier otra disposición que atente objetivamente contra la calidad de su asistencia”.
Asimismo, aludió a la influencia de la industria farmacéutica sobre el médico, sobre todo en lo referente a la formación médica continuada, cuando, como subrayó, “la Administración es la que tendría que estar ayudando a los médicos a una prescripción de calidad”.
En definitiva, para el Dr. Hidalgo, la prescripción se sintetiza en “formación, libertad, y eficiencia, el corolario del acto médico”. Una prescripción de garantía, además, aporta seguridad al paciente.
Dr. Florentino Cardoso, presidente de la Asociación Médica de Brasil, incidió en que los eventos adversos y errores en el uso de medicamentos causan pérdidas económicas de muchos millones y constituyen la quinta causa de mortalidad, con más de 100.000 fallecimientos
“Lo nuevo no es siempre lo mejor ni más no significa mejor; evaluación de todas las pruebas, hay investigaciones buenas, otras inútiles y otras son una ruina”, según indicó.
Sobre el uso racional del medicamento propuso elaborar directrices y protocolos clínicos basados en la evidencia científica de alta calidad para la toma de decisiones clínicas y la atención al paciente. Además de capacitar a los profesionales con ayuda de la difusión y del uso adecuado de directrices y protocolos clínicos.
Finalmente, el representante brasileño se mostró partidario de “un control estricto sobre los medicamentos con receta, incluyendo el uso de la receta electrónica y la firma digital”.
Medicalización de la vida
La progresiva medicalización de la vida es un problema de origen complejo en el que intervienen muy diversos factores de índole social, cultural, económico, sanitario, medios de comunicación, profesionales y la industria farmacéutica, como expuso, en esta ocasión, el secretario gremial de la Confederación Médica de la República Argentina, Dr. Jorge Coronel, quien es de la opinión de que “conocer y analizar estos factores facilita la toma de decisiones encaminadas a solucionar dicha situación”.
Lamentó que enfermedades como la malaria, la tuberculosis, el dengue y la enfermedad de Chagas se encuentran entre las principales causas de mortalidad en el mundo, pero no atrajeron el interés de la industria farmacéutica. “De los 850 nuevos medicamentos y vacunas aprobadas entre 2000 y 2011, sólo el 4 por ciento se destina a las llamadas enfermedades olvidadas que afectan a los residentes de los países más pobres”, según los datos que aportó.
El representante argentino incidió en que los profesionales sanitarios ven de forma directa en su práctica clínica diaria las consecuencias de la medicalización pero, a su vez, “tienen un importante papel en la aparición de dicho fenómeno”, influidos por: tendencia a la innovación terapéutica; sobreutilización de las nuevas tecnologías; dificultad en el empleo del rigor científico; pérdida de la visión multifactorial de la enfermedad; y parcelación de la atención (superespecialización), entre otros factores.
El Dr. Coronel lanzó una serie de propuestas en este terreno, entre las que cabe destacar la solicitud de políticas de estado para que las autoridades de salud y en los niveles políticos propongan una renovación de la forma en que se definen las enfermedades hoy.
Asimismo, propuso promover entre las organizaciones médicas, grupos activos que trabajen para un uso más racional de los medicamentos. “Se necesitan proyectos asociados de nuestras entidades y de investigación académica de estos problemas”.
También considera necesario, “mantener alejados a los laboratorios farmacéuticos de cómo se realizan las prácticas clínicas en los hospitales, y fomentar el uso, principalmente, de la medicina basada en la evidencia”.
El presidente de la Ordem dos Médicos de Portugal, el Dr. José Manuel Silva, coincidió con otros de los ponentes en destacar los riesgos de la medicalización de la vida a la que calificó “como un producto cultural sustentado en intereses muy variados, “se inventan enfermedades para que la gente consuma medicamentos”, según indicó durante su intervención.
No obstante, pese a que no disponen de datos propios, según las estadísticas de la OCDE, en las que se sustentó “los portugueses van al médico menos que el promedio de la población de los países pertenecientes a esta organización”.
Instó a “democratizar el capitalismo del siglo XXI si queremos sostener nuestros SNS y atender bien a nuestros pacientes”.
Respecto a lo concerniente a la seguridad de los medicamentos, el Dr. Silva explicó que en Portugal se cuenta con INFARMED que es el Instituto oficial del Ministerio de Salud que garantiza el control de calidad de los medicamentos. Sin embargo, desde su punto de vista, existe un serio problema con los medicamentos vendidos ilegalmente a través de Internet, debido a que muchos son falsos
Dr. Nicolino D,Autilia, coordinador internacional de la Federación Nacional de Médicos Cirujanos y Odontólogos de Italia, considera que los procesos de medicalización son el resultado por una parte, el aumento progresivo de la tecnología y, por otra parte, de los evidentes intereses económicos. De hecho, “la tecnología ha cambiado profundamente el enfoque diagnóstico y terapéutico del paciente y todas las innovaciones tecnológicas son el resultado de las investigaciones a un alto costo, que luego requieran resultados financieros”, según su criterio.
Por otra parte, y desde su punto de vista, “es necesario crear los caminos apropiados para la prescripción a través de instrumentos para la información y la sensibilización de la población sobre el uso adecuado de los recursos disponibles, creándolos junto a los hospitales y con las autoridades de salud. Según avanza, en Italia, se han puesto en marcha varias iniciativas de este tipo, aunque, hasta ahora, su distribución es muy desigual”.
En cuanto al acceso a innovaciones terapéuticas, el problema principal que se da en Italia, apuntó, “radica en la realización de un registro para la individualización del tratamiento para pacientes “en riesgo” con el fin de poder acceder a los servicios de más alto costo, lo cual genera largas listas de espera.
Finalmente, señaló la importancia del acto de la prescripción y su correspondiente responsabilidad profesional.