Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Inmunización (del 24 al 30 de abril) bajo el lema “protegidos colectivamente: ¡las vacunas funcionan!”, el Colegio de Médicos de Navarra lanza la cuarta píldora para la Salud #píldorasparalasalud sobre vacunas en el adulto, en colaboración con la Sociedad Navarra de Médicos Generales y de Familia (SEMG Navarra)
Las vacunas siempre se han relacionado con la población infantil. Sin embargo, tal y como explica en la entrevista el Dr. Manuel Mozota, presidente de la SEMG Navarra (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia), los adultos también se deben vacunar para prevenir enfermedades. Recomienda la vacunación sistémica de todos los adultos mayores de 60 años con la vacuna antigripal, antineumocócica, antidiftérica, antitetánica y antitosferina.
La más conocida, la vacuna de la gripe, está indicada sobre todo para pacientes que tienen factores de riesgo, “y la vacuna no solo es para prevenir la enfermedad sino también las complicaciones que conlleva este virus. Estamos hablando de pacientes inmunodeprimidos y de pacientes de edad avanzada”, explica el Dr. Mozota.
Sobre la vacuna contra el neumococo. El Dr. Mozota explica que, en la actualidad, hay dos vacunas, la polisacárida (que es gratuita porque está financiada por el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea) y la conjugada 13-valente (que se administra a niños). “Nosotros aconsejamos para personas sanas la conjugada 13-valente y, cuando existen factores de riesgo, añadir la polisacárida”.
El Dr. Mozota habla también sobre la seguridad de las vacunas. “Es absoluta, otra cosa son los efectos secundarios que pueden producir, sobre todo a nivel local, como por ejemplo inflamación de la zona, fiebre, etc. Estos efectos secundarios son mínimos y duran muy poco”.
Entre la población, es muy frecuente escuchar frases como “me puse la vacuna contra la gripe y seguido me cogí un catarro o una gripe”. Según el Dr. Mozota, estas afirmaciones son totalmente falsas, “la vacuna de la gripe contiene virus inactivados, muertos, por ello nunca pueden producir una gripe”.
Los beneficios de las vacunas, tanto en niños como en adultos, son mucho más elevados que los riesgos que pueden conllevar, que se refieren a los efectos secundarios y que son mínimos.