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El abuso de la exposición solar y el empleo de mecanismos artificiales de bronceado disparan los tumores cutáneos

Sociedades Científicas de Atención Primaria ofrecen una serie de recomendaciones para salvaguardar a la población de este tipo de cáncer

Madrid, 7 de julio 2008 (Redacción)

Con la llegada del verano, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) han querido recordar a la población la claramente demostrada relación entre tipos de cáncer de piel y exposición a las radiaciones solares.

En concreto, uno de estos tipos de cáncer más frecuentes es el melanoma, que ocupa el 17º lugar en frecuencia respecto a todos los cánceres en los varones europeos y el 8º en las mujeres. España, junto con Portugal y otros países ribereños del mediterráneo, como Italia y Grecia, es comparativamente uno de los países de Europa con menor incidencia de melanoma, con una tasa ajustada por cada 100.000 habitantes, en 1998, de 5,85 para varones y 7,50 para mujeres, en comparación por ejemplo con Suecia, donde fue de 16,08 y 15,00 respectivamente. ?Sin embargo, hay datos que muestran que la incidencia, al igual que en otras zonas del mundo con predominio de población de raza blanca, está aumentando en nuestro país y además también la mortalidad atribuible a esta causa?, señala uno de los expertos de la AEPap, el doctor Manuel Merino.

Precisamente, los cambios de hábitos relacionados con una mayor exposición solar y con el empleo de mecanismos artificiales de bronceado, están provocando, a nivel mundial, un aumento mayor en la incidencia de los tumores cutáneos y en especial de melanomas en las personas de raza blanca. ?Esta situación, que también afecta a España, ha llevado al establecimiento de recomendaciones de fotoprotección y a la puesta en marcha de campañas educativas de diversos tipos para modificar la conducta de la población respecto a la exposición al sol?, según ha explicado Manuel Merino.

Aun teniendo en cuenta la situación relativamente favorable de España respecto a otros países en relación a la incidencia de melanomas y otros tumores cutáneos en nuestra población, el Grupo PREVINFAD / PAPPS, grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), recomienda evitar la exposición excesiva al sol, sin que suponga la disminución del tiempo de estancia en espacios al aire libre, y recomendar el empleo de cremas solares, especialmente a los padres con hijos menores de 3 años de edad y a los adolescentes.

En este sentido, las medidas generales de prevención serían:

1º-Evitar la exposición excesiva al sol: evitar la exposición en las horas centrales del día; y buscar sitios con sombra.

2º-Utilizar ropa que cubra la piel (camiseta con mangas y pantalones de tipo bermudas), sombrero con ala y gafas con filtro UV-A y UV-B.

3º-Empleo de cremas protectoras con factor de protección 15 ó superior, pero no como única medida de fotoprotección. Las cremas solares deben ser resistentes al agua y cubrir el espectro UV-A y UV-B. Han de aplicarse antes de la exposición al sol y cada dos o cuatro horas, según la hora del día, intensidad del sol, tipo de piel, número de baños de agua y teniendo en cuenta la presencia de superficies reflectantes, como agua, arena o nieve. En los menores de 6 meses de edad, si es inevitable la exposición solar, también debe utilizarse crema protectora sobre la piel cubierta.

4º-Se tendrá especialmente en cuenta el tipo de piel y otros condicionantes de fotosensibilidad a la hora de especificar la clase y la intensidad de las medidas de fotoprotección.

Radiaciones ultravioleta

Está claramente demostrado que la luz solar, la radiación ultravioleta de amplio espectro (incluye UV-A, UV-B y UV-C), y las lámparas y camas solares son agentes carcinógenos para los humanos. En el caso de los UV-B, son los más dañinos para los seres vivos de nuestro planeta y se los considera la principal causa del cáncer de piel. Por otro lado, los UV-A son los que llegan en mayor cantidad a la superficie del planeta (95%).

El papel cancerígeno de la radiación ultravioleta es muy evidente, de forma que hay una relación estrecha entre la mutación del gen supresor de tumores p53 y las radiaciones UV, haciendo que su presencia se considere como la ?firma? de su actividad cancerígena. Más del 90% de los carcinomas de células escamosas contienen mutaciones de este gen, y asimismo estas mutaciones se encuentran en el 74% de las muestras de piel humana normal expuesta al sol y tan solo en el 5% de las de la piel no expuesta.

Asimismo, el doctor Manuel Merino se ha referido a la relación entre el envejecimiento de la piel, diferentes enfermedades oculares y especialmente las cataratas, y las radiaciones solares.

Tipos de cáncer de piel

Los tumores de la piel se suelen dividir en dos tipos: los melanomas y los llamados tumores no melanomatosos, constituidos por los carcinomas espinocelulares y los basocelulares. El segundo tipo es diez veces más frecuente que los melanomas y de relativamente baja malignidad, pero si no son detectados en estadios iniciales pueden dan lugar, tras el tratamiento, a cicatrices y deformaciones de gran repercusión estética y psicológica. El melanoma, por el contrario, es de los cánceres con mayor mortalidad relativa debido a su elevada propensión a metastatizar precozmente y además afecta a población relativamente joven, lo que le convierte en uno de los tumores malignos más importantes en cuanto a número de años potenciales de vida perdidos por cada muerte.

Factores de riesgo

Existen una serie de factores de riesgo endógenos y exógenos que influyen en la población, haciéndola más propensa a padecer cáncer de piel.

En cuanto a los primeros, están incluidos el tipo de piel, las personas de piel clara, con pecas, de pelo rubio o pelirrojo están genéticamente predispuestas a padecer tumores cutáneos por su menor capacidad para desarrollar el protector bronceado cutáneo; la predisposición familiar en los melanomas; y los estados patológicos que provocan inmunosupresión, tanto de causa congénita como adquirida, facilitan la aparición de neoplasias de la piel.

Con respecto a los segundos, están las radiaciones solares, especialmente resulta dañina en los primeros años de la vida y las quemaduras solares en la infancia; las radiaciones ultravioletas de fuentes artificiales; y otros cancerígenos, como determinadas sustancias químicas (alquitrán) y otras contenidas en productos cosméticos.

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