Los pediatras reconocen que ésta enfermedad afecta en gran medida la calidad de vida de los niños y adolescentes, sobre todo en el sueño, e incluso en el rendimiento escolar
Madrid, 21 de abril 2009 (medicosypacientes.com)
La rinitis alérgica es una de las enfermedades alérgicas más comunes en la infancia y adolescencia. Según un importante estudio epidemiológico realizado simultáneamente en 56 países y en el que participaron 10 ciudades españolas (International Study of Asthma and Allergy in Chilchood), en nuestro entorno, el 8,5% de los niños de 6 a 7 años y el 16% de los de 13 a 14 tienen rinitis alérgica y la prevalencia está aumentando en los países desarrollados. Además, se reconoce que interfiere en gran medida en la calidad de vida de los niños y adolescentes, sobre todo en el sueño, e incluso en el rendimiento escolar.
Según la Dra. Maite Callén Blecua, pediatra de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), el problema es que ?no es una enfermedad grave, ya que no es mortal ni necesita hospitalización, motivo por el cual hasta hace unos años no se le ha dado gran importancia y ha sido infradiagnosticada y poco tratada?.
Guía ARIA
En los últimos años, se han presentado importantes documentos de consenso y guías de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la rinitis alérgica, como por ejemplo la Guía ARIA (Allergic Rhinitis and its Impact in Asthma), publicada bajo el auspicio de la Organización Mundial de la Salud en el 2001 y actualizada en el 2008.
La rinitis alérgica se asocia a otras enfermedades alérgicas como la dermatitis atópica y el asma. Hasta el 30-50% de los asmáticos tienen rinitis alérgica y el 20-40% de los riníticos tienen asma. Por este motivo, la Guía ARIA habla de ?una misma vía aérea, una enfermedad? e insiste en que siempre hay que pensar en la posibilidad de que una persona con rinitis alérgica puede tener asma y estudiarlo en este sentido.
Por todo ello, tanto la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) como la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) recomiendan que ?todo niño o adolescente con rinitis alérgica, aunque esté asintomático, debe consultar con el médico en caso de tos frecuente, sobretodo por las noches o con el ejercicio, y por supuesto si se acompaña de episodios de fatiga con ?pitos? o dolor en el pecho?.
Origen de la enfermedad y síntomas
La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa nasal que se produce cuando una persona previamente sensibilizada a un aeroalergeno (partícula transportada por el aire) entra en contacto con el mismo. Los alérgenos son el polen de las plantas (las gramíneas, la parietaria y el olivo son los más frecuentes), los ácaros del polvo doméstico, el pelo de animales como el perro y el gato, y las esporas de los hongos.
?Los pólenes son los responsables del aumento de síntomas de rinitis en primavera y verano, mientras que los ácaros del polvo, más frecuentes en zonas de la costa, pueden provocar síntomas todo el año?, comenta la pediatra de AP.
Los síntomas son fáciles de reconocer por parte de los padres: estornudos, secreción nasal acuosa, picor en la nariz y en el paladar, y nariz tapada (congestión nasal), frecuentemente acompañados de picor y lagrimeo en los ojos. En ocasiones, el síntoma predominante es la obstrucción nasal y hay que diferenciarlo de otros problemas como la sinusitis o la hipertrofia de adenoides.
Para el diagnóstico, ?es muy importante la historia clínica y la relación de los síntomas con la exposición al alergeno, es decir, si aparecen durante las salidas al campo en primavera o al entrar en una casa o habitación cerrada durante largo tiempo o al tener contacto con gatos o perros; hacen sospechar una alergia a pólenes en el primer caso, a los ácaros en el segundo y a animales domésticos?, explica la Dra. Callén.
La SEPEAP y la AEPap recomiendan que en caso de duda, ?el médico debe llevar a cabo pruebas alérgicas para revelar las sustancias específicas que desencadenan los síntomas. Las pruebas cutáneas son el método más común?.
¿Cómo evitar y prevenir la rinitis alérgica?
Las alergias no se curan, pero con un tratamiento adecuado se pueden controlar sus síntomas. En este sentido, la AEPap y la SEPEAp hacen las siguientes recomendaciones:
- Los alérgicos al polen deben evitar estar demasiado tiempo al aire libre en las épocas de polinización y pasear por el campo, sobre todo al atardecer, porque es cuando más polen hay en suspensión.
- Es conveniente ventilar la casa a primera hora de la mañana, usar aparatos de aire acondicionado que dispongan de filtros antipolen y viajar con las ventanillas cerradas.
- Tener en cuenta que los días soleados y con viento son peores que los fríos, húmedos y lluviosos, en los que la mayor parte del polen cae al suelo arrastrado por el agua.
- Evitar la presencia de animales en las casas si se está sensibilizado a ellos. Si no es posible, mantenerlos muy limpios e impedir el acceso de estos a los dormitorios.
Para los alérgicos a los ácaros del polvo:
- Evitar alfombras, moquetas y peluches en las habitaciones.
- Utilizar fundas impermeables para colchones y almohadas.
- No utilizar escobas ni plumeros para la limpieza, pasar una mopa húmeda y pasar la aspiradora a menudo por las zonas más susceptibles de polvo.
Además, existen muchos fármacos disponibles de eficacia probada disponibles para tratar la rinitis, que se recetan según la edad y el tipo y gravedad de los síntomas. En los casos graves no controlados con la evitación del alérgeno y con los fármacos está indicada la inmunoterapia.
Complicaciones de la rinitis alérgica
La sinusitis es la complicación más frecuente de la rinitis alérgica. En los niños con rinitis persistente, se pueden producir cambios en la estructura ósea del paladar y malas oclusiones dentales.
Además, se ha observado un aumento del síndrome de apneas obstructivas durante el sueño en niños, y es muy frecuente la asociación con conjuntivitis alérgica y con el asma. Por ello, ?todos los niños con rinitis alérgica deben de ser evaluados respecto a la presencia de asma?, finaliza la Dra. Callén.