Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el 8% de la población consume antibióticos sin prescripción médica y, además, 2 de cada 3 españoles piensan erróneamente que estos fármacos son activos frente a la gripe. Para hacer frente a estos datos, el Ministerio de Sanidad cuenta con un Plan estratégico y de acción con el fin de reducir el riesgo de resistencias a estos fármacos
Madrid, 19 de noviembre 2015 (medicosypacientes.com)
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el 8% de la población consume antibióticos sin prescripción médica y, además, 2 de cada 3 españoles piensan erróneamente que estos fármacos son activos frente a la gripe. Datos como éstos colocan a España como el 5º país de la UE con mayor consumo, según se indica desde el Ministerio de Sanidad.
Por orta parte, y según datos del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea de Medicamentos, cada año mueren en Europa 25.000 personas como consecuencia directa de infecciones por bacterias multirresistentes a los antibióticos, que además generan un impacto económico de 1.500 millones de euros. Si no se frena la tendencia creciente de este problema, en 35 años la cifra de muertes por esta causa podría alcanzar las 390.000 al año en Europa, unas 40.000 en España.
En respuesta a esta amenaza, nuestro país es uno de los doce de la Unión Europea que tiene un Plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencias a los antibióticos 2014-2018, también conocido como Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN).
Esta es una de las actuaciones llevadas a cabo por el Gobierno para racionalizar el uso de antibióticos en el país, según el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, con motivo del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos.
Alonso subrayó en este acto la importancia de frenar la tendencia creciente de resistencias a antibióticos. La propagación de infecciones causadas por bacterias que son resistentes al tratamiento de antibióticos es una amenaza para la salud pública a nivel mundial pues, si se extendiera, impediría que se aplicaran avances como la cirugía compleja, los trasplantes de órganos o la administración de quimioterapia.
Dicho plan se estructura en seis líneas estratégicas: la vigilancia, el control, la prevención, la investigación, la formación y la comunicación. Las 24 medidas y 84 acciones del plan han sido diseñadas desde una perspectiva integral para posibilitar un abordaje global del problema en el contexto de una “Única Salud” en el que confluyen la salud humana y la salud animal.
En lo referente a la vigilancia y control del consumo de antibióticos, se han llevado a cabo distintas iniciativas. Para facilitar el control, se han consensuado unos indicadores cuantitativos y cualitativos comunes para la recogida de datos de consumo de antibióticos en atención primaria. En salud animal, se ha consensuado una estrategia para el desarrollo e implantación de la receta electrónica veterinaria a nivel nacional.
En cuanto a la estrategia de prevención, la mayoría de las acciones están dirigidas a los profesionales sanitarios. La mitad de los pacientes hospitalizados recibe antibióticos y el 8% de los ingresados tendrán una infección relacionada con la asistencia sanitaria.
Para disminuir estas cifras, se han elaborado recomendaciones de prescripción excepcional en salud animal y un listado de pruebas de diagnóstico rápido disponibles como herramienta de ayuda a la prescripción tanto en salud humana como animal. Por otro lado, se ha definido la estructura de equipos de optimización de uso de antibióticos en los hospitales y atención primaria.
Además, se está trabajando conjuntamente con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para desarrollar programas de formación para los profesionales sanitarios.
En relación a la investigación, se han identificado todos los planes en marcha relacionados con la aparición y diseminación de resistencias a los antimicrobianos, para integrarlos en la estructura y objetivos del PRAN. Y es que, de los 15 nuevos antibióticos en fase de experimentación clínica, sólo 4 son activos frente a determinadas bacterias multirresistentes, aunque ninguno representa un nuevo mecanismo de acción.
Frenar la tendencia creciente de resistencias a antibióticos es un objetivo que el Gobierno de España comparte con la Unión Europea. El Plan Nacional, que fue aprobado en 2014 por el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de la Salud y por la Conferencia Intersectorial de Agricultura, da cumplimiento a la Comunicación de la Comisión Europea del 17 de noviembre de 2011, por la que se solicita a los Estados miembros un plan de acción sobre resistencias antimicrobianas.
También da respuesta a las conclusiones del Consejo de la UE del 29 de mayo de 2012 sobre el impacto de las resistencias antimicrobianas y sobre cómo se debe abordar conjuntamente desde la salud humana y veterinaria.
La estrategia cuenta, además, con la representación y las aportaciones de los ministerios de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; Economía y Competitividad; Defensa; Educación, Cultura y Deporte, y del Interior, así como de las Comunidades Autónomas, las sociedades científicas, organizaciones colegiales y universidades.