Según el grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) más de tres cuartas partes de los productos que se promocionan en los medios de comunicación como «beneficiosos para la salud» son «engañosos» y no cumplen las normativas de exigencia determinadas por la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés)
Madrid, 23 de diciembre de 2009 (medicosypacientes.com)
Más de tres cuartas partes de los productos que se promocionan en los medios de comunicación como «beneficiosos para la salud» son «engañosos» y no cumplen las normativas de exigencia determinadas por la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), según afirmó el jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y ex-vicepresidente de la EFSA, Andreu Palou.
Existe una «anarquía total» en este campo, en el que cada Estado de la Unión Europea ha hecho «lo que mejor ha creído» para garantizar las propiedades saludables de determinados productos, «un tira y afloja entra anunciantes y administraciones sobre si, por ejemplo, un producto reduce el colesterol, lo mantiene o lo aumenta», comentó Palou.
En este sentido, el jefe de grupo del CIBERobn dirige el proyecto ‘Bioclaims’, que tiene como objetivo «buscar biomarcadores que sirvan de baremo para garantizar las propiedades saludables de cada alimento», explicó a Europa Press este experto.
«Para hacer un buen estudio es necesario tener un buen biomarcador, como por ejemplo el colesterol, que es un indicador de riesgo para la enfermedad cardiovascular», señaló. «Pero para funciones como el efecto antioxidante, el antiinflamatorio, o la reducción del estrés metabólico, no hay buenos biomarcadores, y sin ellos no se pueden hacer estudios fiables porque no se sabe exactamente lo que hay que medir», argumentó Palou.
«Aquí entra en juego el proyecto ‘Bioclaims’, que se encargará de buscar parámetros adecuados que garanticen este tipo de efectos, y permitirá la expansión de posibles declaraciones de salud en un mayor número de alimentos», apuntó. Un elemento «de vital importancia, porque se ha demostrado que más del 30 por ciento de las enfermedades están relacionadas directamente con el tipo de alimentación del paciente», según este experto.
Registro de productos alimenticios con propiedades para la salud
En esta misma línea, el trabajo del equipo del profesor Palou se combinará con la nueva legislación europea sobre el tema, que creará un registro de productos alimenticios con propiedades para la salud «aprobadas o rechazadas», con el objetivo de «ofrecer una mayor seguridad y confianza al consumidor a la hora de decidirse por un producto según sus efectos beneficiosos para la salud», explicó este especialista.
Esta legislación se implementará en España a lo largo de 2010, por lo que «muchos anuncios engañosos o ambiguos relacionados con la salud, saldrán de circulación», aseguró el profesor Palou. «Por ejemplo, hay muchos alimentos que es verdad que tienen un efecto positivo sobre algún biomarcador, pero para llegar a ese efecto había que comer cinco kilos de galletas», añadió.
Este hecho no se dará una vez entre en vigor la nueva legislación, ya que las empresas anunciantes «tendrán que ser mucho más precisas a la hora de promocionar sus productos», dijo Palou. De hecho, «para obtener la aprobación europea deberán acreditar científicamente el efecto sobre la salud y la dosis con el que se obtiene», aseveró.
En este sentido, el director del proyecto ‘Bioclaim’ señaló que la industria se ha mostrado «muy receptiva» a este tipo de controles, porque «superarlos supondrá incrementar el valor de sus productos». Además, con estas nuevas exigencias, «se fomentará la investigación, hasta ahora poco presente en este sector, y se intentarán buscar respuestas a las interacciones entre la salud y la alimentación», concluyó.