Desde el punto de vista del tratamiento de las enfermedades alérgicas producidas por alérgenos de origen animal, la mejor solución es evitar totalmente el contacto y la convivencia con el animal en cuestión. Sin embargo, esta solución a menudo no es la más acertada porque se pueden crear «problemas de tipo sentimental»
Madrid, 19 de febrero 2009 (medicosypacientes.com)
El 60 por ciento de los pacientes alérgicos a sus mascotas no se desprenden de ellas, ni siquiera después de que los especialistas se lo recomienden para evitar los síntomas y mejorar su estado de salud, según informó hoy el presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), el doctor Tomás Chivato.
Desde el punto de vista del tratamiento de las enfermedades alérgicas producidas por alérgenos de origen animal, la mejor solución es evitar totalmente el contacto y la convivencia con el animal en cuestión. Sin embargo, esta solución a menudo no es la más acertada porque se pueden crear «problemas de tipo sentimental» que desemboquen en situaciones «conflictivas y dolorosas», comentó este experto.
En los casos en los que no puedan utilizarse medidas que eviten la exposición y contacto con el alérgeno es aconsejable adoptar medidas parciales de desalergenización, tales como evitar que el animal penetre en la habitación del paciente, eliminar los objetos donde pueden acumularse epitelios (alfombras y sofás), limpiar con aspiradores provistos de filtros, lavar al animal semanalmente; y el consiguiente tratamiento médico, principalmente la inmunoterapia antígeno-específica junto con otros tratamientos sintomáticos que permitan una buena calidad de vida al paciente hasta que no hagan efecto las medidas de evitación o la disminución de la respuesta alérgica mediante la inmunoterapia.
Alergia de los reptiles
Las alergias a animales más frecuentes son a los gatos y perros, pero también se produce por el contacto con hámsteres, ratones, cobayas, pájaros, caballos y aves de corral. La moda de las mascotas exóticas está teniendo «consecuencias inesperadas». En este sentido, el contacto con especies a las que no estamos habituados puede provocar la aparición de nuevas alergias.
En España, los médicos están diagnosticando alergias provocadas por serpientes, iguanas, ardillas y hurones. «La mayoría de la gente asocia las alergias con animales de pelo y no con reptiles», explicó el doctor Chivato. «Sin embargo, ya se han publicado estudios que demuestran, por ejemplo, alergia y asma causados por una iguana», apuntó.
La causa real de la alergia a los animales son las proteínas que se desprenden al ambiente a través de las escamas de la piel, la saliva o la orina de estos animales, y se depositan en las superficies con las que contactan. Cuando la sustancia transportadora se seca, las proteínas causantes quedan flotando en el ambiente.
En este sentido, la alergia a los animales puede tardar en desarrollarse varios años, y pueden producirse síntomas hasta seis meses o más después de dejar de tener contacto con el animal. Las alfombras y los muebles pueden retener cantidades relevantes de alérgeno hasta seis meses después de contacto con el animal, por lo que estos alérgenos pueden permanecer en el ambiente varios meses después de que el animal haya salido de la casa.