La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avisado de que, al menos, el 10 % de las personas mayores sufre algún tipo de maltrato, ya sea físico, sexual, psicológico o económico, lo que califica de un "importante" problema de salud pública
En concreto, se estima que entre el 0,2 % y el 4,9 % de los ancianos sufre abusos físicos; entre el 0,04 % y el 0,82 % abusos sexuales; entre el 0,7 % y el 6,3 % maltrato psicológicos; entre el uno y el 9,2 % padecen abusos económicos; y entre el 0,2 % y el 5,5 % algún tipo de negligencia.
Este tipo de situaciones se suelen producir en entornos institucionales de los países en desarrollo donde, según ha informado la OMS, a los mayores se les deja con la ropa sucia, no reciben la medicación necesaria o no se les proporciona “intencionadamente” los cuidados que necesitan ya que, por ejemplo, en algunos lugares los ancianos sufren úlceras por presión.
Pero también hay casos de lesiones físicas, las cuales van desde rasguños y contusiones leves a rotura de huesos y lesiones en la cabeza que provocan discapacidad, secuelas psicológicas, depresión y ansiedad. “Para las personas mayores las consecuencias del abuso pueden ser especialmente graves porque sus huesos son más frágiles y tardan más en recuperarse. Incluso las heridas relativamente leves pueden causarles daños graves, permanentes o, incluso, la muerte”, ha argumentado el organismo.
De hecho, un estudio de seguimiento a 13 años mostró que los ancianos víctimas de maltrato tienen hasta dos veces más probabilidades de morir que aquellos que no lo padecen. Una situación que se prevé que aumente debido al progresivo envejecimiento de la población a nivel mundial, puesto que se cree que para el año 2050 se duplicará la población mayor de 60 años.
Factores de riesgo
Ahora bien, existen una serie de factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir un abuso y que van desde el propio anciano, hasta las relaciones sociales que mantiene, pasando por los factores socioculturales que le rodean.
Concretamente, la mala salud física y mental, el alcohol y el abuso de sustancias por parte del anciano es un factor de riesgo para sufrir un maltrato, al igual que ser hombre o mujer. “Mientras que los varones tienen el mismo riesgo de sufrir un abuso, en algunas culturas donde las mujeres tienen un estatus social inferior, ellas están en mayor riesgo de abandono, lesiones y abuso financiero cuando se quedan viudas”, ha apostillado la OMS.
Asimismo, vivir con otras personas, ya sean cónyuges o hijos mayores, aumenta el riesgo de abuso, al igual que el aislamiento social de los cuidadores y del propio anciano. Del mismo modo, el hecho de que socialmente se represente a los mayores como personas frágiles, débiles y dependiente, que haya disputas familiares por la herencia, las malas relaciones entre la familia, el abandono de los hijos a sus padres y la falta de dinero para poder pagar la atención que necesitan los mayores, son también otros aspectos que contribuyen al maltrato.
Respecto a las residencias de ancianos, el abuso es más probable que ocurra cuando las normas de asistencia sanitaria y social son bajas; el personal no está debidamente formado, remunerado y tiene una sobrecarga de trabajo; las instalaciones son deficientes; y las políticas que existen se enfocan más en el interés de la institución que en el de las personas mayores.
Programas de apoyo a cuidadores, abusadores y ancianos
Con el fin de prevenir estos actos, la OMS ha aconsejado aumentar las campañas de concienciación, realizar un cribado entre las posibles víctimas y abusadores, implantar programas intergeneracionales en las escuelas, hacer intervenciones de apoyo para los cuidadores, fomentar políticas de atención residencial para definir y mejorar los estándares de atención, crear grupos de autoayuda, obligar a notificar los casos de abuso y elaborar programas psicológicos para las personas que abusan.
“La ayuda al cuidador después de haberse producido un abuso reduce la probabilidad de que vuelva a ocurrir. Además, los programas intergeneracionales en los colegios han mostrado algún beneficio, al igual que los programas de atención a los cuidadores para prevenir un posible caso de abuso. Y es que, la evidencia sugiere que las visitas a los hogares de la policía y de los trabajadores sociales para las víctimas de maltrato pueden aumentar estas situaciones de abuso”, ha informado la OMS.
Finalmente, el organismo va a elaborar un informe de orientaciones para los estados miembros para prevenir estos abusos entre la población anciana; difundirá información a los países y apoyará los esfuerzos que a nivel nacional se realicen para prevenir el maltrato; y colaborará con las agencias y organizaciones internacionales para disuadir este problema a nivel mundial.