El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha advertido que no se alcanzan los objetivos de ONUSIDA para poner fin al sida de aquí a 2030 en Europa y Asia, por lo que ha pedido revisar la accesibilidad de las pruebas del VIH para garantizar que puedan llegar a toda la población
Según un informe reciente del ECDC, a medida que el número de nuevas infecciones por VIH y las tasas de mortalidad relacionadas con el sida siguen disminuyendo en Europa y Asia central, el progreso hacia el fin de la epidemia de sida para 2030 es variable en toda la región, y en la mayoría de los países de Europa y Centroamérica. Actualmente, Asia está lejos de alcanzar los objetivos de 2025.
En este sentido, sólo el 83 por ciento de todas las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 85 por ciento de las personas que conocen su estado están recibiendo tratamiento y el 93 por ciento de las personas en tratamiento tienen supresión viral.
Para el ECDC, esto significa que Asia no está en camino de cumplir los objetivos para 2025 establecidos por ONUSIDA, que son el 95 por ciento para cada uno de los objetivos mencionados. Los datos del ECDC muestran que es necesario ampliar los servicios de pruebas y tratamiento, y los países deberían considerar implementar y ampliar intervenciones de pruebas innovadoras, como servicios comunitarios y de autoprueba.
Del mismo modo, si bien las pruebas tradicionales realizadas en clínicas siguen siendo comunes, están ganando terreno modalidades innovadoras, como las pruebas caseras y las realizadas por cuidadores no profesionales.
En muchos países persisten barreras legales y regulatorias a las pruebas del VIH, lo que afecta desproporcionadamente a ciertas poblaciones. Los datos sobre la aceptación de las pruebas del VIH entre poblaciones clave, como los migrantes documentados e indocumentados y las personas transgénero, siguen siendo limitados.
Para el ECDC, las pruebas del VIH también deben estar vinculadas a normas claras y vías de derivación para la atención del VIH, sin embargo, solo 43 de 55 países de Europa y Asia Central tienen recomendaciones de vinculación a la atención y solo 23 países pudieron proporcionar datos sobre la proporción de personas vinculadas rápidamente a la atención, con tasas que oscilan entre el 76% y el 100%.
El estigma y la discriminación que enfrentan quienes viven con el VIH también son motivo de preocupación, según una encuesta del ECDC para Europa y Asia Central sobre el estigma del VIH. Un porcentaje significativo de los encuestados no había revelado su situación a familiares o amigos, y muchos también temían un trato diferenciado en los entornos sanitarios.
Para el ECDC, los datos subrayan la importancia de esfuerzos específicos de educación, concienciación e intervención para combatir el estigma, especialmente para los grupos marginados. Estos grupos incluyen minorías de género, sexuales y étnicas, prisioneros, personas que se inyectan drogas y trabajadores sexuales.
Por último, el ECDC considera que en muchos países de la región persisten leyes y políticas discriminatorias que obstaculizan el progreso, perpetúan las desigualdades en salud y afectan negativamente las respuestas de los países a la epidemia del VIH. Por ello, reivindica que es necesario trabajar más para alcanzar el objetivo de que menos del 10 por ciento de los países informen sobre leyes discriminatorias.