Con motivo del día internacional de la mujer, que se celebra cada 8 de marzo, Médicos y Pacientes ha entrevistado a las presidentas de los colegios de médicos de nuestro país para conocer su visión sobre la situación de la mujer en la profesión médica.
En este caso, la Dra. Pilar Garzón, presidenta del Colegio de Médicos de Ourense, responde las cuestiones.
¿Está la mujer debidamente representada en la profesión médica a todos los niveles? ¿Por qué?
Teniendo en cuenta la proporción actual de mujeres y hombres en la profesión médica, la representación de la mujer en todos los niveles asistenciales no es aún la adecuada. Muchos puestos de jefaturas, jefaturas de sección e incluso puestos directivos siguen sin tener una representación acorde con el número de profesionales femeninos.
El porqué de esta diferencia es en parte porque muchos de estos puestos fueron asignados en un momento en el que el porcentaje de hombres en la profesión era mucho mayor que el de mujeres, pero ese número se invirtió hace ya tiempo y aún las mujeres no alcanzamos esos puestos. La conciliación familiar supone una gran dificultad puesto que, aunque cada vez más compañeros masculinos están implicados en la familia, la obtención y ejecución de estos cargos supone una gran entrega personal y familiar.
¿Sigue siendo más complicado para las médicas llegar a los puestos de dirección en su actividad profesional? ¿Cuáles cree que son los motivos y por donde pasa la solución?
Para llegar a estos puestos no tenemos las barreras que existen en otras profesiones, pero la entrega que exigen estos cargos de dirección sobre todo en el tiempo personal hace que sean menos elegidos por las mujeres.
Seguimos teniendo además cierto reparo a pelear por conseguir estos puestos porque asumimos que les va a ser más fácil a nuestros compañeros masculinos competir por lograrlos y analizamos mucho más el coste personal que el beneficio a nivel profesional. Medidas que fomenten la equidad para el acceso permitiendo la conciliación desde los puestos de dirección o jefaturas facilitaría que muchas más mujeres se decanten por asumir estas tareas y equiparar así los puestos de dirección a la representatividad por sexos de la profesión.
¿Qué le motivó a liderar un colegio de médicos?
Creo que hay muchas cosas que debemos cambiar en nuestra profesión. La pandemia demostró la importancia de nuestro trabajo, pero a su vez dejó patente las carencias en las que nos encontrábamos. La sobrecarga asistencial que vivíamos antes se incrementó sobremanera tras la pandemia. Luchar por reivindicaciones mantenidas en los últimos años por todos los profesionales me parece muy importante.
Eso sí, siempre he considerado que tienes que reivindicar mejoras pero con la perspectiva de aportar soluciones y el colegio me permitía esa función. Además, trabajar con un equipo de grandes profesionales que sabía que se enfocarían en la misma línea me ayudó a tomar la decisión en un momento complicado de mi vida puesto que acababa de incorporarme de una baja maternal y asumir este cargo era un reto significativo.
¿Es necesario potenciar la perspectiva de género para evitar desigualdades en el diagnóstico, tratamiento y atención a las mujeres?
Está claro que se deben tener en cuenta las diferencias de género en el diagnóstico, tratamiento y atención a los pacientes.
Además de las diferencias a nivel fisiológico y por consiguiente las representaciones de los síntomas y las respuestas a los tratamientos, nos encontramos las diferencias a nivel social. En una población tan envejecida como la de mi área sanitaria por ejemplo la mayoría de las mujeres son además las cuidadoras principales de sus mayores o de sus parejas e incluso de sus nietos. Todos estos factores deben tenerse en cuenta a la hora de cosas tan simples como recomendar reposo o ausencia de esfuerzos. El que nosotros como profesionales tengamos en cuenta estas diferencias repercutirá en un claro beneficio para los pacientes.
¿Cuándo cree que habrá paridad en la representatividad de la profesión?
Creo que aún hay diferencias que solventar para conseguir esa paridad. Lograr que los puestos de dirección permitan facilidades para la conciliación y que nosotras mismas eliminemos las barreras que nos hemos autoimpuesto junto con los prejuicios sociales que nos siguen estigmatizando cuando luchamos por compaginar nuestra carrera profesional con la familiar.
