Con motivo del día internacional de la mujer, que se celebra cada 8 de marzo, Médicos y Pacientes ha entrevistado a las presidentas de los colegios de médicos de nuestro país para conocer su visión sobre la situación de la mujer en la profesión médica. En este caso, la Dra. Mercedes Hurtado, presidenta del colegio de médicos de Valencia, responde las cuestiones.
¿Está la mujer debidamente representada en la profesión médica a todos los niveles? ¿Por qué?
La incorporación de la mujer a la Medicina es muy reciente en términos de historia y aún así estamos asistiendo a una feminización, pero sólo en los puestos básicos. Cuando nos movemos en puestos de responsabilidad, jefaturas y puestos directivos sigue siendo un mundo de hombres, y necesitamos más mujeres en puestos de responsabilidad que sirvan de referentes para nuestras hijas y nietas.
En lo que al Colegio de Médicos de Valencia se refiere, basta decir que en 125 años sólo las dos últimas presidentas hemos sido mujeres. Y de los 52 colegios de médicos de toda España, sólo ocho están presididos por mujeres.
¿Sigue siendo más complicado para las médicas llegar a los puestos de dirección en su actividad profesional?
Tengo la sensación de haberme movido en un mundo de hombres, sobre todo cuando he ido accediendo a puestos de responsabilidad. Soy la única jefa clínica en mi servicio (los otros dos son hombres), a pesar de que el servicio se ha ido feminizando en los últimos años. De momento, además, sigo siendo la única mujer con plaza en propiedad, ya que las demás son interinas y dos están en comisión de servicio. En más de 40 años no ha habido una jefa de servicio mujer en el servicio de Oftalmología del hospital en que trabajo.
Desde la actual junta directiva del ICOMV creamos en 2015 la Oficina de la Mujer Médica para dar voz a las mujeres médicas y abordar sus problemáticas específicas. Esta oficina presentó un estudio en marzo de 2022, en colaboración con la Universitat de València, sobre el tiempo que las médicas y los médicos dedican al cuidado de sus hijos y mayores, inclinándose claramente la balanza hacia el sector femenino como cuidador de la familia.
Las mujeres solicitan tres veces más permisos para cuidado de menores o mayores, surgiendo la cuestión de si era ése uno de los motivos de la falta de representación de las médicas en los puestos de dirección de servicios y hospitales.
¿Cuáles cree que son los motivos y por donde pasa la solución?
Ésta es una pregunta muy difícil de responder. Ya existen planes de igualdad, y las mujeres tampoco queremos una discriminación positiva. Sobre el papel hay una igualdad de oportunidades, pero en la realidad no existe. Y es que somos nosotras las que nos quedamos embarazadas. Debe haber un cambio de paradigma que tiene que ser gestionado. A una mujer que alcanza el poder político, se le pregunta cómo se las ingenia para conciliar. ¿A un político como Aznar, Zapatero, Sánchez… se le hace esta pregunta?.
Los techos de cristal existen. Y en algunos casos son de hormigón armado. Ni la sociedad actual ni el sistema sanitario están preparados para ofrecer una verdadera conciliación familiar. Las mujeres deberíamos poder optar a los puestos de responsabilidad sin tener que elegir entre la carrera o la familia. Sin tener que renunciar al plano personal y sin remordimientos, los “suelos resbaladizos”.
Creo que debe haber primero un gran cambio en la sociedad y en la educación para que la verdadera igualdad se produzca. Y para ello juegan un papel muy importante nuestras autoridades sanitarias y los gestores del sistema que no está preparado para que una verdadera conciliación se produzca.
Es necesario poder decirle a las jóvenes que hoy nos miran que se puede ser médica, esposa y madre a la vez, sin renunciar a nada. Que una mujer puede ser aquello que desee. Con esfuerzo, mucho, porque el esfuerzo no se negocia, pero siempre con la cabeza alta y reivindicando políticas de conciliación, con la ayuda de los hombres que nos apoyan. Necesitamos hombres cómplices que nos escuchen y compartan el poder. No se trata de hacer políticas proteccionistas de mujer para la mujer, sino de cambiar las reglas del juego y hacer una democracia completa. No se puede perder tanto talento.
¿Qué le motivó a liderar un colegio de médicos?
En el año 2010 me acerqué al colegio de médicos que hasta entonces lo veía simplemente como una institución en la que obligatoriamente tenía que estar colegiada para ejercer.
Y lo empecé a conocer como una institución desde la que podía defender y representar a la profesión médica y a los médicos en el ejercicio de su profesión, dando voz a la medicina valenciana ante las autoridades sanitarias y la población a la vez de ser garantes a la sociedad de la formación y valía de sus médicos.
Mi vocación de servicio, a los pacientes desde mi consulta en el Hospital La Fe y a los compañeros médicos y la sociedad desde el Colegio de Médicos de Valencia, me hizo presentarme con los que serían mi junta en el año 2014, cuando fui elegida por primera vez, y repetir en dos elecciones más.
Llevo ya una década al frente del ICOMV, que ha cumplido 125 años de historia en diciembre del pasado año 2023, y actualmente cuenta con más de 18 000 colegiados, lo que le convierte en el tercer colegio médico con mayor número de colegiados de España. Estoy orgullosa de ello y sé que lo estamos haciendo bien (tres elecciones nos avalan).
¿Es necesario potenciar la perspectiva de género para evitar desigualdades en el diagnóstico, tratamiento y atención a las mujeres?
No creo que esto sea necesario, si somos médicos y médicas ejerciendo una buena medicina con conocimientos y formación, estas desigualdades no tendrían por qué producirse.
¿Cuándo cree que habrá paridad en la representatividad de la profesión?
Creo que la verdadera igualdad se producirá cuando hombres y mujeres conjuguemos los verbos con el prefijo -co-: coliderar, coresponsabilizar, coparticipar, cooperar… Hombres y mujeres juntos en igualdad de condiciones y en paridad en puestos de responsabilidad sumando talentos 50-50, no podemos perder talentos.
Días como el 8-M son importantes para visibilizar las injusticias que todavía hoy sufrimos las mujeres. Pero creo que también debemos manifestar que, aunque todavía queda camino por recorrer, estamos en la senda correcta. Es mi deseo que en el futuro no sea necesario celebrar este día. Eso significará que por fin se habrá conseguido la verdadera igualdad.
