La Dra. María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y catedrática de la Universidad de Córdoba, habla con Médicos y Pacientes acerca de esta enfermedad, que "está relacionada con un mayor riesgo de padecer muchas enfermedades" y "requiere de un abordaje multidisciplinar"
España tiene uno de los índices de obesidad más altos de Europa, y la tendencia indica que va en aumento. ¿Cuáles son los principales problemas de salud que puede provocar la obesidad?
La obesidad es una enfermedad multifactorial compleja que se caracteriza por un exceso de grasa corporal y está relacionada con un mayor riesgo de padecer muchas enfermedades (se han descrito hasta 200 patologías distintas asociadas a obesidad). En concreto, la obesidad aumenta considerablemente el riesgo cardiovascular, ya que favorece el desarrollo de resistencia a insulina, así como la aterosclerosis, hipertensión, dislipidemia e inflamación. El exceso de peso también se asocia con enfermedades metabólicas tan importantes como la diabetes de tipo 2 o esteatosis hepática, además de afectar la función muscular y renal. Además, las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer (mama, páncreas, hígado, riñón, gástrico, colorrectal, etc.). Por último, la obesidad también está relacionada con una mayor morbilidad y mortalidad por COVID-19.
¿Cuáles son las medidas más urgentes que se deberían tomar en este sentido?
Es fundamental que la obesidad sea oficial y socialmente reconocida como una enfermedad, evitando además la estigmatización y discriminación de las personas que viven con obesidad. Los pacientes que están afectados por esta enfermedad deberían ser tratados desde una perspectiva multidisciplinar, con profesionales de diferentes especialidades (endocrinos, nutricionistas, psicólogos, especialistas en ejercicio, etc.) y tener acceso a las terapias que se demuestren eficaces para luchas contra la obesidad. De manera paralela, hay que establecer políticas eficaces de prevención de la obesidad y desarrollar nuevos modelos de diagnóstico. Finalmente, tendríamos que formar mejor a los distintos profesionales de la salud que abordan esta enfermedad sus comorbilidades. En definitiva, se trataría de poner en marcha un Plan Nacional frente a la obesidad, en línea con los Planes que se están elaborando a nivel europeo, para abordar todos estos aspectos y ayudar así a las personas que sufren esta enfermedad.
¿Cómo se puede educar a la población para que se adquieran hábitos saludables desde la infancia?
Los datos de los que disponemos en la actualidad sobre prevalencia de obesidad infantil, a través del último informe de la Organización Mundial de la Salud para Europa o el estudio Pasos realizado por la Fundación Gasol en España, muestran que uno de cada 3 niños y niñas tiene exceso de peso. Esto es particularmente importante porque sabemos que el exceso de peso en la infancia perdura en la edad adulta, lo que supone además que serán personas que estarán expuestas a la obesidad, con sus efectos negativos, durante mucho tiempo.
Por tanto, educar para conseguir que los niños incorporen hábitos saludables de alimentación y actividad física es fundamental para evitar que el sobrepeso se desarrolle y acentúe con la edad, que es lo que sucede normalmente en los ambientes obesogénicos como a los que estamos expuestos.
Algunos colegios toman medidas como establecer días en los que se merienda fruta, ¿estas medidas funcionan?
Todas las medidas que fomenten la prevención de la obesidad y la adquisición de hábitos de vida saludable repercuten sin duda en la salud futura de las personas. Añadir fruta en la dieta, sobre todo si eso sustituye a otro tipo de comidas hipercalóricas. Lo ideal sería de todas formas que, además de comer fruta y también verdura, esto se acompañe de aumento de actividad física; es esa la combinación que hace realmente posible mantener un peso saludable.
Además de la nutrición equilibrada y sana, ¿se debería incidir en que las personas hagan actividad física?
Como decía, hay estudios que muestran que cuando se combina el consumo de fruta y verdura con actividad física intensa, es cuando se produce realmente un efecto saludable sobre el peso. Evidentemente, esto se debe combinar también con un menor tiempo de uso de dispositivos y un bajo consumo de bebidas azucaradas.
¿Qué actores deben liderar este cambio de rumbo? Y, ¿qué deben hacer cada uno de los agentes involucrados?
Es importante que los responsables políticos y las administraciones públicas, y también la sociedad en general, asuman la importancia de la obesidad, que reconozcan que no es solo una condición subyacente a otras enfermedades crónicas (cardiovascular, diabetes, cáncer, etc.), sino que se trata de una enfermedad crónica y recurrente. Esto debe acompañarse de las medidas necesarias que sean eficaces para poder prevenir la obesidad y diagnosticar y tratar mejor a las personas que viven con obesidad.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de esta enfermedad?
El ambiente en el que vivimos y el ritmo de vida al que estamos sometidos son claramente obesogénicos. El poder adquisitivo y el nivel educativo también son factores determinantes en el desarrollo de la obesidad. Ya hay estudios que muestran que los niños de los barrios con rentas más bajas tienen más del doble de probabilidades de padecer obesidad que los de los barrios con rentas más altas, y que los niños cuyos padres tienen un bajo nivel educativo, tienen un menor consumo de frutas y verduras y un elevado consumo de bebidas azucaradas, es decir, crecen en un ambiente más obesogénico.
El abordaje de la obesidad debe hacerse de forma integral, y no tratar las patologías “al margen” de esta enfermedad, ¿el sector sanitario está concienciado al respecto? ¿Hay recursos suficientes para el tratamiento de estos pacientes?
La obesidad es una enfermedad de origen multifactorial que, como hemos dicho, provoca el desarrollo de muchas otras patologías por lo que necesariamente, requiere de un abordaje multidisciplinar. Uno de los retos que tenemos por delante es concienciar a los profesionales en salud de la naturaleza de la obesidad como enfermedad y también proporcionar formación, desde los estudios de Grado, y herramientas a estos profesionales para que puedan tratar esta enfermedad.
