En este artículo de opinión que nos remite el Dr. Jesús Sánchez Martos, reflexiona sobre los efectos que en la esfera personal y familiar puede acarrear el desempeño de un cargo público en la política, ante situaciones de tal difícil envergadura como la reciente crisis del Ébola o tambien del “miedo”
Madrid, 22 de octubre 2014 (medicosypacientes.com)
“El precio de ocupar un cargo público en Sanidad”
Dr. Jesús Sánchez Martos
Catedrático de Educación para la Salud. Universidad Complutense de Madrid
No siempre las personas que aceptan la oferta de desempeñar un cargo público en la política, lo hacen para aprovecharse de una tarjeta de crédito, de un posible tráfico de influencia, o para ocupar un buen despacho con secretaria y coche oficial. Los hay, y muchos, que lo hacen porque tienen una clara vocación de servicio público. Este es el caso de un médico de cabecera, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, un médico cercano, humano, de los añorados por muchos, que cuenta con una preparación clínica y científica excelente, además de ser un gran comunicador de salud, de los que saben “hacer fácil lo difícil” a la población general, un excelente agente de educación para la salud. Se trata del Dr. Julio Zarco Rodríguez, conocido por sus pacientes por su gran generosidad y cercanía, pero también por un gran sector de la población general en España, porque hasta hace muy poco tiempo fue conocido como “el médico de la 1”, de TVE, “el médico de Mariló Montero” en Saber Vivir. Hace muy poco tiempo los máximos responsables de la Sanidad Madrileña le ofrecieron desempeñar el cargo de Director General de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid, e inmediatamente aceptó porque quienes le conocemos bien, sabemos que lleva en el corazón su afán de servicio público a la comunidad.
Ahora, con la triste crisis del Ébola, él y su familia, también se han convertido en víctimas, pero no del virus del Ébola, sino del “virus del miedo” que es el responsable de la conducta incívica de unos pocos, que quieren mostrar que son muchos. Las autoridades sanitarias, máximos responsables de la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid, decidieron siguiendo los consejos de los expertos a quienes consultaron, sacrificar a Excalibur, el perro de Teresa y Javier, y encargaron al Dr. Julio Zarco, como Director General de Atención al Paciente, que fuera el emisor de este triste mensaje a Javier, esposo de Teresa. Pero sólo fue el “mensajero” de una decisión que tomaron sus superiores. Yo estoy seguro de que encargaron esta dura tarea al Dr. Zarco, precisamente por sus grandes dotes de comunicación y humanización.
Pero las redes sociales y especialmente Twiter se cebaron desde el principio con el Dr. Zarco, con descalificaciones e insultos del todo intolerables, haciendo gala de esa libertad de expresión mal entendida, porque “mi libertad termina donde comienza la de mi vecino”, algo que hoy todavía cuesta entender a un gran sector de la población. Pero además de los insultos personales, que le obligaron a cerrar su cuenta de Twitter, los violentos llegaron a la agresión física de su propia hija que estudia en la Universidad Rey Juan Carlos y a proferir constantes amenazas de muerte hacia él y toda su familia. Actos totalmente intolerables e inadmisibles que deberían obligar a sus superiores a tomar las riendas del asunto interponiendo todas las denuncias necesarias, para que el peso de la ley caiga sobre los violentos agresores.
Desde esta tribuna de opinión, quiero en primer lugar agradecer al Dr. Zarco su excelente trabajo como Director General de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid, al tiempo que animar a todas las asociaciones de pacientes que le conocen a que se sumen a esta denuncia, al igual que a todos los compañeros, sociedades científicas, instituciones privadas y oficiales y por supuesto que a nuestro Colegio Oficial de Médicos y al Consejo General de Colegios Médicos de España.
Pero también me gustaría que cualquier persona que llegue a leer este articulo, contribuya con su denuncia y su buen hacer ciudadano, para que entre todos podamos acabar con este tipo de violencia, innecesaria, inadmisible, incomprensible y punible en todos los casos.
Julio, sabes que quienes te conocemos bien, tu familia, tus amigos, tus compañeros, tus pacientes y sus familiares, tus admiradores y seguidores de Saber Vivir, estamos contigo.